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Sobre la octava estrella de la bandera de Venezuela. Muchos criticaron su incorporación en 2006. De hecho, algunos se aferran visceralmente a la vieja bandera de 7 estrellas como símbolo de oposición extremista a la Revolución Bolivariana.

Las 7 estrellas se correspondieron con las 7 provincias que expresaron su voluntad de conformar la República de Venezuela independiente en 1811 (Caracas, Barinas, Barcelona, Cumaná, Margarita, Mérida y Trujillo).

La octava estrella representa la provincia de Guayana que en 1817 fue liberada por el ejército venezolano y el propio Simón Bolívar emitió el siguiente decreto el 20 de noviembre de ese mismo año:

"Habiéndose aumentado el número de las Provincias que componen la República de Venezuela por la incorporación de la de Guayana decretada en 15 de octubre último, he decretado y decreto.

Artículo 1°A las siete estrellas que lleva la Bandera nacional de Venezuela se añadirá una, como emblema de la Provincia de Guayana, de modo que el número de las estrellas será en adelante el de ocho.

Dado, firmado de mi mano, sellado con el sello provisional del Estado, y refrendado por el Secretario del Despacho...."

Oponerse pues a la octava estrella es oponerse al mismísimo Padre de la Patria.

Se sumaron luego las provincias de Maracaibo y Coro y las 10 pasaron a ser parte de la República de Colombia en 1819. Sin embargo no hay decretos de Bolívar incorporando las estrellas de las dos provincias mencionadas.

Sobre el escudo de armas de Venezuela, la descripción siempre contempló un "caballo indómito". En las primeras versiones siempre corrió el caballo hacia la izquierda, hasta que en 1836 el Congreso, por alguna razón absurda y entreguista, le encargó al Cónsul de la Gran Bretaña en Caracas un nuevo ajuste del escudo. Es aquí donde, de manos del diplomático y pintor escocés, Sir Robert Ker Porter, el caballo aparece corriendo hacia la derecha con el cuello volteado hacia la izquierda (una imagen irreal, que rompe con el potro indómito que describían las sucesivas constituciones).

En 1863, bajo el mandato del Presidente Juan Crisóstomo Falcón, se reajusta el caballo y vuelve a su carácter indómito original, corriendo hacia la izquierda.

Entre 1905 y 1930 el caballo aparecía corriendo ahora hacia la derecha y en 1930 se volvió al extraño caballo diseñado casi 100 años antes por el Cónsul británico.

Es así como en 2006 el caballo del escudo vuelve a su dirección y disposición original, similar al escudo de 1863 y a los primeros escudos en los que aparecía el caballo indómito corriendo hacia la izquierda en las distintas descripciones constitucionales.

En resumen, el ajuste de 2006 significó un retorno fidedigno a los símbolos originales de la República, constituyendo una innegable reivindicación histórica la incorporación de la octava estrella a la bandera nacional, tal como lo decretara el Libertador en 1817.

Respetemos nuestra historia y dejemos de lado la politiquería para interpretarla.

¡Qué viva Bolívar!

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