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🔎 ESCRITO ESTÁ

📖 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. Mateo 4:10.

El enemigo de Dios es también tu enemigo. En realidad, tú nada le hiciste; su odio es gratuito. No puede con Dios, y se las toma contigo porque sabe que tú eres precioso a los ojos de Dios, y la mejor manera de tocar el corazón de Dios es hacerte sufrir.

Pero, en fin, ese no es el problema. El pensamiento del versículo de hoy es que la mejor manera de derrotar al enemigo es con la Palabra de Dios. Lo interesante de la historia es que, a veces, la mejor arma que el enemigo usa para derrotarte también es la Palabra de Dios.

A Jesucristo, el enemigo se le presentó citando los escritos de los profetas, pero fuera del contexto, arreglados a su manera, haciéndoles decir lo que él deseaba y no lo que el texto decía. Pero, Jesús conocía bien el texto y lo confrontó con la verdad.

El tema central de hoy es la adoración. Desde el cielo, Lucifer deseó la adoración para sí. Cuando no logra que los seres creados caigan en sus trampas, intenta llevar la adoración humana hacia cualquier cosa, menos hacia Dios: adorar cualquier idea, filosofía de vida u objeto ya es adorarlo a él, al enemigo.

Pero, ¿por qué esto es tan importante para el diablo? Por la sencilla razón de que, si retiras tus ojos, tu atención y tu adoración de Dios, ya perteneces al reino de las tinieblas, y consecuentemente, al reino de la derrota, de la mentira, de la mediocridad y de la muerte.

Tú única seguridad, en esta vida, es saber lo que la Escritura dice. No se trata solo de memorizar versículos y repetirlos, como si fuesen un amuleto contra el mal. Se trata de encarnar la Palabra de Dios en tu experiencia; hacerla realidad, vivirla en las varias circunstancias del día. La Palabra de Dios es vida: te lleva a la vida eterna, te muestra el camino, te alumbra, te enseña. Es el mapa para que no te extravíes, en este mundo de dificultades y de tristezas.

Haz de este día un día de comunión con Jesús. Abre la Palabra de Dios, graba sus consejos en tu corazón y, cuando tengas que enfrentar al enemigo, que puede presentarse disfrazado de adversidad, enfermedad o pruebas, haz como Jesús, y dile: “Escrito está”.

✏️ Alejandro B

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🔎 HAYA LUZ

📖 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Génesis 1:3.

Antonia salió de la casa, respiró hondo y miró al cielo: le hubiera gustado que fuese una noche limpia, como tantas otras a la orilla del mar. Pero, notó que no había luna ni estrellas; tal vez, los astros estuviesen allí como siempre, pero ella no los veía. Estaba oscuro; más oscuro que las oscuras páginas de su historia. Entonces, tuvo miedo y entendió que, para ver, no basta tener ojos; es necesario que haya luz. Poco valen los ojos en la oscuridad.

Su vida, cubierta de sombras desde la adolescencia, carecía de alegría. Si pudiese definir el día en que empezaron sus amarguras, se remontaría al triste momento en que sus padres le dijeron: “Hijita, el amor entre nosotros acabó. Pero, tú continúas siendo nuestra hija, y te vamos a amar siempre”.

Ella sabía que a partir de aquel instante nada sería igual. Y no lo fue. Su vida, que hasta entonces había sido un día de sol esplendoroso, empezó a nublarse: conoció las sombras, la tristeza, el dolor extraño de sentirse sola. Y jamás supo decir cómo, sin percibirlo, se descubrió hundida en la arena movediza de las drogas. Los errores desfilaron, uno tras de otro; cada vez más trágicos y grotescos. Quedó embarazada, provocó un aborto, vendió su cuerpo para sustentar el vicio… Fue descendiendo, como una piedra arrancada de la montaña; bajando a las profundidades de su autodestrucción. Hasta el día en que sus padres, sin saber ya que más hacer para ayudarla, se volvieron a Dios, restauraron su matrimonio y decidieron hacer de la recuperación de la hija amada el objetivo de su vida.

Antonia contemplaba la oscuridad aquella noche, sin ver nada. De repente el cielo se iluminó con la fugaz luz de un relámpago; dos segundos, suficientes para observar la belleza de las olas en el mar agitado.

En ese momento, el Espíritu iluminó sus pensamientos y clamó a Dios en busca de luz: “Señor”, dijo en su corazón, “mi vida está llena de tinieblas; necesito de tu luz. No quiero seguir viviendo asustada. Por favor, ilumina mi vida”.

Conocí a Antonia en una reunión en que personas que un día habían sido destruidas por las adversidades de la vida relataban la manera maravillosa en que Dios las rescatara.

Hoy puede también ser un nuevo día, para ti. Echa las tinieblas a un lado; sacude el polvo de tus pies. ¡Naciste para brillar! Tu Dios es el Dios que un día ordenó: “Sea la luz. Y fue la luz”.

✏️ Alejandro B

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🔎 ¡ARREPENTIOS!

📖 Y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Mateo 3:2.

La voz que clamaba en el desierto era la voz de Juan. Su mensaje era directo, claro, sin medias palabras. Él no estaba preocupado en ser políticamente correcto. Tampoco era grosero, al punto de no considerar los sentimientos de las personas. Era un hombre de Dios, y sabía que su misión era preparar el terreno para la llegada de Jesús. Su mensaje era el arrepentimiento.

“Arrepentirse”, en griego metanoeo, significa cambiar de manera de pensar; dar media vuelta; reconocer que la senda que estás siguiendo está equivocada y regresar. Para los judíos, significaba volverse a Dios. ¿Por qué volverse? Porque te hiciste tuyo, cuando perteneces a Dios; te apoderaste de la vida que el Señor solamente te prestó.

Dijiste, como el hijo pródigo: “Dame la parte de la hacienda que me pertenece”, cuando nada es tuyo en realidad. Pero, el pensamiento del texto de hoy no es solamente un llamado al arrepentimiento, sino también muestra el secreto para el arrepentimiento.

Porque el arrepentimiento genuino no es fruto del esfuerzo humano; ningún ser humano es capaz de reconocer que está errado y, mucho menos, de dar media vuelta. El ser humano es terco, por naturaleza. Y torpe.

Porque, aunque sus intenciones sean las mejores, solo corre detrás de lo que le causa dolor. Juan enseña que el arrepentimiento es el resultado del acercamiento del Reino de los cielos; los otros evangelistas llaman, al Reino de los cielos, “Reino de Dios”.

Juan el bautista se refiere a Jesús: Jesús se acerca, y el resultado es el arrepentimiento. La iniciativa es divina; el Señor no me deja abandonado a mi triste decisión. Es verdad que yo había escogido el camino del mal, pero Jesús se acerca, el Reino de los cielos viene a mí, con el fin de mostrarme cuan insensato soy, y para mostrarme un camino mejor.

No intentes cambiar de vida solo; no lo lograrás. Morirás, sangrando, en el desierto de tus buenas intenciones. Simplemente, permite que el Señor te alcance. ¡Deja ya de correr! ¡No te escondas en tu moralismo, ni en tus promesas ni en tu dominio propio! Solo déjate encontrar, porque desde la eternidad Jesús salió a buscarte.

Enfrenta este nuevo día confiando en Jesús, y no en ti. Permite que el Señor trabaje en ti y por ti. Recuerda el mensaje de Juan: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”.

✏️ Alejandro B

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🔎 ¿PARA QUÉ MÁS?

📖 Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. 1 Timoteo 6:8

El sol tropical se oculta en la playa. Un banquero contempla el muelle de un pueblecito costero, y ve llegar a un pescador que trae, en su pequeño bote, varios peces de buen tamaño. El banquero pregunta:

- ‘Cuánto tiempo te llevó pescar esos peces?

- Un par de horas, señor – responde el hombre.

- ¿Por qué no permaneciste más tiempo en el mar? Hubieras pescado más.

El pescador asegura que tiene lo suficiente para satisfacer las necesidades de su familia.

- ¿Y qué haces con el resto del tiempo? – pregunta el banquero.

- Bueno, duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, hago la siesta y voy todas las noches al pueblo, a tocar guitarra con mis amigos. Tengo una vida ocupada y amena.

El banquero le aconseja:

- Soy consultor financiero, y creo que deberías invertir más tiempo en la pesca: con los ingresos, comprarías un bote más grande; con los ingresos de ese bote, podrías comprar varios botes; entonces tendrías una flota de botes pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario, lo podrías hacer directamente a un procesador; después, podrías abrir tu propio procesador, controlar la producción, el procesamiento y la distribución; salir de este pueblecito e irte a una ciudad grande, en fin…

- ¿Y cuánto tiempo tardaría eso? – pregunta el pescador.

- Entre quince y veinte años.

- ¿Y luego qué?

- Podrías vender las acciones de tu empresa. ¡Te volverías rico; tendrías millones! – sonríe el banquero.

- Millones… ¿Y luego qué?

- Luego te podrías retirar; irte a un pueblecito en la costa, donde podrías dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, hacer la siesta, ir todas las noches al pueblo, tocar guitarra con tus amigos, libre de preocupaciones…

- ¿Acaso no es lo que tengo ahora?

Esta no es una invitación al conformismo ni a la mediocridad, sino a la evaluación del ritmo de tu vida: ¿Trabajas por necesidad o por obsesión? ¿Tienes tiempo para Dios y para tu familia, o vives solo en función de hacer una fortuna?

No salgas hoy sin recordar: “Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto”.

✏️ Alejandro B

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🔎 ¿PARA QUÉ VIVES?

📖 No se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Mateo 5:15.

Hay dos pensamientos en el versículo de hoy. El primero es que todos venimos a este mundo con un propósito. No “se enciende una luz y se pone debajo de un almud”. La luz existe para alumbrar; no puede permanecer oculta. Si, por algún motivo, pierde su propósito, de manera natural pierde, también, su razón de existencia.

Si esto es verdad con relación a la luz, lo es mucho más con relación a ti. Tú eres la luz del mundo; lo dijo el propio Señor Jesús. Por tanto, a fin de que puedas ser feliz y estés realizado en la vida, necesitas descubrir para qué viniste al mundo. Nadie nace por coincidencia: si estás vivo, tienes una misión a cumplir.

El segundo pensamiento es que el cumplimiento de tu misión requiere dedicación. No es simplemente porque tu vida tiene un propósito que ese propósito será alcanzado: hay que colocar la luz “sobre el candelero”.

En cierta ocasión, preguntaron a Tomás Edison en qué radicaba el secreto de tanta productividad. “Diez por ciento de inspiración y noventa por ciento de transpiración”, fue la respuesta. Edison no se conformó con ser luz, sino también puso la luz sobre el candelero. El cumplimiento de cualquier propósito requiere esfuerzo; nada que valga la pena sucede por acaso. Detrás de cada victoria existen horas de preparación y de ejecución.

¿Cuál es el propósito de tu vida? Jamás lo sabrás, si no vas a la Palabra de Dios. Ella es la fuente de sabiduría: la Biblia te muestra de dónde viniste, por qué existes y hacia dónde vas. Ve a ella en busca de inspiración; Dios te infundirá fuerza y valor a través de su lectura. Pero, después, atrévete a pagar el precio de tus sueños: coloca tu luz sobre el candelero.

¿Y si no hay candelero? Búscalo, invéntalo, fabrícalo; no lo sé. Lo único que no puedes hacer es quedarte de brazos cruzados, esperando que las cosas caigan del cielo.

Con estos pensamientos en el corazón, sal esta mañana a buscar el candelero. Seguro de que Jesús está a tu lado, pero recordando el consejo del Maestro: “Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa”.

✏️ Alejandro B

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🔎 ¡APRENDE A PEDIR!

📖 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. Mateo7:7,8.

“No necesito de Dios”, decía Augusto, lleno de orgullo. “Dios es una muletilla que” los débiles usan para esconder su fragilidad y falta de valor para enfrentar los problemas de la vida”.

Brillante como pocos; inteligente, al punto de discutir con los profesores y dejarlos en malos lienzos. Respiraba soberbia. Miraba a los demás como si él estuviese en un pedestal, por encima de los pobres mortales. La vida, sin embargo, fue cruel con él. Una noche, mientras regresaba de una fiesta, su automóvil salió de la carretera y tuvo un accidente casi fatal.

Llevó meses para recuperarse; pero jamás volvió a ser lo que era. Quedó condenado a una silla de ruedas para el resto de su vida.

Tres meses después, regresó al hospital por causa de otro accidente: la silla de ruedas resbaló por una rampa, y cayó desde una altura de tres metros. Los testigos dicen que no aceptó ayuda; no pidió, no buscó, no llamó…

Pedir, buscar y llamar son tres verbos que expresan dependencia.

Tú solo pides cuando necesitas, buscas cuando no tienes y llamas cuando deseas entrar. ¿Sabes lo que Jesús quiere decirte?

Que el primer paso del vencedor es reconocer sus limitaciones: tú eres dependiente; no solo de Dios sino también de las otras personas.

No eres una isla en este mundo; nadie lo es. Todos dependemos de todos. Puedes ser bello como un par de ojos azules, pero necesitas de los pies, por inferiores o detestables que te parezcan. Jamás subestimes a los demás; no los consideres innecesarios. Por abundantes que sean tus talentos, por brillante que seas, eres mucho más productivo, más noble y más grande cuando aprendes a pedir, a buscar y a llamar.

Pero, evidentemente, cuando Jesús pronunció estas palabras estaba hablando de su infinito amor, listo a ser derramado en la vida de quienes lo reconocen como Dios.

Por eso, hoy, no te atrevas a enfrentar los peligros de la vida sin pedir, buscar y llamar. Jesús está allí, a tu lado, dispuesto a oír tu voz. Quiere hacerte grande, pero necesitas sentirte pequeño. Si te consideras grande, ¿qué puede él hacer por ti?

✏️ Alejandro B

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🔎 ¡ÁMATE!

📖 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Mateo 22:39.

Esta es una orden divina: ama a Dios, pero ámate también a ti. Si no te amas tú mismo, no podrás amar a los demás. Pero, amarse a sí mismo con equilibrio resulta difícil, después de la entrada del pecado en este mundo. ¡Necesitas sentirte digno de ser feliz y de realizarte como persona! Parece fácil, pero no lo es: implica reconocerte en condiciones de ser querido tal como eres.

El pecado hace dos cosas terribles: o te lleva a creer que eres el centro del universo o hace que te sientas sin ningún derecho de ser feliz.

Existe mucha gente que, cuando se mira en un espejo, no puede evitar compararse con los demás, y cree que no vale nada y que no sirve para nada. Eso es lo que aprendió, desde niño, con la ayuda de padres exigentes que, a veces, le enseñaron a compararse con los demás.

Lo triste de todo esto es que el cuerpo expresa constantemente lo poco que te quieres con malestares y enfermedades. Los problemas de relación también son una evidencia de falta de autoestima, porque lo que haces contigo mismo lo haces también con los demás. Gente querida, que vive a tu lado, termina siendo víctima de tu frustración y tu descontento.

Si no te amas a ti mismo, ¿cómo estarás siempre conforme, disfrutando de la vida y valorizando a los demás?

Tu vida se transformará en un calvario de calamidades y en una cadena de desencuentros, errores, fracasos y accidentes, que te harán sentir miserable.

Todo lo que parece estar mal a tu alrededor es resultado de un proceso autodestructivo inconsciente, de una forma de pensar negativa que solo crea problemas.

Pero, la buena noticia es que Jesús vino a este mundo no solo a morir por tus pecados, sino también a devolverte el equilibrio de tu valor.

Ama a Dios con todo tu corazón, y el resultado natural de esa entrega será tu propia valorización.

Con este pensamiento en mente, sal para enfrentar las luchas de este nuevo día. Por donde vayas, valoriza a las personas, reconóceles la dignidad, enséñales a crecer.

Quiere decir, ámate a ti mismo y proyecta, en los demás, la gratitud que sientes en tu corazón porque Dios te amó primero. No te olvides, ama a tu prójimo, pero como a ti mismo.

✏️ Alejandro B

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🔎 EN TODO

📖 Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Dios es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro. Deuteronomio 4:39.

En las instalaciones internas del ala nacional del aeropuerto Benito Juárez, de México, se encuentra el “Taba bar”, un restaurante en el cual las personas comen algo mientras esperan su vuelo.

Faltan dos horas para el mío; voy a Minatitlán, en el Estado de Veracruz. Mientras llega la hora, abro la computadora y escribo este devocional. “Aprende y reflexiona”, aconseja el versículo. El aprendizaje es el resultado de la reflexión: no existe aprendizaje sin reflexión. Pero, vivimos en un mundo apresurado y no hay tiempo para detenerse y pensar por qué las cosas son como son, o qué lecciones podemos aprender de lo ocurrido.

El consejo de hoy es que debemos reflexionar y aprender que el fundamento de una vida realizada y feliz es saber “que Dios es Dios, arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro”.

Simple. Y, al mismo tiempo, complicado. Simple, para el alma sencilla que abre el corazón a Dios; complicado, para la mente extraviada en los laberintos del racionalismo.

Con frecuencia, Dios permite que el ser humano siga su propio rumbo. No discute con él; lo deja avanzar por los caminos arriesgados que su naturaleza escoge. Quisiera intervenir, detenerlo, decirle: “Hijo, ese camino te va a llevar a la destrucción”. Pero, no puede: te dio libertad, incluso para abandonarlo, consciente de la temeraria actitud que escogiste.

Sería tan fácil buscar a Dios y tomar en serio sus enseñanzas; pero, el hombre moderno prefiere escoger sus propios dioses: pequeños, manipulables; dioses de plástico, incapaces de determinar lo que es bueno o malo. Que se limitan a dar el visto bueno al extravío humano.

“Reflexiona y aprende”, es el consejo de hoy. Detente. Deja de correr como si tuvieses miedo de tu propia sombra. Piensa en la manera en que estás viviendo. Reflexiona. Vuelve a pensar una y otra vez.

Si lo haces, tus noches tendrán el brillo de las estrellas, y tus días, el resplandor del sol. Verás que vale la pena vivir, aunque el dolor toque a la puerta de tu corazón; aunque las dificultades aparezcan como nubes cargadas de lluvia. Aprenderás a sonreír mientras los otros lloran, y a tener esperanza cuando los demás desesperan.

Por eso, hoy, no empieces el día sin recordar la amonestación divina: “Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Dios es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro”.

✏️ Alejandro B

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🔎 ÉL VINO

📖 Y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno. Mateo 2:23.

¿Quién vino y de dónde? En el contexto del versículo de hoy, Jesús venía Egipto; antes de Egipto, provenía de Belén. ¿Y antes de Belén? El problema con los seres humanos es que solo vemos las cosas de la carne. Somos incapaces de entender las cosas del Espíritu, a no ser que Dios opere, en nosotros, el milagro del nuevo nacimiento.

En cierta ocasión, Felipe habló a un amigo acerca de Jesús, y la pregunta del prejuiciado Natanael fue: ¿Puede venir algo bueno de Nazaret? Todos estaban equivocados: Jesús no provenía ni de Egipto ni de Belén, ni siquiera de Nazaret; él venía del cielo. Desde la eternidad y por la eternidad, había sido uno con su Padre, y lo había dejado todo, por amor al ser humano.

Nadie tiene el derecho de verlo como un simple ser humano. Fue el más extraordinario de los hombres, sí; no hubo, ni lo habrá, jamás maestro como él. En él, la historia converge. Pero, a pesar de todo eso, Jesús no era un simple ser humano: era Dios hecho hombre.

Jamás podré entender la maravilla de su amor. ¿Cuánto valgo yo, para que él lo haya dejado todo y haya venido a buscarme? No lo sabré; ni necesito saberlo. Porque lo único que Jesús desea es que yo crea y que lo acepte, a pesar de no entenderlo.

El texto de hoy afirma que los profetas habían predicho que Jesús sería llamado nazareno, por vivir en Nazaret. Es verdad. Pero, esto no era un simple asunto de gentilicio; en el fondo era, también, una cuestión de incomprensión. Natanael representaba a la humanidad, al preguntar si de Nazaret podía salir algo de bueno. ¡Pobre ser humano, que solo puede ver las cosas de la tierra! Mientras tus ojos vean apenas el plano horizontal de la vida, estarás limitado a la confusión y a la desesperación de este mundo.

El mensaje de hoy es un desafío a ver la vida desde la perspectiva vertical. Alza los ojos y mira, en el cielo, a un Dios capaz de mostrarte la solución cuando piensas que todo está perdido.

Sal hoy, a enfrentar los desafíos, pensando en el sentido espiritual de lo que menciona Mateo: “Y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno”.

✏️ Alejandro B

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🔎 VIDAS QUE INSPIRAN

📖 No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Salmo 91:5,6.

Por los pasadizos secretos del alma o por los pantanos traicioneros del espíritu, a través de generaciones, transitan en tropel los temores. Vienen atraídos por las historias que la mente arranca de lugares lejanos y desconocidos.

Comienzan a arribar cuando cae el sol, silenciosamente… Se sientan formando círculos y perturbando la paz.

Existe gente que no logra dormir; los somníferos resultan insuficientes para ahuyentar los temores que tomaron de asalto la ciudadela del corazón.

El salmista David sabía bien lo que era eso: huía de un enemigo real; el rey Saúl deseaba destruir al joven que Dios había escogido para ser su sucesor. El monarca no aceptaba que había pasado su oportunidad. El poder tiene la capacidad de enviciar a la persona: quien lo tiene, no quiere perderlo y hace cualquier cosa con tal de conservarlo.

David huía, andando por el desierto y durmiendo en cuevas. Aquellas noches, solitario y perseguido, supo lo que era el miedo. Pero descubrió, también, lo que significa tener un Protector como el Dios Todopoderoso, a quien había decidido servir.

El salmo 91 de donde extraje el texto para el devocional de hoy, es un salmo de confianza, y sirve de inspiración para todos aquellos que, de una forma o de otra, enfrentan enemigos reales o imaginarios. El miedo paraliza, te incapacita para avanzar, te hace retroceder; te quita, poco a poco, hasta las ganas de soñar y de vivir.

Lo llaman depresión: son miedos que la mayoría de las veces no tienen razón de ser; pero el espíritu tiene sus pantanos, oscuros e incomprensibles. Si es de día, sufres porque es de día y, cuando la noche llega, los temores continúan.

El consejo del salmista es que, si vas a esconderte bajo las alas de tu Protector, no tienes razón para vivir angustiado. Nada de lo que te hagan tocará tu vida, ni siquiera las fuerzas de las tinieblas.

Por eso, hoy, sal a correr detrás de tus deberes diarios seguro de que tu vida está escondida en Jesús. Si es así: “No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya”.

✏️ Alejandro B

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🔎 SÍGUEME!

📖 Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió. Mateo 9:9.

La Biblia es un libro que llama; una permanente invitación. Desde el Jardín del Edén, cuando Adán y Eva se escondieron del Padre y el Señor llamó: “Adán, ¿dónde estás?”, hasta el último libro de la Biblia, que termina diciendo “Y el Espíritu y la esposa dicen: ven”.

La Biblia, también, presenta la respuesta de las personas a la invitación divina: muchos aceptaron; otros rechazaron; hubo un tercer grupo, que postergó la decisión.

Estos últimos, sin quererlo, pasaron a formar parte del primer grupo: no decidir es rechazar. El propio Jesús lo declaró: “El que no es conmigo, es contra mí, y el que conmigo no recoge, desparrama”.

El versículo de hoy presenta el llamado de Mateo. Este hombre fue uno de los que se levantó y siguió a Jesús, sin vacilar. Aceptar la invitación de Jesús implicaba cambiar completamente el rumbo de su vida: él tenía una vida cómoda, dinero, empleo y buena posición social. Es verdad que el pueblo lo despreciaba por ser un funcionario público, pero eso no lo afectaba mucho; al fin de cuentas, tenía todo lo que el dinero es capaz de proporcionar. Pero, no era feliz. Tener no significa ser. Puedes tener abundancia de cosas, pero no ser un hombre o una mujer feliz.

Pero, Jesús llegó a Mateo y le presentó la invitación: “Sígueme”. Y Mateo no lo dudó: se levantó, dejó todo y siguió al maestro. ¿Por qué tanta prisa? Porque Jesús “pasaba”, afirma el texto; Jesús siempre pasa. En realidad, todo pasa en la vida, y las oportunidades también son pasajeras; se van y raramente vuelven. Bien, Jesús se iba, pasaba. Le presentó la invitación, lo llamó; pero se iba, continuaba su camino, y Mateo no lo pensó dos veces: se levantó y lo siguió.

¿Hace cuánto tiempo que Jesús te llama y tú postergas la decisión de seguirlo? ¿Cuántas veces más crees que el Señor te va a esperar?

Recuerda que Jesús pasa. Y, aunque él te espera, la vida no lo hará; se irá, inexorablemente.

Acaba la primavera. Llegará el otoño; y después el invierno. Solo que, tratándose de las estaciones del año, tú sabes que la primavera regresará. Pero, con el corazón humano no sucede lo mismo: cuando se endurece, se endurece para siempre.

Por eso, hoy, decide hacer lo que hizo Mateo.

Recuerda: “Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió”.

✏️ Alejandro B

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🔎 MEDITACIÓN DE HOY

📖 BURLADORES

Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias. 2 Pedro 3:3.

Moreno, setenta años, cabellos y barba emblanquecidos por el tiempo, rostro apacible y andar pausado: el hombre parece un abuelo cariñoso, que lleva un regalo a sus nietos. Es eso lo que cualquiera pensaría, al verlo caminar por las calles de una ciudad, vistiendo traje oscuro, con un maletín de cuero negro en la mano derecha.

La verdad es otra. El anciano no lleva regalo alguno: el maletín esconde una bomba en forma de noticia. La noticia sacudirá a la opinión pública mundial; provocará las reacciones más controversiales.

Al dar la vuelta al mundo, el hecho lleva a muchas personas a pensar que aquel anciano está fuera de sus cabales; otras, creen que el hombre del maletín negro solo busca promoverse. Al fin de cuentas, los hombres públicos necesitan estar siempre en evidencia. Y Ernie Chamber, senador independiente por el Estado de Nebraska, es un viejo, polémico e irreverente hombre público.

Catorce de septiembre de 2007. Diez y treinta de la mañana. El senador Chamber entra en la corte del Condado de Douglas, mira hacia todos lados, como un niño que desea llamar la atención, y hace explotar la noticia: abre un proceso judicial en contra de Dios.

En el proceso, el abogado afroamericano, que nunca ha ejercido la carrera, acusa a Dios de ser el causante de todas las “inundaciones devastadoras, terremotos horrendos, terribles huracanes, plagas, pestilencias, acciones terroristas, hambrunas, guerras genocidas” y otras tantas catástrofes mundiales que aterrorizan a la humanidad.

El proceso judicial que Chamber inició en contra de Dios, inverosímil como pueda ser, muestra la irreverencia del hombre moderno, típicamente incrédulo, contra Dios. En segundo lugar, la preocupación del ser humano con la realidad atemorizante de nuestros días: algo extraño sucede en este planeta, y solo no lo ve quien no quiere verlo.

Si hay una verdad meridiana en la Biblia, es el hecho de que Jesús volverá a esta tierra, con el fin de poner punto final a la historia del pecado. Pero, también afirma que, en los últimos días, habrá gente incrédula que se burlará de esta verdad.

¿Cuál es tu actitud? ¿Te estás preparando para aquel gran encuentro o te dejas contagiar por la cultura de nuestros días? Tu respuesta es clave, porque: “en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias”.

✏️ Alejandro B

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🔎 CONFÍA

📖 Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. Lucas 22:32.

¿Cómo haces para tener fe? ¿Cómo haces para seguir esperando, cuando nada de lo que esperas sucede?

Si, al menos, existiera en el aire un tímido olor a promesas que se cumplen; pasos lejanos de la persona amada, que regresa. Si crujiera alguna hoja seca a tus espaldas, diciéndote que has recuperado la audición perdida. Pero, nada de lo que esperas sucede; y escuchas, desanimado, lo que las demás personas cuentan acerca de los hechos extraordinarios que Dios obra en su vida.

El otro día, alguien me dijo: “Tengo la impresión de que cuanto más espero en Dios, él más se olvida de mí”. Jesús sabía que ese tipo de pensamientos iba a asaltar muchas veces la mente de sus hijos. Por eso, un día aseguró a Pedro: “He rogado por ti, para que tu fe no falte”.

La fe es confianza. Cuando tú conoces a una persona, sabes que puedes confiar en ella; tienes la seguridad de que no te fallará. Puede, incluso, demorar por circunstancias que después sabrás, pero estás seguro de que no te fallará. La conoces bien.

Esto te conduce de nuevo a Jesús. No es posible tener fe en Jesús y en sus promesas, si no convives a diario con él. Esa convivencia te lleva a conocerlo. Y entonces tienes la seguridad de que, aunque aparentemente sus promesas demoran, él no te abandonó. Está ahí, cerca de ti, esperando el momento oportuno para mostrarte la salida.

Me anima la idea de saber que Jesús está en este momento rogando al Padre por mí, para que mi fe no falte. Es que la única manera de ser feliz, en este mundo de tinieblas, es saber que, aunque se demore, la luz del nuevo día brillará.

Jesús le dijo más a Pedro. Le dijo que otra de las maneras de sentir menos el dolor y las dificultades es estar ocupado en testificar a los demás respecto del amor de Dios: “Una vez vuelto, confirma a tus hermanos”. Una vida centrada en uno mismo es, con frecuencia, una vida llena de ansiedad. Cuanto más miras al reloj, pareciera que el tiempo no corre; pero, cuando te olvidas de la hora y empiezas a trabajar, el tiempo vuela.

Haz de este un día más de convivencia con Jesús y de servicio a las personas. No temas de nadie ni de nada; no desesperes, si las cosas que esperas todavía no sucedieron. Y toma las palabras de Jesús como si fuesen para ti: “Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos”.

✏️ Alejandro B

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🔎 EXTRAÑOS

📖 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado. Colosenses 1:21.

En otro tiempo. Allá, en los rincones más apartados de la ignorancia espiritual; en las sombras del alejamiento de Dios; en los páramos de la desesperación. Cuando no conocíamos a Cristo; cuando, intentando ser felices a nuestro modo, peregrinábamos por caminos tormentosos que nos conducían a la muerte.

En otro tiempo. Cuando llegaba la noche y no podíamos dormir, porque la culpa generaba un miedo espantoso de la soledad; cuando sentíamos un dolor extraño dentro del pecho, y no sabíamos definirlo.

A nosotros, que éramos extraños, porque nadie podía entender las incoherencias de nuestras acciones: sí, a nosotros, que éramos controlados por la mente enemiga; a nosotros, Dios nos buscó y nos encontró, y nos reconcilió por la sangre de su Hijo.

El versículo de hoy nos muestra que la raíz del sufrimiento es la mente enemiga: solo una mente enemiga puede maltratar a la naturaleza de la forma que lo hace; solo una mente enemiga puede acabar con la fuente de los recursos naturales, llevado por la voracidad de la ganancia.

¿Cómo explicar, si no existiese la mente enemiga, que un adulto abuse de un niño? ¿Cómo entender la autodestrucción de un joven, dominado por las drogas? ¿Cómo justificar la agresión de un hombre a la mujer que prometió amar hasta la muerte?

En vano intenta la psicología humana explicar los meandros intrincados del comportamiento humano; en vano, trata la sociedad de reeducar a un delincuente: solo Dios tiene la solución para el problema del pecado, porque solo él puede transformar la mente enemiga.

El instrumento para hacerlo se llama reconciliación. En la persona de Jesús, somos traídos de vuelta a los brazos del Padre. Y ese día, la alocada carrera del ser humano llega a su fin. Ese día, no necesitas probar a nadie que eres lo que eres; ese día, simplemente te encuentras a ti mismo.

Por eso, hoy, sal de tu casa recordando la declaración de Pablo a los colosenses: “Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado”.

✏️ Alejandro B

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🔎 EL NOMBRE DE JESÚS

📖 Sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. Hechos 4:10.

Creo en los milagros. A lo largo de mi vida, los he presenciado muchas veces. Desde vidas transformadas hasta enfermos curados por Dios, cuando la ciencia dictaminaba que no había más posibilidad de recuperación.

El otro día, un joven me preguntó por qué hoy Dios no sigue operando milagros, como en los tiempos apostólicos. La verdad es que sí, los sigue operando hoy como ayer. Solo que, en los tiempos apostólicos, la iglesia necesitaba más de ellos porque representaban una especie de credencial de poder, para establecer la obra del evangelio.

El texto de hoy menciona el nombre de Jesucristo. En los tiempos apostólicos, los grandes milagros ocurrían “en el nombre de Jesús”. Mirando hacia aquellos tiempos, el pueblo cristiano corre el peligro de banalizar el nombre de Jesús, creyendo que es una especie de fórmula mágica para resolver todo tipo de problemas.

En la Biblia, el nombre de una persona simbolizaba su carácter. Hacer las cosas en el nombre del Señor es vivir la vida que él vivió, reflejar su carácter y andar en sus caminos.

Cuando Jesús estuvo en esta tierra, advirtió que, en el día final, muchos que estarán condenados a la muerte eterna se presentarán a él, alegando que habían hecho milagros en “su nombre”. Y la respuesta del Maestro será: “Yo no os conozco, apartaos de mí, obradores de maldad”.

¿Puede un obrador de maldad hacer milagros en el nombre de Jesús? ¡Evidentemente que sí! Esas personas se limitaron a mencionar el nombre, pero se resistieron a reflejar el carácter del Salvador. Hoy es un día para meditar. ¿Hasta qué punto el carácter de Jesucristo se refleja en mi vida?

Ve a Jesús esta mañana, y permite que él conduzca tus caminos. Y prepárate para los grandes milagros que el Señor está dispuesto a obrar en la vida de los que lo buscan de todo corazón y con toda humildad. “Sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano”.

✏️ Alejandro B

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🔎 JESÚS

Puedo escuchar tu nombre resonando en los salones de la historia de la humanidad, rebotando en las paredes interior del corazón humano, cabalgando en las ondas del sonido, trascendiendo y transmitiendo vida a cada sustancia, ahí estabas Tú

Antes de que se formase el polvo o de que latiesen los corazones de los seres vivos, Tú estabas sobre el horizonte del primer amanecer de la historia, porque para ti la oscuridad no era un problema. Por muy orgullosa que sea la noche, se tiene que echar a un lado y postrarse ante tu presencia, porque con tres palabras la sometiste a ti: Sea la luz.

Y como un cuadro al óleo en blanco comenzaste a pintar: misterio y majestad entrelazados para manifestar la maravilla de tu creación. Múltiples milagros tan profundos que no podemos ni pronunciarlos, pero que saben cuando es su momento de inclinarse, así como nosotros también conocemos y sabemos cuando nos toca inclinarnos. Igual que las estrellas que esperaron tu permiso para iluminar la bóveda celestial.

Tú eres la fuente de nuestra vida, el sujeto de nuestro asombro y la quietud en medio de la tormenta. Nos elevas por encima de las mareas que amenazan con ahogarnos en tiempos difíciles. Ante ti la tormenta tiembla, el agua retrocede y las nubes se retiran, solo por el poder que hay en tu nombre.

Eres el Dios poderoso, con el brazo más poderoso que haya existido jamás, mas potente que el ejército del faraón y más alto que las murallas de Jericó. Más profundo que la cueva de Daniel y más brillante que el oro de Babilonia. Más penetrante que el silencio de 400 años que tú mismo rompiste para acabar con la maldición, poniendo en marcha tu plan de salvación.

Eres más puro que la mirra que llevaron los sabios, más furioso que las aguas que anegaron la tierra bajo tus pies. Condenaste la enfermedad al infierno y liberaste a los cautivos de sus cárceles de pecado.

Tuya es toda la autoridad en los cielos y en la tierra, Tú alzas y dejas caer a los poderosos según el poder de tu palabra.Y nadie: ni los ejércitos del cielo ni ningún ser vivo de la tierra, se puede resistir a tu mando. Nada puede rebajar tu gloria ni disminuir el sacrificio que hiciste por nosotros, porque lo hiciste libremente.

La cruz que tomaste la escogiste tú, igual que la piedra que cerraba la tumba en la que demostraste que ni la muerte tenía poder sobre ti. Porque tuyo es todo el poder, tuyo es el imperio, tuya es la fuerza, tuyo es el honor y tuyo es todo.

Por eso no temeremos si la tierra se hunde o tiembla, ni tampoco si la economía o las circunstancias son adversas, o si los sistemas políticos de este mundo comienzan a fallar, o que las noches se alarguen y el enemigo ataca a la puerta; estamos bajo la protección de tu nombre. Y ese nombre hace que los que tiemblen sean las fuerzas de la oscuridad.

JESÚS

✏️ Benjamin Frugoni

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🔎 RECONCILIACIÓN

📖 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación. 2 Corintios 5:18.

El ascensor era lo suficientemente amplio, y tenía capacidad para varias personas. Sin embargo, Clayton prefirió tomar las escaleras, a pesar del maletín pesado; es que Lauro estaba en el elevador, y Clayton no deseaba hablar con él. Nadie entendía la situación, porque ambos habían sido amigos hacía mucho tiempo. Lo peor es que los dos se sentían mal con esa situación.

Entonces, surgió la presencia de Juana, que sirvió de mediadora para reconciliarlos. Los tres se abrazaron. A partir de aquel día, Clayton y Lauro volvieron a sonreír.

No sé si percibiste que, cuando estás disgustado con alguna persona, no tienes paz en el corazón. Esa era la situación del ser humano después de caer en el pecado.

Recuerda que lo primero que hicieron Adán y Eva, después de la desobediencia, fue huir y esconderse de la presencia de Dios. Esa situación tampoco dejaba feliz a Dios, porque amaba al ser humano y sufría al verlo huyendo de su amor.

¿Qué hacer?

El texto de hoy enseña que la iniciativa de la reconciliación fue divina. “Todo esto proviene de Dios”, aclara Pablo. El ser humano no se salva porque quiera salvarse, sino porque Dios quiere hacerlo: es Dios quien lo busca, incansablemente, hasta encontrarlo.

A fin de que su presencia gloriosa, de santidad y de pureza, no destruya al pobre pecador, Dios se vale de un Mediador; y ese mediador es Cristo. “Quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo”. Aquí, encontramos la idea de que había una distancia enorme entre Dios y el hombre, y Cristo se constituyó en el puente a través del cual podemos tener otra vez acceso al Padre. Con su naturaleza divina el Señor Jesús toma la mano del Padre, y con su naturaleza humana extiende su otra mano en dirección al hombre caído, a fin de rescatarlo. Y, de esta manera, reconcilia al hombre con Dios.

Todo lo que necesitas hacer es aceptar que Jesús te tome de la mano. Y hoy puede ser ese gran momento, porque cada mañana es siempre una nueva oportunidad.

No salgas, sin saber que “todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación”.

✏️ Alejandro B

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🔎 ¿ESTÁ CONTIGO?

📖 Y Dios me dijo: Diles: No subáis, ni peleéis, pues no estoy entre vosotros; para que no seáis derrotados por vuestros enemigos. Deuteronomio 1:42.

Sandro se da vuelta en la cama; las horas pasan, y no duerme. En la penumbra de su mente, se abrazan los recuerdos y los olvidos; se encadenan sus miedos con sus Rfracasos. Y aquellas luchas internas parecen besar al niño escondido en lo recóndito de sus temores.

Sandro llora el dolor del fracaso. Su mundo se ha derrumbado en pedazos; sus sueños se han transformado en pesadillas. Él se consideraba un águila que surcaba el espacio azul; el cielo infinito era su límite. Tal vez por eso, su caída fue estrepitosa. Quién sabe, tal vez por eso su orgullo sangra, como herida abierta.

El Señor lo advirtió muchas veces, pero parecería que la criatura insiste en no aprender: “No subas ni pelees, si no estoy contigo. No te atrevas a enfrentar los desafíos que la vida te presenta, si no tienes la convicción de que estoy a tu lado”.

Sandro fue a la “guerra” solo. Al principio, parecía que las cosas le iban bien; que no necesitaba de Dios. Repentinamente los vientos favorables de la economía empezaron a soplar en dirección contraria, y el joven promisorio percibió que su embarcación se iba a pique.

Luchó con todas sus fuerzas; como un león hambriento, buscando la supervivencia. Todo falló. El barco se hundió definitivamente, y ahora Sandro llora el error de haber salido en solitario a enfrentar las batallas de la vida.

El otro día, un hombre incrédulo me preguntó:

-¿Cuál es la ventaja de tener a Dios en los negocios? ¿No crees que Dios tiene mucho trabajo, como resolver el problema de millones de niños que mueren de hambre todos los días? ¿Para qué colocar sobre sus hombros el trabajo que yo puedo hacer?

Sí, Dios se preocupa con los niños hambrientos. Pero, se preocupa también por ti, y desea participar de tus sueños.

Sandro no es la única persona que llora la tragedia de haber querido triunfar solo. Miles de cadáveres yacen en la historia del éxito, como hojas secas llevadas por el viento del fracaso.

Por eso, hoy, no salgas sin tener en cuenta el consejo de Dios: “No subáis, ni peleéis, pues no estoy entre vosotros; para que no seáis derrotados por vuestros enemigos”.

✏️ Alejandro B

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🔎 LA SOMBRA

📖 Tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos. Hechos 5:15.

Hay personas que jamás olvidamos: el tiempo pasa, la juventud se va, las arrugas aparecen, como surcos que abre el tiempo; pero, el recuerdo de ellas perdura. Su influencia es semejante a un perfume que insiste en quedar impregnado en la piel. Creo que Pedro era una de esas personas. Los últimos años de su vida, la gente seguía colocando lechos y camas con la idea de que, al pasar el apóstol, “a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos”.

Me emociona leer esto, porque este Pedro que las personas seguían por todos lados era el mismo que, una noche oscura y fría de invierno, había negado al Señor Jesús.

En aquel momento, después de que el gallo cantara por tercera vez, el derrotado Pedro corrió desesperado, rumbo a las tinieblas de su propia consciencia. El martilleo de la culpa lo golpeaba, inclemente: había traicionado a su Maestro; lo había abandonado en el momento en que el Señor más lo necesitaba.

El rayar de un nuevo día encontró a un hombre hecho pedazos. El enemigo le susurraba:

“Tú ya no vales nada, ¿por qué no te ahorcas, como lo hizo Judas?” En el silencio del alba, sin embargo, recordó aquella mirada de Jesús, al cruzar el patio del Templo. Humillado, azotado, burlado, el Maestro le expresó, en aquella mirada: “Tú, Pedro, lo arruinaste todo. Pero, yo vine para hacer todo de nuevo. Confía en mí; yo te sigo amando”.

Fue aquella mirada lo que lo animó a creer que era posible levantarse. Y se levantó. Cayó de rodillas, pidiendo perdón, y se irguió. Antes de levantarte, es necesario caer arrodillado, y reconocer que tú no puedes. El poder de Dios solo se manifiesta en el alma contrita y humilde.

Poco tiempo después, encontramos a Pedro ordenando al paralítico: “No tengo oro ni plata, pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesús te digo, levántate y anda”. Y el hombre salió, saltando como un niño.

Sí, algunas personas van y vienen. Pero otras, como Pedro, llegan a tu vida y, a partir de ese momento, jamás eres el mismo: su influencia marca, impresiona e inspira.

Haz de este día un día de inspiración. Utiliza tu influencia para el bien. Pide a Dios que, por donde fueres, las personas deseen estar a tu lado, aunque sea para recibir tu sombra. Que tu vida y tu influencia sean como las de Pedro:

“Tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos”.

✏️ Alejandro B

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🔎 IMPIEDAD

📖 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad. Romanos 1:18.

Las angostas callejuelas del pueblecito nos llevaron hasta el único hotel. Había comenzado a nevar, y el frío atravesaba el abrigo de lana que vestía. Era un pequeño hotel, de pocas habitaciones y techo de lámina. Para pasar una noche de emergencia, estaba más que bien.

El recepcionista, un hombre obeso, mal encarado, nos recibió de mala gana. Al enterarse de que éramos pastores, vociferó y espetó pestes de Dios y de los creyentes. No le hicimos caso; pagamos y entramos. “Es un hombre sin cultura”, me comentó mi compañero, en un intento de amenizar la actitud grosera del hombrón. Tal vez sí; quizás, él dijo todo aquello porque era falto de cultura. Pero la impiedad, que significa irreverencia contra Dios, no es patrimonio de gente sin cultura.

La mañana que escribo este devocional, los periódicos publican la noticia de que la escritora Ariane Sherine y el biólogo Richard Dawkins iniciaron una campaña publicitaria, en los ómnibus de Londres. Enormes pancartas exhiben la frase: “Probablemente Dios no existe. Para de preocuparte y vive la vida”.

Los autores de la campaña alegan que la suya es una reacción en contra de la histeria de los cristianos que, frente a la crisis económica que asusta al mundo, dicen que es el juicio de Dios sobre los hombres impenitentes.

Hay dos problemas detrás de la noticia: el primero es la “impiedad” del hombre moderno: San Pablo ya anunció que esta sería una característica de los tiempos previos a la segunda venida de Cristo.

El segundo problema es la idea equivocada de la ira divina. La palabra “ira”, en hebreo, es orge, que literalmente significa “impulso violento”, pero que también significa “indignación” o “rechazo”. Tú no puedes imaginar a Dios llevado a actuar por impulso violento; eso es propio de la naturaleza pecaminosa. Dios es santo; en él, no tienen cabida los “impulsos violentos”.

Pero, por otro lado, Dios tampoco acepta la actitud rebelde e irreverente del ser humano: lo libera a su propia destrucción. Dios no necesita hacer nada para destruir al impiadoso; es solo dejarlo, y él se autodestruirá.

Hoy es el día de buena nueva; hoy es el día de salvación. Este es el momento de reconocer a Dios, y de permitir que él asuma el control de la vida. “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad”.

✏️ Alejandro B

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2024/12/22 20:24:46
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