. *"EL FIN DEL TIEMPO DE LA GRACIA"*. " Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente". (Tito 2: 11- 12, RV60). La gracia salvadora ofrecida a toda la humanidad existe desde antes de la fundación del mundo, tal como lo afirma Pablo: "Nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para ser parte de su pueblo y destinario de su gracia antes de crearnos, por si decidimos separarnos de él. No fuimos predestinados a ser destruidos, sino a ser salvos por su gracia. El fin del llamamiento y las siete postreras plagas marcarán el fin de la gracia para el planeta, y ahora que aún disfrutamos de la gracia, debemos prepararnos para ese momento final.
*FILOSOFÍA DE UN SIERVO FIEL*
El peón es la figura más modesta del ajedrez, y en su pequeñez habita una grandeza silenciosa. Su fuerza no está en el esplendor ni en la conquista, sino en la fidelidad con que avanza, paso a paso, hacia su propósito.
No posee la agilidad del caballo ni la estrategia del alfil. No reina ni domina. Su avance es lento y constante, reflejo de un corazón que sigue el deber por encima del deseo. Porque en el servicio desinteresado se revela la verdadera nobleza.
No retrocede, porque la nostalgia no es virtud en la vida del creyente. Dios nos llama hacia adelante, a crecer en fe y en carácter, sin aferrarnos a lo que quedó atrás rebela contra su lugar en el tablero, sino que acepta su posición con humildad. Así también, el siervo de Cristo se somete a Su voluntad, confiando en que el plan de Dios es perfecto y que en la obediencia se encuentra la victoria.
Cada paso que da es un acto de coraje. No porque desafíe al enemigo, sino porque desafía su propio temor al sacrificio. Así como Cristo se entregó sin reservas, el creyente avanza con la certeza de que su vida no le pertenece, sino que es instrumento en manos del Señor.
Puede ser tomado, puede caer, y aun así, no se detiene. Porque la recompensa del siervo fiel no está en la gloria terrenal, sino en la promesa eterna.
Y si llega al final, se transforma. No por ambición, sino por gracia. Porque aquel que ha caminado en obediencia, sin desviarse de la fe, recibe la corona de justicia prometida por el Señor.
El peón nos enseña que la verdadera elevación no es la que se impone, sino en el tiempo de Dios, con humildad y perseverancia.
Así que, amado hermano, persevera. No desfallezcas en el camino. Aunque tu obra parezca pequeña, aunque tu lugar no sea el de honor, en la humildad y la fidelidad hallarás el verdadero poder. Porque Dios exalta al que se humilla, y fortalece al que se entrega sin reservas.
*Sigue adelante, pues en la perseverancia y la humildad está la victoria en Cristo.*
El peón es la figura más modesta del ajedrez, y en su pequeñez habita una grandeza silenciosa. Su fuerza no está en el esplendor ni en la conquista, sino en la fidelidad con que avanza, paso a paso, hacia su propósito.
No posee la agilidad del caballo ni la estrategia del alfil. No reina ni domina. Su avance es lento y constante, reflejo de un corazón que sigue el deber por encima del deseo. Porque en el servicio desinteresado se revela la verdadera nobleza.
No retrocede, porque la nostalgia no es virtud en la vida del creyente. Dios nos llama hacia adelante, a crecer en fe y en carácter, sin aferrarnos a lo que quedó atrás rebela contra su lugar en el tablero, sino que acepta su posición con humildad. Así también, el siervo de Cristo se somete a Su voluntad, confiando en que el plan de Dios es perfecto y que en la obediencia se encuentra la victoria.
Cada paso que da es un acto de coraje. No porque desafíe al enemigo, sino porque desafía su propio temor al sacrificio. Así como Cristo se entregó sin reservas, el creyente avanza con la certeza de que su vida no le pertenece, sino que es instrumento en manos del Señor.
Puede ser tomado, puede caer, y aun así, no se detiene. Porque la recompensa del siervo fiel no está en la gloria terrenal, sino en la promesa eterna.
Y si llega al final, se transforma. No por ambición, sino por gracia. Porque aquel que ha caminado en obediencia, sin desviarse de la fe, recibe la corona de justicia prometida por el Señor.
El peón nos enseña que la verdadera elevación no es la que se impone, sino en el tiempo de Dios, con humildad y perseverancia.
Así que, amado hermano, persevera. No desfallezcas en el camino. Aunque tu obra parezca pequeña, aunque tu lugar no sea el de honor, en la humildad y la fidelidad hallarás el verdadero poder. Porque Dios exalta al que se humilla, y fortalece al que se entrega sin reservas.
*Sigue adelante, pues en la perseverancia y la humildad está la victoria en Cristo.*
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🌱🥜LA BUENA SEMILLA🥜🌱
Domingo 4 Mayo
Sabiendo que fuisteis rescatados… con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo.1 Pedro 1:18-20
Antes de la fundación del mundo (2)
“El Padre ama al Hijo” (Juan 5:20).
Antes de la fundación del mundo, Dios Padre amó a su Hijo Jesucristo, quien era:
– Un Cordero “destinado”, conocido de antemano.
En la Biblia, el cordero habla de un sacrificio.
Antes de la fundación del mundo, un Cordero fue preparado para ser sacrificado. Abraham anunció que Dios proveería el cordero para el holocausto (Génesis 22:8). 2000 años después, Juan el Bautista, al ver a Jesús declaró: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).
Jesús también es el Cordero de Dios anunciado a Abraham y provisto para el sacrificio.
¿Por qué era necesario un sacrificio? Por la desobediencia del primer hombre, a causa de la cual el pecado entró en el mundo.
Jesús vino a este mundo para librarnos de las consecuencias del pecado (Romanos 6:23).
Murió como la víctima perfecta, y su sangre derramada limpia de todo pecado a los que creen en él (1 Juan 1:7). “Se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado” (Hebreos 9:26).
En el libro del Apocalipsis volvemos a ver al Cordero de Dios (Apocalipsis 5:6, 8, 12-13). Todos podemos constatar que fue inmolado, es decir, sacrificado.
Gracias a él, ahora Dios puede salvar a todos los que creen en él.
El hecho de que este Cordero fuera destinado desde antes de la fundación del mundo proclama que, desde siempre, Dios estuvo dispuesto a sacrificar a su amado Hijo por los hombres pecadores.
(continuará el próximo domingo)
Lectura:📖✍
1 Reyes 3 – Marcos 7:1-23 – Salmo 51:13-19 – Proverbios 14:31-32
Domingo 4 Mayo
Sabiendo que fuisteis rescatados… con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo.1 Pedro 1:18-20
Antes de la fundación del mundo (2)
“El Padre ama al Hijo” (Juan 5:20).
Antes de la fundación del mundo, Dios Padre amó a su Hijo Jesucristo, quien era:
– Un Cordero “destinado”, conocido de antemano.
En la Biblia, el cordero habla de un sacrificio.
Antes de la fundación del mundo, un Cordero fue preparado para ser sacrificado. Abraham anunció que Dios proveería el cordero para el holocausto (Génesis 22:8). 2000 años después, Juan el Bautista, al ver a Jesús declaró: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).
Jesús también es el Cordero de Dios anunciado a Abraham y provisto para el sacrificio.
¿Por qué era necesario un sacrificio? Por la desobediencia del primer hombre, a causa de la cual el pecado entró en el mundo.
Jesús vino a este mundo para librarnos de las consecuencias del pecado (Romanos 6:23).
Murió como la víctima perfecta, y su sangre derramada limpia de todo pecado a los que creen en él (1 Juan 1:7). “Se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado” (Hebreos 9:26).
En el libro del Apocalipsis volvemos a ver al Cordero de Dios (Apocalipsis 5:6, 8, 12-13). Todos podemos constatar que fue inmolado, es decir, sacrificado.
Gracias a él, ahora Dios puede salvar a todos los que creen en él.
El hecho de que este Cordero fuera destinado desde antes de la fundación del mundo proclama que, desde siempre, Dios estuvo dispuesto a sacrificar a su amado Hijo por los hombres pecadores.
(continuará el próximo domingo)
Lectura:📖✍
1 Reyes 3 – Marcos 7:1-23 – Salmo 51:13-19 – Proverbios 14:31-32
Un águila aconsejó a una mujer sobre la mejor forma de criar a los hijos.
—¿Estás bien, madre humana? —preguntó el águila.
La mujer, sorprendida, la miró fijamente.
—Tengo miedo, mi bebé está por nacer y tengo tantas dudas. Quiero darle lo mejor, quiero que su vida sea fácil y bonita, pero ¿Cómo sabré si lo estoy criando bien?
El águila observó a la mujer y se posó cerca de ella.
—Criar a un hijo no es fácil. No es cuestión de que todo sea cómodo. De hecho, es todo lo contrario. Cuando mis aguiluchos nacen, el nido está lleno de plumas y hierbas suaves, tienen un lugar donde pueden descansar, donde se sienten seguros. Pero cuando llega el momento en que deben aprender a valerse por sí mismos, saco todo eso. Solo dejo las espinas.
La mujer frunció el ceño, confundida.
—¿Espinas? ¿Por qué hacerlo tan difícil?
El águila la miró con seriedad.
—Porque las espinas incomodan. Y esa incomodidad es necesaria. Ellos no se quedan allí esperando que todo les sea servido. Las espinas los obligan a buscar un mejor lugar, a crecer. La comodidad no les enseña nada.
La mujer pensó en las palabras del águila, pero aún tenía dudas.
—¿Y qué haces cuando caen? —preguntó, intrigada.
El águila respondió.
—Los lanzo al aire. Al principio, caen porque el viento les gana, pero yo los rescato. Los levanto con mis garras y los lanzo de nuevo. Una y otra vez, hasta que aprenden a volar por sí mismos. ¿Sabes qué hago después? Los dejo ir. Ya no los ayudo más.
La mujer la miró, con los ojos abiertos, sin entender por completo.
—No solapo la dependencia —continuó el águila—. Mis hijos deben aprender a volar, deben aprender a ser fuertes por sí mismos. La vida no se trata de mantenerlos en un nido suave y seguro todo el tiempo. Si los cuido demasiado, si los mantengo en mi nido por siempre, no les estaré enseñando nada. Ellos deben encontrar su camino, y sé que lo harán.
La mujer, mirando al águila, respiró profundo.
—Entonces, ¿debo dejar que mi hijo sufra un poco? —dijo la mujer, un poco temerosa.
El águila asintió.
—No es sufrir. Es aprender. Y aunque te duela, madre humana, lo mejor que puedes hacer es enseñarle a ser fuerte. No lo retengas, no lo apapaches todo el tiempo. Hazlo volar.
La mujer asintió, acarició su vientre, miró al águila por un largo momento y luego, con una sonrisa, se despidió del ave.
—Gracias, madre águila —susurró, mientras se alejaba—. Tus consejos son muy valiosos.
La mujer siguió su camino, dispuesta a ser la madre que su hijo necesitaba: firme, valiente, una madre que le enseñe a volar.
Si quieres que tu hijo vuele alto… No lo hagas todo por él. No lo mantengas en un nido de comodidad. Las águilas empujan a sus crías fuera del nido, las dejan enfrentarse a las espinas, porque saben que solo así aprenderán a volar.
No tengas miedo de verlos caer. Tú, como el águila, estarás ahí para levantarlos, pero no los mantengas bajo tu ala por siempre. Déjalos enfrentar el viento. Déjalos aprender a ser fuertes.
El amor verdadero no es protegerlos de todo, es enseñarles a volar, aunque eso signifique dejar que caigan. Déjalos encontrar su camino, incluso si tropiezan en el proceso.
—¿Estás bien, madre humana? —preguntó el águila.
La mujer, sorprendida, la miró fijamente.
—Tengo miedo, mi bebé está por nacer y tengo tantas dudas. Quiero darle lo mejor, quiero que su vida sea fácil y bonita, pero ¿Cómo sabré si lo estoy criando bien?
El águila observó a la mujer y se posó cerca de ella.
—Criar a un hijo no es fácil. No es cuestión de que todo sea cómodo. De hecho, es todo lo contrario. Cuando mis aguiluchos nacen, el nido está lleno de plumas y hierbas suaves, tienen un lugar donde pueden descansar, donde se sienten seguros. Pero cuando llega el momento en que deben aprender a valerse por sí mismos, saco todo eso. Solo dejo las espinas.
La mujer frunció el ceño, confundida.
—¿Espinas? ¿Por qué hacerlo tan difícil?
El águila la miró con seriedad.
—Porque las espinas incomodan. Y esa incomodidad es necesaria. Ellos no se quedan allí esperando que todo les sea servido. Las espinas los obligan a buscar un mejor lugar, a crecer. La comodidad no les enseña nada.
La mujer pensó en las palabras del águila, pero aún tenía dudas.
—¿Y qué haces cuando caen? —preguntó, intrigada.
El águila respondió.
—Los lanzo al aire. Al principio, caen porque el viento les gana, pero yo los rescato. Los levanto con mis garras y los lanzo de nuevo. Una y otra vez, hasta que aprenden a volar por sí mismos. ¿Sabes qué hago después? Los dejo ir. Ya no los ayudo más.
La mujer la miró, con los ojos abiertos, sin entender por completo.
—No solapo la dependencia —continuó el águila—. Mis hijos deben aprender a volar, deben aprender a ser fuertes por sí mismos. La vida no se trata de mantenerlos en un nido suave y seguro todo el tiempo. Si los cuido demasiado, si los mantengo en mi nido por siempre, no les estaré enseñando nada. Ellos deben encontrar su camino, y sé que lo harán.
La mujer, mirando al águila, respiró profundo.
—Entonces, ¿debo dejar que mi hijo sufra un poco? —dijo la mujer, un poco temerosa.
El águila asintió.
—No es sufrir. Es aprender. Y aunque te duela, madre humana, lo mejor que puedes hacer es enseñarle a ser fuerte. No lo retengas, no lo apapaches todo el tiempo. Hazlo volar.
La mujer asintió, acarició su vientre, miró al águila por un largo momento y luego, con una sonrisa, se despidió del ave.
—Gracias, madre águila —susurró, mientras se alejaba—. Tus consejos son muy valiosos.
La mujer siguió su camino, dispuesta a ser la madre que su hijo necesitaba: firme, valiente, una madre que le enseñe a volar.
Si quieres que tu hijo vuele alto… No lo hagas todo por él. No lo mantengas en un nido de comodidad. Las águilas empujan a sus crías fuera del nido, las dejan enfrentarse a las espinas, porque saben que solo así aprenderán a volar.
No tengas miedo de verlos caer. Tú, como el águila, estarás ahí para levantarlos, pero no los mantengas bajo tu ala por siempre. Déjalos enfrentar el viento. Déjalos aprender a ser fuertes.
El amor verdadero no es protegerlos de todo, es enseñarles a volar, aunque eso signifique dejar que caigan. Déjalos encontrar su camino, incluso si tropiezan en el proceso.
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Nueva Traducción Viviente
Jeremías 17:7-9
7. »Pero benditos son los que confían en el SEÑOR y han hecho que el SEÑOR sea su esperanza y confianza.
8. Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes y nunca dejan de producir fruto.
9. »El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente sabe qué tan malo es?
Jeremías 17:7-9
7. »Pero benditos son los que confían en el SEÑOR y han hecho que el SEÑOR sea su esperanza y confianza.
8. Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes y nunca dejan de producir fruto.
9. »El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente sabe qué tan malo es?
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🌱🥜LA BUENA SEMILLA🥜🌱
Lunes 5 Mayo
Los muertos… fueron juzgados cada uno según sus obras.Apocalipsis 20:13
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.Gálatas 6:7
El cuadro de nuestra vida
Hace mucho tiempo, un hombre rico visitó una galería de arte. De repente centró su atención en un impresionante cuadro que mostraba a una mujer pobre rodeada de sus hijos.
Con una mirada suplicante, tendía la mano a un hombre cuyo rostro permanecía duro: su corazón era insensible a la miseria de la mujer.
El visitante quedó petrificado. Una escena volvió a su memoria… Reconoció sus propios rasgos en el rostro del hombre. Y la pobre mujer era la que una vez había echado de su casa.
Sus lágrimas le reprochaban nuevamente su crueldad.
Ella no había podido pagar el alquiler; y él, insensible a la situación y duro de corazón, la había echado a la calle con sus hijos.
El cuadro estaba firmado por el hijo de aquella mujer, quien se había convertido en un pintor famoso.
Ahora este hombre se veía enfrentado a sus propias acciones… La escena le parecía insoportable.
¡Con cuánto gusto habría destruido el cuadro!
Llegará el día cuando todo ser humano que no haya creído en Dios tendrá que ver toda la película de su vida.
Pero hoy las escenas oscuras de nuestra vida aún pueden ser borradas por la fe en Jesucristo, si confesamos nuestros pecados a Dios.
Sin embargo, el que se niegue a recibir el perdón y la gracia de Dios, basados en el sacrificio de su Hijo, un día comparecerá con toda su culpa ante el tribunal divino, sin esperanza de perdón.
¡Entonces será demasiado tarde!
Lectura:📖✍
1 Reyes 4 – Marcos 7:24-37 – Salmo 52 – Proverbios 14:33-34
Lunes 5 Mayo
Los muertos… fueron juzgados cada uno según sus obras.Apocalipsis 20:13
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.Gálatas 6:7
El cuadro de nuestra vida
Hace mucho tiempo, un hombre rico visitó una galería de arte. De repente centró su atención en un impresionante cuadro que mostraba a una mujer pobre rodeada de sus hijos.
Con una mirada suplicante, tendía la mano a un hombre cuyo rostro permanecía duro: su corazón era insensible a la miseria de la mujer.
El visitante quedó petrificado. Una escena volvió a su memoria… Reconoció sus propios rasgos en el rostro del hombre. Y la pobre mujer era la que una vez había echado de su casa.
Sus lágrimas le reprochaban nuevamente su crueldad.
Ella no había podido pagar el alquiler; y él, insensible a la situación y duro de corazón, la había echado a la calle con sus hijos.
El cuadro estaba firmado por el hijo de aquella mujer, quien se había convertido en un pintor famoso.
Ahora este hombre se veía enfrentado a sus propias acciones… La escena le parecía insoportable.
¡Con cuánto gusto habría destruido el cuadro!
Llegará el día cuando todo ser humano que no haya creído en Dios tendrá que ver toda la película de su vida.
Pero hoy las escenas oscuras de nuestra vida aún pueden ser borradas por la fe en Jesucristo, si confesamos nuestros pecados a Dios.
Sin embargo, el que se niegue a recibir el perdón y la gracia de Dios, basados en el sacrificio de su Hijo, un día comparecerá con toda su culpa ante el tribunal divino, sin esperanza de perdón.
¡Entonces será demasiado tarde!
Lectura:📖✍
1 Reyes 4 – Marcos 7:24-37 – Salmo 52 – Proverbios 14:33-34
Lunes, 5 de Mayo del Año 2025. Osber Rodríguez Vidal.+5363660113. La Santa Biblia es la Palabra de Dios. *"UNA GRAN PROMESA"*. "Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, con todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso". (Mateo 24: 31, NVI). Lo maravilloso es llegar hacer incorporado a la familia celestial, donde el Rey de Reyes y Señor de Señores será nuestro Padre y nosotros sus hijos, herederos de todo lo que le pertenece. Tal como lo menciona el apóstol Pablo: " OS habéis acercado al monte Sion, a la ciudad de Dios vivo, Jerusalén la Celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles" (Hebre612: 22). Para entonces, la enfermedad, el dolor y el sufrimiento habrán desaparecido para siempre. Oremos pidiendo a Dios que nos de oportunidad de vivir con él en la Nueva Jerusalén, en la tierra Nueva.
Hola Amada Iglesia.
Dios les bendiga abundantemente.
*_"DIOS APLASTARÁ A SATANÁS"_*
> *Romanos 16:20* _"Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros"._
Bendiciones.
Dios les bendiga abundantemente.
*_"DIOS APLASTARÁ A SATANÁS"_*
> *Romanos 16:20* _"Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros"._
Bendiciones.
🌱🥜LA BUENA SEMILLA🌱🥜
Miércoles 7 Mayo
Nosotros predicamos a Cristo crucificado.1 Corintios 1:23
Me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado.
1 Corintios 2:2
Lo insensato de Dios
Si hay algo extraordinario en la historia del mundo, es el inmenso desarrollo del cristianismo.
Parece increíble que se haya extendido tan rápidamente por el imperio romano, y luego por todo el mundo, teniendo en cuenta que la esencia del Evangelio es que un hombre objeto de insultos, burlas, golpes, fue clavado en una cruz cerca de Jerusalén, y que este hombre era el Hijo de Dios dándose en sacrificio por la salvación del mundo.
Imaginemos la oposición que encontró la proclamación del Evangelio ante personas que ciertamente no eran sencillas: judíos religiosos, por un lado, griegos con formación filosófica, por otro… Al oír esta extraordinaria predicación: “Jesucristo, Hijo de Dios”, que murió en la cruz “por nuestros pecados”, y resucitó, muchos dijeron: ¡Qué locura!
Pues bien, ¡esta locura triunfó sobre todos los obstáculos! Es la prueba misma de su valor divino.
“Cristo crucificado… Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.
Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres” (1 Corintios 1:23-25).
Jesús lo había ilustrado con el ejemplo de la serpiente de bronce que Moisés levantó en el desierto.
Bastaba con mirarla para curarse de la mordedura mortal de las serpientes.
¿Qué representa esto? A Jesús crucificado. “Es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:14-15).
Lectura:📖✍
1 Reyes 6 – Marcos 8:22-38 – Salmo 54 – Proverbios 15:1-2
Miércoles 7 Mayo
Nosotros predicamos a Cristo crucificado.1 Corintios 1:23
Me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado.
1 Corintios 2:2
Lo insensato de Dios
Si hay algo extraordinario en la historia del mundo, es el inmenso desarrollo del cristianismo.
Parece increíble que se haya extendido tan rápidamente por el imperio romano, y luego por todo el mundo, teniendo en cuenta que la esencia del Evangelio es que un hombre objeto de insultos, burlas, golpes, fue clavado en una cruz cerca de Jerusalén, y que este hombre era el Hijo de Dios dándose en sacrificio por la salvación del mundo.
Imaginemos la oposición que encontró la proclamación del Evangelio ante personas que ciertamente no eran sencillas: judíos religiosos, por un lado, griegos con formación filosófica, por otro… Al oír esta extraordinaria predicación: “Jesucristo, Hijo de Dios”, que murió en la cruz “por nuestros pecados”, y resucitó, muchos dijeron: ¡Qué locura!
Pues bien, ¡esta locura triunfó sobre todos los obstáculos! Es la prueba misma de su valor divino.
“Cristo crucificado… Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.
Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres” (1 Corintios 1:23-25).
Jesús lo había ilustrado con el ejemplo de la serpiente de bronce que Moisés levantó en el desierto.
Bastaba con mirarla para curarse de la mordedura mortal de las serpientes.
¿Qué representa esto? A Jesús crucificado. “Es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:14-15).
Lectura:📖✍
1 Reyes 6 – Marcos 8:22-38 – Salmo 54 – Proverbios 15:1-2
Hola Amada Iglesia.
Dios les bendiga abundantemente.
*"DIOS TE LIBRARÁ".*
*Daniel 3:17*
_"He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará"._
Bendiciones.
Dios les bendiga abundantemente.
*"DIOS TE LIBRARÁ".*
*Daniel 3:17*
_"He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará"._
Bendiciones.
*LAS FAMILIAS NECESITAN A DIOS:*
–Al Dios de la Biblia.
Donde los padres:
–Se amen y se respeten.
–Sirvan en un ministerio.
–Oren uno por el otro.
–Oren por y con sus hijos.
–Vayan a la Iglesia juntos como familia.
–Enseñen a sus hijos con el ejemplo.
–Corrijan, instruyan, guíen y disciplinen.
–Abracen y bendigan a cada uno de sus hijos.
–Fomenten y procuren la convivencia familiar.
–Lean y reflexionen en la Biblia como prioridad.
–Siembren en sus hijos principios y valores.
–Formen y moldeen el carácter de los hijos.
–Que los preparen como una generación de relevo.
–Que les enseñen los beneficios de servirle a Dios.
–Que les dejen como legado que amen y sirvan al Señor y pongan toda su vida en Sus manos.
No se trata solo de ir a la Iglesia los domingos o una vez al mes y estando todos en casa no se aguanten y vivan solo para insultarse, lastimarse, herirse, faltarse el respeto, ofenderse y hacer lo que Dios aborrece.
Se trata de trabajar día a día por construir una familia saludable donde abunden las palabras de bendición, que corten todo lo que les destruye y aprendan a honrarse y cuidarse unos a los otros.
Se trata de tener cambios reales que les hagan mejores cónyuges y mejores padres, que procuren vivir en obediencia y aprendan a amar lo que Dios ama y a caminar como él quiere que caminemos.
–Al Dios de la Biblia.
Donde los padres:
–Se amen y se respeten.
–Sirvan en un ministerio.
–Oren uno por el otro.
–Oren por y con sus hijos.
–Vayan a la Iglesia juntos como familia.
–Enseñen a sus hijos con el ejemplo.
–Corrijan, instruyan, guíen y disciplinen.
–Abracen y bendigan a cada uno de sus hijos.
–Fomenten y procuren la convivencia familiar.
–Lean y reflexionen en la Biblia como prioridad.
–Siembren en sus hijos principios y valores.
–Formen y moldeen el carácter de los hijos.
–Que los preparen como una generación de relevo.
–Que les enseñen los beneficios de servirle a Dios.
–Que les dejen como legado que amen y sirvan al Señor y pongan toda su vida en Sus manos.
No se trata solo de ir a la Iglesia los domingos o una vez al mes y estando todos en casa no se aguanten y vivan solo para insultarse, lastimarse, herirse, faltarse el respeto, ofenderse y hacer lo que Dios aborrece.
Se trata de trabajar día a día por construir una familia saludable donde abunden las palabras de bendición, que corten todo lo que les destruye y aprendan a honrarse y cuidarse unos a los otros.
Se trata de tener cambios reales que les hagan mejores cónyuges y mejores padres, que procuren vivir en obediencia y aprendan a amar lo que Dios ama y a caminar como él quiere que caminemos.
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Jueves 8 Mayo
La casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.1 Timoteo 3:15
Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.Efesios 1:22-23
¿Qué es la Iglesia?
Hay muchas opiniones respecto a la Iglesia, pero ¿podemos hablar de la Iglesia (o Asamblea) cuando hay tantas congregaciones que se autodenominan así?
¿Qué dice la Biblia? Ella afirma que la Iglesia es única.
Está conformada por todos los que han creído en el Señor Jesucristo y han recibido su vida mediante el nuevo nacimiento.
Cuando cre– yeron fueron sellados con el Espíritu Santo y todos están unidos a Cristo y forman la Iglesia.
La Biblia utiliza tres imágenes para hablar de la Iglesia tal como Dios la ve.
Cada una
resalta su unidad fundamental:
– La Casa de Dios: La Iglesia es un edificio
espiritual, seguro e inamovible, que Cristo construye; cada piedra representa un creyente. Dios habita en la Iglesia por su Espíritu, y allí se le agradece, se le alaba en un orden armonioso.
– El cuerpo de Cristo: Es un organismo espiritual compuesto por una multitud de miembros, que son los creyentes, unidos por el Espíritu Santo a la Cabeza, es decir, a Cristo glorificado en el cielo. Todos los miembros dependen unos de otros para la vida colectiva, el alimento espi– ritual, el servicio al Señor, las alegrías y las penas.
La actividad de cada uno depende de la Cabeza, Cristo, que coordina el conjunto.
– La esposa de Cristo: Este es el lado de los sentimientos. Cristo dio su vida por la Iglesia y la cuida cada día.
La alimenta y la purifica hasta el momento en que se la presentará sin mancha ni arruga (Efesios 5:25-27).
En res– puesta, la Iglesia ama a Cristo y se somete a él.
Lectura:📖✍
1 Reyes 7:1-22 – Marcos 9:1-29 – Salmo 55:1-7 – Proverbios 15:3-4
Jueves 8 Mayo
La casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.1 Timoteo 3:15
Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.Efesios 1:22-23
¿Qué es la Iglesia?
Hay muchas opiniones respecto a la Iglesia, pero ¿podemos hablar de la Iglesia (o Asamblea) cuando hay tantas congregaciones que se autodenominan así?
¿Qué dice la Biblia? Ella afirma que la Iglesia es única.
Está conformada por todos los que han creído en el Señor Jesucristo y han recibido su vida mediante el nuevo nacimiento.
Cuando cre– yeron fueron sellados con el Espíritu Santo y todos están unidos a Cristo y forman la Iglesia.
La Biblia utiliza tres imágenes para hablar de la Iglesia tal como Dios la ve.
Cada una
resalta su unidad fundamental:
– La Casa de Dios: La Iglesia es un edificio
espiritual, seguro e inamovible, que Cristo construye; cada piedra representa un creyente. Dios habita en la Iglesia por su Espíritu, y allí se le agradece, se le alaba en un orden armonioso.
– El cuerpo de Cristo: Es un organismo espiritual compuesto por una multitud de miembros, que son los creyentes, unidos por el Espíritu Santo a la Cabeza, es decir, a Cristo glorificado en el cielo. Todos los miembros dependen unos de otros para la vida colectiva, el alimento espi– ritual, el servicio al Señor, las alegrías y las penas.
La actividad de cada uno depende de la Cabeza, Cristo, que coordina el conjunto.
– La esposa de Cristo: Este es el lado de los sentimientos. Cristo dio su vida por la Iglesia y la cuida cada día.
La alimenta y la purifica hasta el momento en que se la presentará sin mancha ni arruga (Efesios 5:25-27).
En res– puesta, la Iglesia ama a Cristo y se somete a él.
Lectura:📖✍
1 Reyes 7:1-22 – Marcos 9:1-29 – Salmo 55:1-7 – Proverbios 15:3-4
🌱🥜LA BUENA SEMILLA🌱🥜
Sábado 10 Mayo
Gustad, y ved que es bueno el Señor; dichoso el hombre que confía en él.Salmo 34:8
(Jesús dijo:) Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.Apocalipsis 21:6
¿Lo ha probado?
Al terminar su discurso, un profesor ateo invitó al público a hacer preguntas.
Un hombre mayor se levantó y se puso al lado del profesor.
Luego, sacando una naranja de su bolsillo, empezó a pelarla.
El orador le pidió que formulara su pregunta, pero el hombre siguió pelando su naranja sin responder.
Luego se la comió, casco por casco, sin decir nada. Cuando terminó, se volvió hacia el profesor y finalmente habló:
–Esta es mi pregunta: Dígame, la naranja que comí, ¿era amarga o dulce?
–Cómo voy a saberlo?, respondió el orador, molesto. ¡No la he probado!
–Ah!, dijo el hombre mayor. ¿Cómo puede hablar de Cristo si nunca lo ha probado?
El apóstol Pedro, dirigiéndose a los jóvenes creyentes, les preguntó si habían “gustado la benignidad del Señor”.
La bondad del Señor se «saborea» con el corazón, no con la cabeza.
Muchos creyentes no tienen la capacidad para dar una conferencia sobre el cristianismo, pero conocen a su Señor.
Han “gustado la benignidad del Señor”.
Igualmente, un hombre sediento que ha bebido un vaso de agua sabrá que el agua es refrescante, ¡mejor que el químico que puede disertar largamente sobre la composición de la molécula de agua! ¡Hay que probarlo para saberlo!
Jesús invita: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (Juan 7:37).
¡Hay que experimentarlo yendo a él! ¡Entonces sabrá, porque lo ha probado, que él es bueno y que puede saciar la sed de su corazón!
Lectura:📖✍
1 Reyes 8:1-30 – Marcos 10:1-31 – Salmo 55:16-23 – Proverbios 15:7-8
Sábado 10 Mayo
Gustad, y ved que es bueno el Señor; dichoso el hombre que confía en él.Salmo 34:8
(Jesús dijo:) Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.Apocalipsis 21:6
¿Lo ha probado?
Al terminar su discurso, un profesor ateo invitó al público a hacer preguntas.
Un hombre mayor se levantó y se puso al lado del profesor.
Luego, sacando una naranja de su bolsillo, empezó a pelarla.
El orador le pidió que formulara su pregunta, pero el hombre siguió pelando su naranja sin responder.
Luego se la comió, casco por casco, sin decir nada. Cuando terminó, se volvió hacia el profesor y finalmente habló:
–Esta es mi pregunta: Dígame, la naranja que comí, ¿era amarga o dulce?
–Cómo voy a saberlo?, respondió el orador, molesto. ¡No la he probado!
–Ah!, dijo el hombre mayor. ¿Cómo puede hablar de Cristo si nunca lo ha probado?
El apóstol Pedro, dirigiéndose a los jóvenes creyentes, les preguntó si habían “gustado la benignidad del Señor”.
La bondad del Señor se «saborea» con el corazón, no con la cabeza.
Muchos creyentes no tienen la capacidad para dar una conferencia sobre el cristianismo, pero conocen a su Señor.
Han “gustado la benignidad del Señor”.
Igualmente, un hombre sediento que ha bebido un vaso de agua sabrá que el agua es refrescante, ¡mejor que el químico que puede disertar largamente sobre la composición de la molécula de agua! ¡Hay que probarlo para saberlo!
Jesús invita: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (Juan 7:37).
¡Hay que experimentarlo yendo a él! ¡Entonces sabrá, porque lo ha probado, que él es bueno y que puede saciar la sed de su corazón!
Lectura:📖✍
1 Reyes 8:1-30 – Marcos 10:1-31 – Salmo 55:16-23 – Proverbios 15:7-8