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Anibal González
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Wao, "He decidido seguir a Cristo" es un himno que la mayoría sabemos, y disfrutamos cada vez que lo cantamos, pero la historia detrás del mismo lo hace aún más interesante. Que cada vez que lo cantemos sea una declaración en toda verdad y de todo nuestro corazón ❤️.
Se cumplen 506 años del inicio de la Reforma Protestante donde Martín Lutero clavó sus 95 tésis en la puerta de la catedral de Wittemberg. Aquí presento algunos de los puntos fundamentales que entraron en el debate de la Reforma en los siguientes años:
• La Justificación es solamente por la Fe y no por obras.
• Cristo es la cabeza de la Iglesia, no el papa.
• Cristo es el único mediador entre Dios y los hombres; María y los santos de la iglesia de Roma, no lo son.
• Las Escrituras son autoritativas e infalibles. Ellas dictan lo que la iglesia debe enseñar y no al revés.
• La Salvación es solamente por Gracia, no la merecemos o ganamos.
• La venta de indulgencias no es más que un negocio que viene del infierno mismo. Un engaño, estafa y mentira.
• La falsa doctrina del purgatorio.
• La Justificación es solamente por la Fe y no por obras.
• Cristo es la cabeza de la Iglesia, no el papa.
• Cristo es el único mediador entre Dios y los hombres; María y los santos de la iglesia de Roma, no lo son.
• Las Escrituras son autoritativas e infalibles. Ellas dictan lo que la iglesia debe enseñar y no al revés.
• La Salvación es solamente por Gracia, no la merecemos o ganamos.
• La venta de indulgencias no es más que un negocio que viene del infierno mismo. Un engaño, estafa y mentira.
• La falsa doctrina del purgatorio.
Además de estas doctrinas, el movimiento de la Reforma promovió y sentó las bases para que la Biblia estuviera en cada hogar y en el idioma de las masas. Que hoy tengas muchas Biblias en casa e incluso hasta en una aplicación gratuita en tu celular se debe en gran manera a la reforma protestante y el deseo de estos hombres de Dios de que la verdad no estuviera oculta nunca más.
GLORIA A DIOS por cuidar a Su Pueblo y por usar hombres valientes y leales a Él para purificar su Santa Iglesia del engaño.
¡DESPUÉS DE LAS TINIEBLAS LA LUZ!
Tomado de Facebook del Tío Bautista.
GLORIA A DIOS por cuidar a Su Pueblo y por usar hombres valientes y leales a Él para purificar su Santa Iglesia del engaño.
¡DESPUÉS DE LAS TINIEBLAS LA LUZ!
Tomado de Facebook del Tío Bautista.
#Efemérides El Sínodo de Dort fue un Sínodo internacional celebrado en Dordrecht en 1618-1619, por la Iglesia Reformada Holandesa, para resolver una controversia divisiva causada por el surgimiento del Arminianismo. La primera reunión fue el 13 de noviembre de 1618 y la reunión final, la 180, fue el 29 de mayo de 1619. También se invitó a representantes votantes de ocho iglesias reformadas extranjeras.
El Sínodo concluyó con un rechazo de los puntos de vista arminianos y expuso la doctrina reformada en cada punto, a saber: depravación total, elección incondicional, expiación limitada (argumentando que la obra expiatoria de Cristo estaba destinada solo a los elegidos y no al resto de los mundo), la gracia irresistible (o irrevocable), y la perseverancia de los santos.
El Sínodo concluyó con un rechazo de los puntos de vista arminianos y expuso la doctrina reformada en cada punto, a saber: depravación total, elección incondicional, expiación limitada (argumentando que la obra expiatoria de Cristo estaba destinada solo a los elegidos y no al resto de los mundo), la gracia irresistible (o irrevocable), y la perseverancia de los santos.
La decisión del Sínodo de Dort sobre los cinco puntos principales de la doctrina en disputa en los Países Bajos, es conocida popularmente como los Cánones de Dort. En el prefacio original, la Decisión se llama:
«un juicio, en el que se explica el punto de vista verdadero que está de acuerdo con la palabra de Dios con respecto a los cinco puntos de doctrina antes mencionados y se rechaza el punto de vista falso que está en desacuerdo con la Palabra de Dios».
Se había encargado a los trece ministros arminianos, incluido Episcopius, que permanecieran en Dort hasta recibir nuevas instrucciones. El 20 de mayo de 1619, los ministros remonstrantes que habían estado presentes fueron convocados por los comisionados laicos del sínodo y se les ordenó abstenerse de actividades ministeriales como predicar, exhortar, administrar los sacramentos y visitar a los enfermos. Además, se ordenó a Episcopio que no escribiera cartas,ni libros que promovieran las doctrinas de los protestantes. Los remostrantes acordaron abstenerse de ministrar en las iglesias ordenadas por el gobierno, pero confesaron su deber de exponer sus doctrinas dondequiera que la gente se reuniera para escucharlas.
#FeReformada
«un juicio, en el que se explica el punto de vista verdadero que está de acuerdo con la palabra de Dios con respecto a los cinco puntos de doctrina antes mencionados y se rechaza el punto de vista falso que está en desacuerdo con la Palabra de Dios».
Se había encargado a los trece ministros arminianos, incluido Episcopius, que permanecieran en Dort hasta recibir nuevas instrucciones. El 20 de mayo de 1619, los ministros remonstrantes que habían estado presentes fueron convocados por los comisionados laicos del sínodo y se les ordenó abstenerse de actividades ministeriales como predicar, exhortar, administrar los sacramentos y visitar a los enfermos. Además, se ordenó a Episcopio que no escribiera cartas,ni libros que promovieran las doctrinas de los protestantes. Los remostrantes acordaron abstenerse de ministrar en las iglesias ordenadas por el gobierno, pero confesaron su deber de exponer sus doctrinas dondequiera que la gente se reuniera para escucharlas.
#FeReformada
La santificación del creyente se define como un proceso continuo en el cual el Espíritu Santo obra en la vida del individuo, transformándolo a la imagen de Cristo. Se enfoca en la obediencia a la Palabra de Dios, la dependencia en la gracia divina y la progresiva renovación del carácter moral del creyente. La santificación implica una separación del pecado y una dedicación creciente a vivir conforme a los principios bíblicos.
El Grinch es un personaje antagonista que detesta la Navidad. Se caracteriza por tener un corazón amargado, hostil y deseoso de robar regalos y la felicidad que la festividad representa.
En esta temporada del año, han salido a la luz muchos “cristianos Grinch”, y no nos referimos a aquellos que optan por no celebrar la Navidad (ya que son libres de no hacerlo), sino a quienes, no satisfechos con eso, también se esfuerzan por robar la alegría a otros creyentes al señalar “paganismo” aquí y etiquetar a “paganos” allá.
Afirmar que es “pagano” decorar la casa con luces, frutas y un árbol adornado carece de fundamento. Siempre que la Biblia señale el paganismo, se referirá a una adoración “consciente”, “directa” y “manifiesta” a dioses falsos. Nunca se trata de una adoración inconsciente, como si adorar a “Tamúz” o a “Invictus” ocurriera sin el individuo saberlo.
Jeremías 10:1-16 no se refiere al árbol de Navidad, sino a troncos cortados para hacer ídolos y utilizarlo en el culto pagano (Is. 44:9-18). Sacar el pasaje de Jeremías de contexto para demonizar el árbol de Navidad es un claro ejemplo de anacronismo.
Ciertamente Jesús no nació un 25 de diciembre, y no encontramos ningún mandamiento bíblico explícito sobre la Navidad. Sin embargo, desde una perspectiva bíblica, hay buenas razones para celebrar el nacimiento del Salvador (Lc. 2:14, 20), y siempre que se haga de acuerdo con la moral bíblica, no hay razón para condenarla.
El Grinch cristiano va en contra del principio de libertad cristiana establecido por Pablo en Romanos 14, donde cada individuo, según su conciencia, es libre de celebrar o ignorar el 25 de diciembre, siempre que lo haga “para el Señor”. Pablo no vio ningún problema en comer alimentos sacrificados a ídolos, siempre que se consagren en oración y la adoración al único Dios verdadero permanezca (1 Cor. 8; 1 Tim. 4:4-10).
Sin embargo, a pesar de esto, el Grinch cristiano elige, no solo abstenerse de la Navidad, sino demonizar y etiquetar como paganos a todos aquellos que, en familia, desean recordar festivamente el nacimiento del Salvador y la encarnación de nuestro Dios.
Fuente - Gracia y verdad 🙏🙏
En esta temporada del año, han salido a la luz muchos “cristianos Grinch”, y no nos referimos a aquellos que optan por no celebrar la Navidad (ya que son libres de no hacerlo), sino a quienes, no satisfechos con eso, también se esfuerzan por robar la alegría a otros creyentes al señalar “paganismo” aquí y etiquetar a “paganos” allá.
Afirmar que es “pagano” decorar la casa con luces, frutas y un árbol adornado carece de fundamento. Siempre que la Biblia señale el paganismo, se referirá a una adoración “consciente”, “directa” y “manifiesta” a dioses falsos. Nunca se trata de una adoración inconsciente, como si adorar a “Tamúz” o a “Invictus” ocurriera sin el individuo saberlo.
Jeremías 10:1-16 no se refiere al árbol de Navidad, sino a troncos cortados para hacer ídolos y utilizarlo en el culto pagano (Is. 44:9-18). Sacar el pasaje de Jeremías de contexto para demonizar el árbol de Navidad es un claro ejemplo de anacronismo.
Ciertamente Jesús no nació un 25 de diciembre, y no encontramos ningún mandamiento bíblico explícito sobre la Navidad. Sin embargo, desde una perspectiva bíblica, hay buenas razones para celebrar el nacimiento del Salvador (Lc. 2:14, 20), y siempre que se haga de acuerdo con la moral bíblica, no hay razón para condenarla.
El Grinch cristiano va en contra del principio de libertad cristiana establecido por Pablo en Romanos 14, donde cada individuo, según su conciencia, es libre de celebrar o ignorar el 25 de diciembre, siempre que lo haga “para el Señor”. Pablo no vio ningún problema en comer alimentos sacrificados a ídolos, siempre que se consagren en oración y la adoración al único Dios verdadero permanezca (1 Cor. 8; 1 Tim. 4:4-10).
Sin embargo, a pesar de esto, el Grinch cristiano elige, no solo abstenerse de la Navidad, sino demonizar y etiquetar como paganos a todos aquellos que, en familia, desean recordar festivamente el nacimiento del Salvador y la encarnación de nuestro Dios.
Fuente - Gracia y verdad 🙏🙏
Forwarded from La Biblia En Tu Vida
Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Romanos 15:13 - RVR60
Romanos 15:13 - RVR60
La frase atribuida a Charles Spurgeon resalta una preocupación por mantener la autenticidad y el enfoque correcto en la práctica de la fe, evitando el entretenimiento superficial como medio para alcanzar profundidad espiritual. Desde una perspectiva bíblica, este pensamiento se alinea con varios pasajes que enfatizan la importancia de la Palabra de Dios y la sinceridad del corazón en la adoración.
La Biblia advierte sobre la confiabilidad de las emociones y el corazón con pasajes como Jeremías 17:9, "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?". Este versículo sugiere que el corazón humano, por sí solo, es una fuente insegura para discernir la verdad y la dirección correcta.
En contraste, la Palabra de Dios se presenta como confiable y veraz. En 2 Timoteo 3:16-17, se afirma: "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra". Este pasaje resalta la función de la Escritura como la guía definitiva para la enseñanza y la formación del carácter cristiano.
El Salmo 119:11 también enfatiza la importancia de la Palabra de Dios en la vida de un creyente: "En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti". Esto refleja la idea de que la Palabra de Dios es un tesoro que debe ser internalizado, formando la base de nuestras acciones y adoración.
En el contexto de la adoración, Jesús mismo enfatiza la importancia de la sinceridad y la verdad, como se ve en Juan 4:23-24: "Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren". Esto indica que la adoración genuina no depende de emociones superficiales o prácticas externas, sino que debe estar fundamentada en un entendimiento verdadero y una relación sincera con Dios.
En resumen, la adoración centrada en la Palabra de Dios, en lugar de en emociones pasajeras o en el entretenimiento, es un tema bíblico que se enfatiza a lo largo de las Escrituras. Esto no significa que la emoción y la alegría no tengan lugar en la adoración; más bien, deben ser respuestas genuinas al entendimiento y la reflexión de la verdad divina, no el producto de manipulaciones externas o distracciones.
En contraste, la Palabra de Dios se presenta como confiable y veraz. En 2 Timoteo 3:16-17, se afirma: "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra". Este pasaje resalta la función de la Escritura como la guía definitiva para la enseñanza y la formación del carácter cristiano.
El Salmo 119:11 también enfatiza la importancia de la Palabra de Dios en la vida de un creyente: "En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti". Esto refleja la idea de que la Palabra de Dios es un tesoro que debe ser internalizado, formando la base de nuestras acciones y adoración.
En el contexto de la adoración, Jesús mismo enfatiza la importancia de la sinceridad y la verdad, como se ve en Juan 4:23-24: "Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren". Esto indica que la adoración genuina no depende de emociones superficiales o prácticas externas, sino que debe estar fundamentada en un entendimiento verdadero y una relación sincera con Dios.
En resumen, la adoración centrada en la Palabra de Dios, en lugar de en emociones pasajeras o en el entretenimiento, es un tema bíblico que se enfatiza a lo largo de las Escrituras. Esto no significa que la emoción y la alegría no tengan lugar en la adoración; más bien, deben ser respuestas genuinas al entendimiento y la reflexión de la verdad divina, no el producto de manipulaciones externas o distracciones.