✨"Mi rincón literario "✨

Me volví a quedar inmóvil como la primera vez que la aprecié en el castigo producto a la pelea, una sensación rara me invadió sin aviso previo, sentí mi corazón acelerarse, calentarse mis mejillas como si tuviera fiebre y una sensación de reboloteo en el estómago.
¿Pero que es esto?– Me pregunté internamente. No es esto lo que debería estar pasando debería hablarle para tratar de disculparme por lo que ocurrió hoy en la mañana, es que no se ha dado ni siquiera que estoy aquí todavía, debería al menos tratar de hablarle para que no se asuste si por evento casual se girara ya que pensaría que soy un acosador o algo – Mi monólogo interior estaba muy intenso, pero puede llamarme a la realidad con gran esfuerzo.
Lucian: — Bue....bue... buenas noches Caroline – dejé escapar con tartamudeos esa frase de mi boca
Caroline: — Buenas noches– solamente dijo mientras se incorporaba un poco temblorosa, pero al darse la vuelta y ver que era yo enseguida dijo— ¡Lucian! ¿Es qué eres imbécil? Por poco me matas de un ataque cardíaco. ¿Que haces por aquí? – preguntó.
Lucian: — La verdad, usualmente paso por acá me gusta el paisaje que se puede disfrutar desde este parque creo es algo especial y aunque hoy estaba un poco más sombrío el paisaje seguía siendo digno de admirar pues tenía un encanto mágico con tu presencia– eso dijo mi boca, mientras mi mente decía que acabas de hacer pendejo la embarraste, pero a lo grande macho.
Dejo salir una carcajada muy animada y luego de ella dijo
Caroline: — Me preguntó porque siempre haces y dices cosas tan raras de momento, la verdad no me desagradan tus cosas, pero aún así en ocasiones están fuera de lugar
Lucian: — Jejeje, yo tampoco sé que es lo que ocurre dentro de mí para que sucedan tales disparates –Respondí mientras disimulaba con una sonrisa nerviosa.
Caroline: —No deberías ir por ahí haciendo o diciendo tan a la ligera esas cosas se pueden mal interpretar y crear malos entendidos
Lucian:— Hablando de malos entendidos, te debo una disculpa por lo del abrazo de la hora del almuerzo, de verdad lo siento no quería incomodarte, pero mi cuerpo actúo solo.
Caroline: — Te perdono con una condición –enunció con tono juguetón
Lucian: — ¿Cuál? – pregunté curioso
Caroline: — Que hagas amigos en la escuela con los que puedas compartir el tiempo y no necesites estar solo en la azotea de la escuela
Lucian: — Amigos ni hablar las relaciones internacionales se hacen muy difíciles parecen como un protocolo de baile de los años en que polulaba la nobleza con sus riquezas, además siempre que das confianza estás dando la posibilidad de que te lastimen o te encuentren tus defectos ocultos y por ello te hagan burlas, convirtiéndote en el centro de todos los chistes y bromas de mal gusto que alimentan el humor retorcido de la mayoría de las personas, cuando encuentra una debilidad en tu persona no dejan de restregártela en cara una y otra vez, no estoy dispuesto a pasar por ello.
Caroline: — Te estás escuchando, pareces alguien que ha renunciado a ser parte del mundo, hablas como si eso fuera una regla para todo, pero deberías de darte una oportunidad de compartir con personas que de verdad aporten a tu vida y estén ahí para ti en los tiempos malos y buenos, esos son los amigos, pero no te puedo negar que es verdad que existen personas así.
Lucian: — Además ¿Quién quería ser amigo de una persona tan hostil como yo? – pregunté, ya que cuando caminaba por la escuela todos me miraban con miedo por mis continuas peleas.
Caroline: — Buena pregunta, pero siempre habrá alguien solo tienes que intentarlo, tengo una idea yo seré tu primera amiga y veremos que pasa.
Lucian — Ok, te seguiré la corriente, pero no creo que vayas a querer ser mi amiga por mucho tiempo.
Caroline: —Eso lo veremos sobre la marcha.
Después de un rato de seguir charlando de temas randoms, nos despedimos y volvimos a tomar cinos completamente opuestos como el primer día en que hablamos.

551 viewsElieser Oliva Ladrón de Guevara, 00:24