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13 de febrero: Imitar a Cristo | Carta de San Pío de Pietrelcina para hoy
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LA SANTA FAZ
La Santa Faz de Jesús es una devoción que honra el rostro de Cristo, especialmente desfigurado durante su Pasión.
Esta devoción se formalizó en el siglo XIX gracias a Sor María de San Pedro, Carmelita descalza, que recibió revelaciones sobre la importancia de rendir homenaje a la Santa Faz para reparar las ofensas a Dios.
Las letanías y oraciones se consideran un poderoso medio para combatir la apostasía y promover la conversión de los pecadores.
La devoción a la Santa Faz se centra en varios aspectos:
🔸Reparación: pretende reparar las blasfemias y ofensas contra Dios, ofreciendo el Rostro sufriente de Cristo en expiación por los pecados del mundo.
🔸Promesas divinas: quienes oran con fe ante el Santa Faz pueden recibir gracias extraordinarias, incluyendo curaciones y conversiones inesperadas.
🔸Simbolismo: El rostro de Jesús es visto como un reflejo de su amor infinito, y contemplar su Rostro desfigurado recuerda a los fieles el sacrificio que hizo por la humanidad.
La Santa Faz de Jesús es una devoción que honra el rostro de Cristo, especialmente desfigurado durante su Pasión.
Esta devoción se formalizó en el siglo XIX gracias a Sor María de San Pedro, Carmelita descalza, que recibió revelaciones sobre la importancia de rendir homenaje a la Santa Faz para reparar las ofensas a Dios.
Las letanías y oraciones se consideran un poderoso medio para combatir la apostasía y promover la conversión de los pecadores.
La devoción a la Santa Faz se centra en varios aspectos:
🔸Reparación: pretende reparar las blasfemias y ofensas contra Dios, ofreciendo el Rostro sufriente de Cristo en expiación por los pecados del mundo.
🔸Promesas divinas: quienes oran con fe ante el Santa Faz pueden recibir gracias extraordinarias, incluyendo curaciones y conversiones inesperadas.
🔸Simbolismo: El rostro de Jesús es visto como un reflejo de su amor infinito, y contemplar su Rostro desfigurado recuerda a los fieles el sacrificio que hizo por la humanidad.
OFRECIMIENTO DE LA SANGRE PRECIOSA
¡oh Dios Mío!, en unión con el Inmaculado Corazón de María les ofrezco la Preciosísima Sangre de Jesús desde todos los altares del mundo, uniendo a ella el ofrecimiento de cada uno de mis pensamientos, palabras y acciones de este día. ¡Oh Jesús mío!, deseo hoy ganar todas las indulgencias y méritos que pueda y los ofrezco, junto conmigo mismo, a María Inmaculada para que los aplique mejor a los intereses de su Sacratísimo Corazón.
¡SANTA SANGRE PRECIOSA DE JESÚS, sálvanos!
¡SANTO CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA, sálvanos!
¡SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, ten piedad de nosotros!
¡oh Dios Mío!, en unión con el Inmaculado Corazón de María les ofrezco la Preciosísima Sangre de Jesús desde todos los altares del mundo, uniendo a ella el ofrecimiento de cada uno de mis pensamientos, palabras y acciones de este día. ¡Oh Jesús mío!, deseo hoy ganar todas las indulgencias y méritos que pueda y los ofrezco, junto conmigo mismo, a María Inmaculada para que los aplique mejor a los intereses de su Sacratísimo Corazón.
¡SANTA SANGRE PRECIOSA DE JESÚS, sálvanos!
¡SANTO CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA, sálvanos!
¡SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, ten piedad de nosotros!
SÍMBOLO DE LA REDENCIÓN
Desde la época de los Apóstoles la Preciosa Sangre del Señor ha sido símbolo de la Redención.
Aunque la devoción particular a la Preciosa Sangre se debe, sobre todo, a la iniciativa de San Gaspar del Búfalo.
Y ya desde mucho antes se practicaba dicha devoción en varias Iglesias.
Por ejemplo, en 1582, se concedió a la arquidiócesis de Valencia, España, el rezo de un oficio «de la Sangre de Cristo».
La diócesis de Sarzana, en la Toscana, obtuvo la misma gracia en 1747.
A principios del siglo XIX, se concedió a la congregación de San Gaspar el privilegio de celebrar la fiesta de la Preciosa Sangre.
Desde la época de los Apóstoles la Preciosa Sangre del Señor ha sido símbolo de la Redención.
Aunque la devoción particular a la Preciosa Sangre se debe, sobre todo, a la iniciativa de San Gaspar del Búfalo.
Y ya desde mucho antes se practicaba dicha devoción en varias Iglesias.
Por ejemplo, en 1582, se concedió a la arquidiócesis de Valencia, España, el rezo de un oficio «de la Sangre de Cristo».
La diócesis de Sarzana, en la Toscana, obtuvo la misma gracia en 1747.
A principios del siglo XIX, se concedió a la congregación de San Gaspar el privilegio de celebrar la fiesta de la Preciosa Sangre.
LA DEVOCIÓN
En el año 1960 dispuso Juan XXIII introducir en las letanías de la Bendición eucarística la alabanza: Bendita sea su Preciosísima Sangre.
La extraordinaria importancia de la Sangre salvadora ha hecho que su memoria tenga un lugar central y esencial en la celebración del misterio del culto.
Ante todo en el centro mismo de la Asamblea Eucarística, en la que la Iglesia eleva a Dios Padre, en Acción de gracias, el «cáliz de la bendición» (1 Cor 10,16).
Y lo ofrece a los fieles como Sacramento de verdadera y real «comunión con la sangre de Cristo».
No solamente en Corpus Cristhi sino
en muchas celebraciones, de manera que la memoria cultual de la Sangre que nos ha rescatado (1 Pe 1,18-19) está presente durante todo el Año.
Así en el Tiempo de Navidad, Vísperas, la Iglesia, dirigiéndose a Cristo canta: “Nosotros los redimidos por tu sangre, en el día de tu nacimiento te cantamos un himno nuevo”.
Y en el Triduo Pascual, el valor y la eficacia redentora de la Sangre de Cristo son conmemoradas y adoradas constantemente.
En algunos lugares y Calendarios, la fiesta de la Preciosísima Sangre de Cristo se celebra el 1 de Julio.
Pues en ella se recuerdan los títulos del Redentor, afirma el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia.
En el año 1960 dispuso Juan XXIII introducir en las letanías de la Bendición eucarística la alabanza: Bendita sea su Preciosísima Sangre.
La extraordinaria importancia de la Sangre salvadora ha hecho que su memoria tenga un lugar central y esencial en la celebración del misterio del culto.
Ante todo en el centro mismo de la Asamblea Eucarística, en la que la Iglesia eleva a Dios Padre, en Acción de gracias, el «cáliz de la bendición» (1 Cor 10,16).
Y lo ofrece a los fieles como Sacramento de verdadera y real «comunión con la sangre de Cristo».
No solamente en Corpus Cristhi sino
en muchas celebraciones, de manera que la memoria cultual de la Sangre que nos ha rescatado (1 Pe 1,18-19) está presente durante todo el Año.
Así en el Tiempo de Navidad, Vísperas, la Iglesia, dirigiéndose a Cristo canta: “Nosotros los redimidos por tu sangre, en el día de tu nacimiento te cantamos un himno nuevo”.
Y en el Triduo Pascual, el valor y la eficacia redentora de la Sangre de Cristo son conmemoradas y adoradas constantemente.
En algunos lugares y Calendarios, la fiesta de la Preciosísima Sangre de Cristo se celebra el 1 de Julio.
Pues en ella se recuerdan los títulos del Redentor, afirma el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia.
EL CULTO DE LATRÍA A LA SANGRE DE CRISTO
Jesús, en la Última Cena, le atribuye a su Preciosa Sangre el mismo poder dador de vida que corresponde a su Carne.
Los Apóstoles, San Pedro, San Juan y San Pablo, la consideran como sinónimo de la Pasión y Muerte de Jesús, la fuente de la Redención.
La Preciosa Sangre es por tanto una parte de la sagrada humanidad y está hipostáticamente unida a la Segunda Persona de la Santísima Trinidad.
En el siglo XV algunos teólogos, a fines de determinar si la Sangre derramada por el Salvador durante su Pasión permanecía unida al Verbo o no, suscitaron el punto de si la Preciosa Sangre es una parte esencial o solamente un concomitante de la sagrada humanidad.
Si es una parte esencial, argumentaban, nunca podría ser separada del Verbo; si es un concomitante sólo, podría serlo.
Los dominicos sostenían la primera opinión, y los franciscanos la segunda.
Pío II, en cuya presencia se realizó el debate, no tomó ninguna decisión doctrinal sobre el punto en disputa.
Sin embargo, principalmente desde que el Concilio de Trento llamó al Cuerpo y la Sangre de Jesús “partes Christi Domini” la tendencia del pensamiento teológico ha estado en favor de la enseñanza de los dominicos.
Suárez y de Lugo ven con recelo la opinión de los franciscanos, y el padre Faber escribe:
“No es meramente un concomitante de la Carne, un accidente inseparable del Cuerpo.
La Sangre misma, como Sangre, fue asumida directamente por la Segunda Persona de la Santa Trinidad” (Precious Blood, I).
La Sangre derramada durante el Triduo de la Pasión, por consiguiente, volvió a unirse al Cuerpo de Cristo en la Resurrección.
Con la posible excepción de unas pocas partículas que inmediatamente perdieron su unión con el Verbo y se convirtieron en santas reliquias santas para ser veneradas pero no adoradas.
Algunas de tales partículas pueden haberse adherido y se adhirieron a los instrumentos de la Pasión, es decir, clavos, columna del azotamiento, la Scala Santa.
Varios lugares como Saintes, Brujas, Mantua, etc. reclaman, basándose en antiguas tradiciones, que poseen reliquias de la Preciosa Sangre, pero a veces es difícil decir si las tradiciones son correctas.
Vista como una parte de la Sacra Humanidad hipostáticamente unida al Verbo, la Preciosa Sangre merece culto de latría o adoración.
Puede también, como el Corazón o las Llagas de las cuales fluyó, ser singularizada para honor especial.
Del modo que se lo rindieron desde el principio San Pablo y los Padres, quienes alabaron tan elocuentemente su virtud redentora y apoyaron en ella el espíritu cristiano de auto sacrificio.
Como señala Faber, las vidas de los santos están repletas con la devoción a la Preciosa Sangre.
En el debido transcurso del tiempo la Iglesia dio forma y sanción a la devoción, mediante la aprobación de sociedades como los Misioneros de la Preciosa Sangre.
Enriqueciendo confraternidades como la de San Nicolás in Carcere, en Roma, y la del Oratorio de Londres.
Atribuyendo indulgencias a oraciones y escapularios en honor de la Preciosa Sangre.
Y estableciendo fiestas conmemorativas de la Preciosa Sangre, el viernes siguiente al cuarto domingo de Cuaresma y, desde Pio IX, el primer domingo de julio.
Jesús, en la Última Cena, le atribuye a su Preciosa Sangre el mismo poder dador de vida que corresponde a su Carne.
Los Apóstoles, San Pedro, San Juan y San Pablo, la consideran como sinónimo de la Pasión y Muerte de Jesús, la fuente de la Redención.
La Preciosa Sangre es por tanto una parte de la sagrada humanidad y está hipostáticamente unida a la Segunda Persona de la Santísima Trinidad.
En el siglo XV algunos teólogos, a fines de determinar si la Sangre derramada por el Salvador durante su Pasión permanecía unida al Verbo o no, suscitaron el punto de si la Preciosa Sangre es una parte esencial o solamente un concomitante de la sagrada humanidad.
Si es una parte esencial, argumentaban, nunca podría ser separada del Verbo; si es un concomitante sólo, podría serlo.
Los dominicos sostenían la primera opinión, y los franciscanos la segunda.
Pío II, en cuya presencia se realizó el debate, no tomó ninguna decisión doctrinal sobre el punto en disputa.
Sin embargo, principalmente desde que el Concilio de Trento llamó al Cuerpo y la Sangre de Jesús “partes Christi Domini” la tendencia del pensamiento teológico ha estado en favor de la enseñanza de los dominicos.
Suárez y de Lugo ven con recelo la opinión de los franciscanos, y el padre Faber escribe:
“No es meramente un concomitante de la Carne, un accidente inseparable del Cuerpo.
La Sangre misma, como Sangre, fue asumida directamente por la Segunda Persona de la Santa Trinidad” (Precious Blood, I).
La Sangre derramada durante el Triduo de la Pasión, por consiguiente, volvió a unirse al Cuerpo de Cristo en la Resurrección.
Con la posible excepción de unas pocas partículas que inmediatamente perdieron su unión con el Verbo y se convirtieron en santas reliquias santas para ser veneradas pero no adoradas.
Algunas de tales partículas pueden haberse adherido y se adhirieron a los instrumentos de la Pasión, es decir, clavos, columna del azotamiento, la Scala Santa.
Varios lugares como Saintes, Brujas, Mantua, etc. reclaman, basándose en antiguas tradiciones, que poseen reliquias de la Preciosa Sangre, pero a veces es difícil decir si las tradiciones son correctas.
Vista como una parte de la Sacra Humanidad hipostáticamente unida al Verbo, la Preciosa Sangre merece culto de latría o adoración.
Puede también, como el Corazón o las Llagas de las cuales fluyó, ser singularizada para honor especial.
Del modo que se lo rindieron desde el principio San Pablo y los Padres, quienes alabaron tan elocuentemente su virtud redentora y apoyaron en ella el espíritu cristiano de auto sacrificio.
Como señala Faber, las vidas de los santos están repletas con la devoción a la Preciosa Sangre.
En el debido transcurso del tiempo la Iglesia dio forma y sanción a la devoción, mediante la aprobación de sociedades como los Misioneros de la Preciosa Sangre.
Enriqueciendo confraternidades como la de San Nicolás in Carcere, en Roma, y la del Oratorio de Londres.
Atribuyendo indulgencias a oraciones y escapularios en honor de la Preciosa Sangre.
Y estableciendo fiestas conmemorativas de la Preciosa Sangre, el viernes siguiente al cuarto domingo de Cuaresma y, desde Pio IX, el primer domingo de julio.
LETANÍAS DE LA PRECIOSA SANGRE DE JESUCRISTO
Señor Jesucristo, que con tu Sangre limpias el pecado del mundo y nos mereces la salvación. ¡Sálvanos ahora y siempre!
-Señor, ten Misericordia.
-Cristo, ten Misericordia.
-Señor, ten Misericordia.
-Cristo, óyenos.
-Cristo, escúchanos.
-Dios, Padre Celestial, ten Misericordia.
-Dios, Hijo Redentor del mundo, ten Misericordia.
-Dios, Espíritu Santo, ten Misericordia.
-Trinidad Santa, que eres un sólo Dios, ten Misericordia.
🔸Luego de cada invocación se dice: RESCÁTANOS
-Sangre de Cristo, Hijo Unigénito del Eterno Padre.
-Sangre de Cristo, del Verbo de Dios hecho Hombre.
-Sangre de Cristo, de la Nueva y Eterna Alianza.
-Sangre de Cristo, caída en la tierra durante la Agonía del Huerto.
-Sangre de Cristo, que corrió abundante durante la flagelación.
-Sangre de Cristo, vertida de la Cabeza en la coronación de espinas.
-Sangre de Cristo, derramada en la Cruz.
-Sangre de Cristo, precio de nuestra salvación.
-Sangre de Cristo, con la cual hay redención de los pecados.
-Sangre de Cristo, bebida nuestra en la Eucaristía y baño de las almas.
-Manantial de Misericordia
-Río de Misericordia
-Lago de Misericordia
-Catarata de Misericordia
-Mar de Misericordia
-Océano de Misericordia
-Sangre de Cristo, victoria sobre el demonio.
-Sangre de Cristo, fuerza de los mártires.
-Sangre de Cristo, vigor de los confesores de la fe.
-Sangre de Cristo, que engendra vírgenes.
-Sangre de Cristo, fortaleza de los que peligran.
-Sangre de Cristo, alivio de los que sufren.
-Sangre de Cristo, consuelo en la aflicción.
-Sangre de Cristo, esperanza del pecador.
-Sangre de Cristo, seguridad de los moribundos.
-Sangre de Cristo, paz y delicia de los corazones.
-Sangre de Cristo, prenda de la vida eterna.
-Sangre de Cristo, liberación de las almas del purgatorio.
-Sangre de Cristo, digna de toda gloria y honor.
Nos has redimido, Señor, con tu Sangre.
Y has hecho de nosotros un Reino para nuestro Dios.
🔸Omnipotente y Sempiterno Dios, que constituiste a Tu Unigénito Hijo Redentor del mundo y quisiste perdonarnos a través de Su Sangre; te suplicamos nos concedas que de tal modo veneremos el precio de nuestra Redención, que por su virtud seamos preservados en la tierra de los males de la vida presente, para que gocemos en el Cielo de su fruto eterno. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.
APROBADAS POR EL PAPA JUAN XXIII EL 24 DE FEBRERO DE 1960
Señor Jesucristo, que con tu Sangre limpias el pecado del mundo y nos mereces la salvación. ¡Sálvanos ahora y siempre!
-Señor, ten Misericordia.
-Cristo, ten Misericordia.
-Señor, ten Misericordia.
-Cristo, óyenos.
-Cristo, escúchanos.
-Dios, Padre Celestial, ten Misericordia.
-Dios, Hijo Redentor del mundo, ten Misericordia.
-Dios, Espíritu Santo, ten Misericordia.
-Trinidad Santa, que eres un sólo Dios, ten Misericordia.
🔸Luego de cada invocación se dice: RESCÁTANOS
-Sangre de Cristo, Hijo Unigénito del Eterno Padre.
-Sangre de Cristo, del Verbo de Dios hecho Hombre.
-Sangre de Cristo, de la Nueva y Eterna Alianza.
-Sangre de Cristo, caída en la tierra durante la Agonía del Huerto.
-Sangre de Cristo, que corrió abundante durante la flagelación.
-Sangre de Cristo, vertida de la Cabeza en la coronación de espinas.
-Sangre de Cristo, derramada en la Cruz.
-Sangre de Cristo, precio de nuestra salvación.
-Sangre de Cristo, con la cual hay redención de los pecados.
-Sangre de Cristo, bebida nuestra en la Eucaristía y baño de las almas.
-Manantial de Misericordia
-Río de Misericordia
-Lago de Misericordia
-Catarata de Misericordia
-Mar de Misericordia
-Océano de Misericordia
-Sangre de Cristo, victoria sobre el demonio.
-Sangre de Cristo, fuerza de los mártires.
-Sangre de Cristo, vigor de los confesores de la fe.
-Sangre de Cristo, que engendra vírgenes.
-Sangre de Cristo, fortaleza de los que peligran.
-Sangre de Cristo, alivio de los que sufren.
-Sangre de Cristo, consuelo en la aflicción.
-Sangre de Cristo, esperanza del pecador.
-Sangre de Cristo, seguridad de los moribundos.
-Sangre de Cristo, paz y delicia de los corazones.
-Sangre de Cristo, prenda de la vida eterna.
-Sangre de Cristo, liberación de las almas del purgatorio.
-Sangre de Cristo, digna de toda gloria y honor.
Nos has redimido, Señor, con tu Sangre.
Y has hecho de nosotros un Reino para nuestro Dios.
🔸Omnipotente y Sempiterno Dios, que constituiste a Tu Unigénito Hijo Redentor del mundo y quisiste perdonarnos a través de Su Sangre; te suplicamos nos concedas que de tal modo veneremos el precio de nuestra Redención, que por su virtud seamos preservados en la tierra de los males de la vida presente, para que gocemos en el Cielo de su fruto eterno. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.
APROBADAS POR EL PAPA JUAN XXIII EL 24 DE FEBRERO DE 1960
EL CRUCIFIJO DEL PERDÓN
Es un Sacramental que nos anima a meditar la Pasión de Nuestro Señor y de la Virgen Dolorosa; es precisamente por esa unión con los padecimientos de Jesús y María, que este Crucifijo, si lo veneramos adecuadamente, nos puede alcanzar numerosas indulgencias.
ORIGEN
Este Crucifijo fue presentado en el Congreso Mariano en Roma en 1904, con la ayuda del Arzobispo de Lyon, Cardenal Coullié y que obtuvo aprobación general.
La inscripción histórica y sagrada de la realeza de Cristo aparece en un grabado colocado sobre la cabeza de Cristo, dentro de este objeto. Es un testimonio irrefutable contra las negaciones y la audacia de la impiedad.
Este Crucifijo es una espina clavada en el costado de Satanás, plantada allí por San Pio X. El Innombrable odia los sacramentales, especialmente los poderosos. Entonces ¿ Que hace cuando odia un sacramental tan poderosamente imbuido de la Gracia Divina? Simplemente hace que permanezca oculto. Y el Crucifijo del Perdón, de hecho se ocultó poco después de su promulgación, en 1905. La misma suerte corrieron otras devociones y reliquias a lo largo de la historia.
HISTORIA
Durante la Primera Guerra Mundial, el ejército norteamericano distribuyó entre sus soldados multitud de Rosarios, conocidos como “Rosarios de Combate”, que habían sido elaborados en 1916. Muchos de los combatientes atribuyeron la salvación de sus vidas al hecho de llevar consigo dicho Rosario, que también fue portado en la Segunda Guerra Mundial.
SIGNIFICADO
En su parte frontal, sobre la imagen de Nuestro Señor Jesucristo, aparece la inscripción “Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum” o su fórmula abreviada “I.N.R.I.”, que traducida del latín significa: Jesús Nazareno Rey de los Judíos.
En su reverso, en el transverso de los brazos, aparece la frase: “Padre perdónalos”, y en la vertical se lee la inscripción: “He aquí este corazón que tanto ha amado a los hombres”.
Se completa con el motivo del Sagrado Corazón de Jesús grabado en el centro. A los pies de la cruz aparecen una estrella y la letra "M", inicial de María, queriendo indicar el lugar que ocupó la Santísima Virgen a los pies de Su Divino Hijo crucificado.
Existe una versión del Crucifijo del Perdón de la que penden a ambos lados la Medalla Milagrosa y la Medalla de San Benito, aunque lo más común es encontrar la versión más simple en la cual las medallas son suprimidas. Por esta razón en los "Rosarios de Combate" las medallas aparecen añadidas de forma aislada del crucifijo.
INDULGENCIAS
A quien porte el Crucifijo del Perdón con devoción, siempre que esté bendecido por el Sacerdote; San Pío X concedió valiosas indulgencias:
🔸Quien lleve sobre sí el Crucifijo del Perdón, ganará 300 días de indulgencia cada día.
🔸Cada vez que se bese con verdadera devoción, se ganarán 100 días de indulgencia.
🔸Quien pronuncie ante el Crucifijo las siguientes invocaciones, ganará cada vez una indulgencia de 7 años y 7 cuarentenas: “Padre nuestro que estás en el cielo, perdona nuestras ofensas como también perdonamos a los que nos ofenden”. “Ruego a la Bienaventurada Virgen María, que pida al Señor, nuestro Dios, por mí”.
🔸Los habituales devotos del Crucifijo del Perdón, que cumplan las condiciones requeridas, podrán obtener indulgencia plenaria en las siguientes festividades: Viernes Santo; Festividad de las Cinco Llagas de Nuestro Señor Jesucristo; Hallazgo de la Santa Cruz; Festividad de la Preciosa Sangre de Nuestro Señor; Festividad de la Exaltación de la Santa Cruz; Festividad de la Inmaculada Concepción; Festividad de los Siete Dolores de la Santísima Virgen María.
🔸Cualquier persona que, al momento de su muerte, fortificada por los Sacramentos de la Iglesia, con corazón contrito, o en la imposibilidad de recibirlos, besando este Crucifijo y pidiendo perdón a Dios por sus pecados y los de sus semejantes, puede ganar una indulgencia plenaria.
🔸El 14 de Noviembre de 1905, el Papa Pío X concedió que las indulgencias obtenidas por medio del Crucifijo del Perdón, fuesen aplicables a las Benditas Almas del Purgatorio.
Es un Sacramental que nos anima a meditar la Pasión de Nuestro Señor y de la Virgen Dolorosa; es precisamente por esa unión con los padecimientos de Jesús y María, que este Crucifijo, si lo veneramos adecuadamente, nos puede alcanzar numerosas indulgencias.
ORIGEN
Este Crucifijo fue presentado en el Congreso Mariano en Roma en 1904, con la ayuda del Arzobispo de Lyon, Cardenal Coullié y que obtuvo aprobación general.
La inscripción histórica y sagrada de la realeza de Cristo aparece en un grabado colocado sobre la cabeza de Cristo, dentro de este objeto. Es un testimonio irrefutable contra las negaciones y la audacia de la impiedad.
Este Crucifijo es una espina clavada en el costado de Satanás, plantada allí por San Pio X. El Innombrable odia los sacramentales, especialmente los poderosos. Entonces ¿ Que hace cuando odia un sacramental tan poderosamente imbuido de la Gracia Divina? Simplemente hace que permanezca oculto. Y el Crucifijo del Perdón, de hecho se ocultó poco después de su promulgación, en 1905. La misma suerte corrieron otras devociones y reliquias a lo largo de la historia.
HISTORIA
Durante la Primera Guerra Mundial, el ejército norteamericano distribuyó entre sus soldados multitud de Rosarios, conocidos como “Rosarios de Combate”, que habían sido elaborados en 1916. Muchos de los combatientes atribuyeron la salvación de sus vidas al hecho de llevar consigo dicho Rosario, que también fue portado en la Segunda Guerra Mundial.
SIGNIFICADO
En su parte frontal, sobre la imagen de Nuestro Señor Jesucristo, aparece la inscripción “Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum” o su fórmula abreviada “I.N.R.I.”, que traducida del latín significa: Jesús Nazareno Rey de los Judíos.
En su reverso, en el transverso de los brazos, aparece la frase: “Padre perdónalos”, y en la vertical se lee la inscripción: “He aquí este corazón que tanto ha amado a los hombres”.
Se completa con el motivo del Sagrado Corazón de Jesús grabado en el centro. A los pies de la cruz aparecen una estrella y la letra "M", inicial de María, queriendo indicar el lugar que ocupó la Santísima Virgen a los pies de Su Divino Hijo crucificado.
Existe una versión del Crucifijo del Perdón de la que penden a ambos lados la Medalla Milagrosa y la Medalla de San Benito, aunque lo más común es encontrar la versión más simple en la cual las medallas son suprimidas. Por esta razón en los "Rosarios de Combate" las medallas aparecen añadidas de forma aislada del crucifijo.
INDULGENCIAS
A quien porte el Crucifijo del Perdón con devoción, siempre que esté bendecido por el Sacerdote; San Pío X concedió valiosas indulgencias:
🔸Quien lleve sobre sí el Crucifijo del Perdón, ganará 300 días de indulgencia cada día.
🔸Cada vez que se bese con verdadera devoción, se ganarán 100 días de indulgencia.
🔸Quien pronuncie ante el Crucifijo las siguientes invocaciones, ganará cada vez una indulgencia de 7 años y 7 cuarentenas: “Padre nuestro que estás en el cielo, perdona nuestras ofensas como también perdonamos a los que nos ofenden”. “Ruego a la Bienaventurada Virgen María, que pida al Señor, nuestro Dios, por mí”.
🔸Los habituales devotos del Crucifijo del Perdón, que cumplan las condiciones requeridas, podrán obtener indulgencia plenaria en las siguientes festividades: Viernes Santo; Festividad de las Cinco Llagas de Nuestro Señor Jesucristo; Hallazgo de la Santa Cruz; Festividad de la Preciosa Sangre de Nuestro Señor; Festividad de la Exaltación de la Santa Cruz; Festividad de la Inmaculada Concepción; Festividad de los Siete Dolores de la Santísima Virgen María.
🔸Cualquier persona que, al momento de su muerte, fortificada por los Sacramentos de la Iglesia, con corazón contrito, o en la imposibilidad de recibirlos, besando este Crucifijo y pidiendo perdón a Dios por sus pecados y los de sus semejantes, puede ganar una indulgencia plenaria.
🔸El 14 de Noviembre de 1905, el Papa Pío X concedió que las indulgencias obtenidas por medio del Crucifijo del Perdón, fuesen aplicables a las Benditas Almas del Purgatorio.
CRUCIFIJO DEL PERDÓN FRANCÉS
Junto a ese crucifijo que pendía de los "Rosarios de Combate americanos", existe también un Crucifijo del Perdón francés.
En la parte frontal aparecen en relieve el Espíritu Santo, los Sagrados Corazones de Jesús y de María y la imagen de la Santísima Virgen a los pies de Nuestro Señor Jesucristo. En su reverso, aparecen las palabras: Cruz, perdón, confianza y misericordia.
Los franceses han querido incorporar este Crucifijo del Perdón a Rosarios inspirados en aquellos primeros Rosarios de combate americanos, creando de este modo un arma de combate espiritual que goza de las mismas indulgencias ya mencionadas.
El Crucifijo del Perdón francés es un Sacramental que constituye un verdadero canal de gracias muy beneficiosas para la oración de reparación, intercesión y sanación. Cada vez que lo besamos con amor, reparamos el agraviado Corazón de Jesús.
Son muchos los desafíos que se avecinan y para enfrentarlos necesitaremos una inmensa fe en Dios y confianza en la protección de Nuestra Señora, así como nuestra oración incesante, en especial el rezo del Santo Rosario que constituye el mejor arma para estos tiempos. Y en los momentos de mayor angustia, contemplemos a Nuestro Señor Crucificado y abandonémonos confiadamente en Sus manos.
Junto a ese crucifijo que pendía de los "Rosarios de Combate americanos", existe también un Crucifijo del Perdón francés.
En la parte frontal aparecen en relieve el Espíritu Santo, los Sagrados Corazones de Jesús y de María y la imagen de la Santísima Virgen a los pies de Nuestro Señor Jesucristo. En su reverso, aparecen las palabras: Cruz, perdón, confianza y misericordia.
Los franceses han querido incorporar este Crucifijo del Perdón a Rosarios inspirados en aquellos primeros Rosarios de combate americanos, creando de este modo un arma de combate espiritual que goza de las mismas indulgencias ya mencionadas.
El Crucifijo del Perdón francés es un Sacramental que constituye un verdadero canal de gracias muy beneficiosas para la oración de reparación, intercesión y sanación. Cada vez que lo besamos con amor, reparamos el agraviado Corazón de Jesús.
Son muchos los desafíos que se avecinan y para enfrentarlos necesitaremos una inmensa fe en Dios y confianza en la protección de Nuestra Señora, así como nuestra oración incesante, en especial el rezo del Santo Rosario que constituye el mejor arma para estos tiempos. Y en los momentos de mayor angustia, contemplemos a Nuestro Señor Crucificado y abandonémonos confiadamente en Sus manos.