El Señor con sus alas te hará sombra y debajo de sus plumas hallarás refugio: su verdad te cercará como escudo(Salmo XC, 4-5)
LecciónHermanos: Porque pienso que a nosotros, los apóstoles, Dios nos ha asignado el último lugar, como condenados a muerte, puestos a modo de espectáculo para el mundo, los ángeles y los hombres. Nosotros, necios por seguir a Cristo; vosotros, sabios en Cristo. Débiles nosotros; mas vosotros, fuertes. Vosotros llenos de gloria; mas nosotros, despreciados. Hasta el presente, pasamos hambre, sed, desnudez. Somos abofeteados, y andamos errantes. Nos fatigamos trabajando con nuestras manos. Si nos insultan, bendecimos. Si nos persiguen, lo soportamos. Si nos difaman, respondemos con bondad. Hemos venido a ser, hasta ahora, como la basura del mundo y el desecho de todos. No os escribo estas cosas para avergonzaros, sino más bien para amonestaros como a hijos míos queridos.I Corintios IV, 9-14
EvangelioEn aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos "No temáis, pequeña grey: porque a vuestro Padre plugo daros el reino. Vended lo que poseéis, y dad limosna. Haceos bolsas, que no se envejecen, tesoro en los cielos que jamás falta; a donde el ladrón no llega, ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón". Lucas XII, 32-34
Catena Aurea
San Cirilo, in Cat. graec. Patr
Manifiesta por qué no deben temer, añadiendo: "Porque a vuestro Padre plugo", etc, como diciendo: ¿Cómo aquél que concede gracias tan extraordinarias, dejará de tener clemencia con vosotros? Aun cuando aquí esta grey sea pequeña -por su naturaleza, su número y su gloria-, sin embargo la bondad del Padre ha dispensado a este pequeño rebaño la suerte de los espíritus celestiales, es decir el reino de los cielos. Por tanto, para que poseáis el reino de los cielos debéis despreciar las riquezas de la tierra. Así dice: "Vended lo que poseéis", etc.
Beda
Como diciendo: no temáis que falten las cosas necesarias a los que en esta vida trabajan por el reino de Dios. Más aún, vendan también lo que poseen y denlo de limosna. Esto se hace dignamente cuando alguno, una vez que ha dejado todos sus bienes por el Señor, no obstante gana con el trabajo de sus manos por el reino, lo necesario para el alimento y para dar limosna.
Crisóstomo, In Matthaeum hom. 26
No hay pecado que no pueda borrar la limosna que es remedio contra toda llaga. Pero la limosna no se hace sólo con dinero, sino también por las obras, como cuando alguno protege a otro, cuando un médico cura, o cuando un sabio aconseja.
San Eusebio, in Cat. graec. Patr
Porque todo hombre depende naturalmente de aquello de que está apasionado y fija toda su alma en aquello que cree que puede darle todo lo que le conviene. Por tanto, si alguno fija toda su atención y su afecto -lo que llamó corazón- en las cosas de la vida presente, únicamente se ocupa de las cosas de la tierra. Pero si se fija en las cosas del cielo, allí tendrá también su corazón. De modo que parecerá que trata con los hombres sólo por el cuerpo, pero que su alma ha alcanzado ya las mansiones del cielo.
Sea todo a la mayor gloria de Dios.
LecciónHermanos: Porque pienso que a nosotros, los apóstoles, Dios nos ha asignado el último lugar, como condenados a muerte, puestos a modo de espectáculo para el mundo, los ángeles y los hombres. Nosotros, necios por seguir a Cristo; vosotros, sabios en Cristo. Débiles nosotros; mas vosotros, fuertes. Vosotros llenos de gloria; mas nosotros, despreciados. Hasta el presente, pasamos hambre, sed, desnudez. Somos abofeteados, y andamos errantes. Nos fatigamos trabajando con nuestras manos. Si nos insultan, bendecimos. Si nos persiguen, lo soportamos. Si nos difaman, respondemos con bondad. Hemos venido a ser, hasta ahora, como la basura del mundo y el desecho de todos. No os escribo estas cosas para avergonzaros, sino más bien para amonestaros como a hijos míos queridos.I Corintios IV, 9-14
EvangelioEn aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos "No temáis, pequeña grey: porque a vuestro Padre plugo daros el reino. Vended lo que poseéis, y dad limosna. Haceos bolsas, que no se envejecen, tesoro en los cielos que jamás falta; a donde el ladrón no llega, ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón". Lucas XII, 32-34
Catena Aurea
San Cirilo, in Cat. graec. Patr
Manifiesta por qué no deben temer, añadiendo: "Porque a vuestro Padre plugo", etc, como diciendo: ¿Cómo aquél que concede gracias tan extraordinarias, dejará de tener clemencia con vosotros? Aun cuando aquí esta grey sea pequeña -por su naturaleza, su número y su gloria-, sin embargo la bondad del Padre ha dispensado a este pequeño rebaño la suerte de los espíritus celestiales, es decir el reino de los cielos. Por tanto, para que poseáis el reino de los cielos debéis despreciar las riquezas de la tierra. Así dice: "Vended lo que poseéis", etc.
Beda
Como diciendo: no temáis que falten las cosas necesarias a los que en esta vida trabajan por el reino de Dios. Más aún, vendan también lo que poseen y denlo de limosna. Esto se hace dignamente cuando alguno, una vez que ha dejado todos sus bienes por el Señor, no obstante gana con el trabajo de sus manos por el reino, lo necesario para el alimento y para dar limosna.
Crisóstomo, In Matthaeum hom. 26
No hay pecado que no pueda borrar la limosna que es remedio contra toda llaga. Pero la limosna no se hace sólo con dinero, sino también por las obras, como cuando alguno protege a otro, cuando un médico cura, o cuando un sabio aconseja.
San Eusebio, in Cat. graec. Patr
Porque todo hombre depende naturalmente de aquello de que está apasionado y fija toda su alma en aquello que cree que puede darle todo lo que le conviene. Por tanto, si alguno fija toda su atención y su afecto -lo que llamó corazón- en las cosas de la vida presente, únicamente se ocupa de las cosas de la tierra. Pero si se fija en las cosas del cielo, allí tendrá también su corazón. De modo que parecerá que trata con los hombres sólo por el cuerpo, pero que su alma ha alcanzado ya las mansiones del cielo.
Sea todo a la mayor gloria de Dios.
Santo Evangelio del Día 14 de noviembre
https://santoevangeliodia.blogspot.com/2024/11/santo-evangelio-del-dia-14-de-noviembre.html
SAN JOSAFATObispo y Mártir
Fiesta Doble(ornamentos encarnados)
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SAN JOSAFATObispo y Mártir
Fiesta Doble(ornamentos encarnados)
Nadie tiene amor más grande que el que dá la vida por sus amigos(Juan XV, 13)
Epístola
Hermanos: Porque todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y está puesto en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios para ofrecer dones y sacrificios por los pecados; y puede sentir compasión hacia los ignorantes y extraviados, por estar también él envuelto en flaqueza. Y a causa de esa misma flaqueza debe ofrecer por los pecados propios igual que por los del pueblo. Y nadie se arroga tal dignidad, sino el llamado por Dios, lo mismo que Aarón. De igual modo, tampoco Cristo se apropió la gloria del Sumo Sacerdocio, sino que la tuvo de quien le dijo: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy. Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, a semejanza de Melquisedec.Hebreos V, 1-6
Evangelio
En aquel tiempo; Dijo Jesús a los fariseos: Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor.Juan X, 11-16
Catena Aurea
Crisóstomo, in Joanem hom 59
Más arriba el Señor dio a conocer dos clases de amos malos: uno que roba, mata y saquea; otro que no impide el mal, dando a conocer en el uno a los sediciosos, y confundiendo con el otro a los maestros de los judíos, que no tenían celo alguno por las ovejas que les estaban encomendadas. Pero Cristo se distingue de unos y de otros; de los que habían venido para hacer daño, se distingue por estas palabras ( Jn 10,10): "Yo he venido para que tengan vida", y de los que desprecian las rapiñas de los lobos se diferencia diciendo, "que da su vida por sus ovejas". Y como conclusión de todo, añade ( Jn 10,11): "Yo soy el buen Pastor", pero como que ya había dicho que las ovejas oyen la voz del pastor y le siguen, para que nadie pueda preguntarle: ¿Qué dices, pues, de los que no creen en ti? El añade: "Y conozco a mis ovejas", etc. Que es lo mismo que San Pablo dijo por estas palabras ( Rom 11,2): "El Señor no rechazó a su pueblo, que había predestinado".
San Agustín, De verb Dom. serm. 50
Se dirigía al primer rebaño, que era, por la sangre, de la raza de Israel, pero había otros rebaños que pertenecían por la fe a ese mismo Israel. Estaban fuera, diseminados en medio de las naciones; estaban predestinados, pero aún no estaban congregados. No son, pues, de este rebaño, porque no son por la sangre de la raza de Israel. Pero más tarde pertenecerán a este redil: "Es necesario que yo las traiga", etc.
Crisóstomo, ut supra
El muestra dispersos a los unos y a los otros y sin tener pastor: "Y oirán mi voz". ¿Por qué os admiráis cuando digo que éstos han de seguirme y han de oír mi voz cuando veis que otros me siguen y la oyen? Después predice la unión futura de unos y otros, diciendo: "Y será hecho un solo aprisco", etc.
San Gregorio, ut supra
El ha hecho de dos rebaños un solo redil, reuniendo en su fe al pueblo judío y al gentil.
Sea todo a la mayor gloria de Dios.
Epístola
Hermanos: Porque todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y está puesto en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios para ofrecer dones y sacrificios por los pecados; y puede sentir compasión hacia los ignorantes y extraviados, por estar también él envuelto en flaqueza. Y a causa de esa misma flaqueza debe ofrecer por los pecados propios igual que por los del pueblo. Y nadie se arroga tal dignidad, sino el llamado por Dios, lo mismo que Aarón. De igual modo, tampoco Cristo se apropió la gloria del Sumo Sacerdocio, sino que la tuvo de quien le dijo: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy. Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, a semejanza de Melquisedec.Hebreos V, 1-6
Evangelio
En aquel tiempo; Dijo Jesús a los fariseos: Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor.Juan X, 11-16
Catena Aurea
Crisóstomo, in Joanem hom 59
Más arriba el Señor dio a conocer dos clases de amos malos: uno que roba, mata y saquea; otro que no impide el mal, dando a conocer en el uno a los sediciosos, y confundiendo con el otro a los maestros de los judíos, que no tenían celo alguno por las ovejas que les estaban encomendadas. Pero Cristo se distingue de unos y de otros; de los que habían venido para hacer daño, se distingue por estas palabras ( Jn 10,10): "Yo he venido para que tengan vida", y de los que desprecian las rapiñas de los lobos se diferencia diciendo, "que da su vida por sus ovejas". Y como conclusión de todo, añade ( Jn 10,11): "Yo soy el buen Pastor", pero como que ya había dicho que las ovejas oyen la voz del pastor y le siguen, para que nadie pueda preguntarle: ¿Qué dices, pues, de los que no creen en ti? El añade: "Y conozco a mis ovejas", etc. Que es lo mismo que San Pablo dijo por estas palabras ( Rom 11,2): "El Señor no rechazó a su pueblo, que había predestinado".
San Agustín, De verb Dom. serm. 50
Se dirigía al primer rebaño, que era, por la sangre, de la raza de Israel, pero había otros rebaños que pertenecían por la fe a ese mismo Israel. Estaban fuera, diseminados en medio de las naciones; estaban predestinados, pero aún no estaban congregados. No son, pues, de este rebaño, porque no son por la sangre de la raza de Israel. Pero más tarde pertenecerán a este redil: "Es necesario que yo las traiga", etc.
Crisóstomo, ut supra
El muestra dispersos a los unos y a los otros y sin tener pastor: "Y oirán mi voz". ¿Por qué os admiráis cuando digo que éstos han de seguirme y han de oír mi voz cuando veis que otros me siguen y la oyen? Después predice la unión futura de unos y otros, diciendo: "Y será hecho un solo aprisco", etc.
San Gregorio, ut supra
El ha hecho de dos rebaños un solo redil, reuniendo en su fe al pueblo judío y al gentil.
Sea todo a la mayor gloria de Dios.
Santo Evangelio del Día 15 de noviembre
https://santoevangeliodia.blogspot.com/2024/11/santo-evangelio-del-dia-15-de-noviembre.html
SAN ALBERTO MAGNOObispo, Confesor y Doctor de la Iglesia
n. hacia el año 1206 en Lauingen, Baviera;† 15 de noviembre de 1280 en Colonia, Prusia
Doble
(ornamentos blancos)
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SAN ALBERTO MAGNOObispo, Confesor y Doctor de la Iglesia
n. hacia el año 1206 en Lauingen, Baviera;† 15 de noviembre de 1280 en Colonia, Prusia
Doble
(ornamentos blancos)
EvangelioEn aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos: “Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal pierde su sabor, ¿con qué será salada? Para nada vale ya, sino para que, tirada fuera, la pisen los hombres. Vosotros sois la luz del mundo. No puede esconderse una ciudad situada sobre una montaña. Y no se enciende una candela para ponerla debajo del celemín, sino sobre el candelero, y (así) alumbra a todos los que están en la casa. Así brille vuestra luz ante los hombres, de modo tal que, viendo vuestras obras buenas, glorifiquen a vuestro Padre del cielo”. “No vayáis a pensar que he venido a abolir la Ley y los Profetas. Yo no he venido para abolir, sino para dar cumplimiento. En verdad os digo, hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota, ni un ápice de la Ley pasará, sin que todo se haya cumplido. Por lo tanto, quien violare uno de estos mandamientos, ( aun ) los mínimos, y enseñare así a los hombres, será llamado el mínimo en el reino de los cielos; mas quien los observare y los enseñare, este será llamado grande en el reino de los cielos.Mateo V, 13-19
Catena Aurea
San Agustín, contra Faustum, 19, 7Finalmente, porque aun los que estaban constituidos en esta vida bajo la influencia de la gracia, encontraban grande dificultad en cumplir lo que estaba escrito en la ley: "No desearás" ( Ex 20,17). Cristo, constituido en sacerdote, nos alcanza el perdón por el sacrificio de su carne, cumpliendo también la ley para que lo que no podamos cumplir por nuestra debilidad, se cumpla por la perfección de Cristo, de cuya cabeza fuimos constituidos miembros. Y en el capítulo veintidos añade: Pienso que estas palabras: "No he venido a destruir la ley, sino a cumplirla" ( Ex 22-23), deben entenderse de aquellas adiciones que pertenecen a la exposición de las antiguas sentencias o a la vida en conformidad con ellas ( Mt 5). Así es como el Señor nos enseña que hasta el deseo inicuo de hacer daño al hermano pertenece al género de homicidio. Quiso el Señor más bien que nosotros no jurando no nos separásemos de la verdad, a que, jurando lo verdadero nos acercásemos al falso juramento ( Mt 17,1). Y vosotros, ¡oh maniqueos! ¿Por qué no recibís la ley y los profetas cuando Jesucristo asegura que no había venido a abrogarlos sino a cumplirlos? A esto responde el hereje Fausto: ¿Quién asegura que Jesús ha dicho esto? Mateo. ¿Cómo, pues, lo que San Juan no dice, que estuvo en el monte, lo escribe San Mateo ( Mt 17), quien siguió a Jesús después que bajó del monte? A esto responde San Agustín. Si ninguno dice verdad de Cristo, más que aquel que lo vio o que lo oyó, hoy ninguno diría verdad tratándose de El. ¿Por qué no pudo San Mateo oír de boca de San Juan ( Jn 21) cosas verdaderas de Cristo, cuando nosotros, nacidos después de tanto tiempo, podemos hablar cosas verdaderas de Cristo tomándolas del libro de San Juan? Por otra parte, no sólo el Evangelio de San Mateo, sino que también el de San Lucas y San Marcos tienen igual autoridad. A esto puede añadirse que aun el mismo Jesucristo pudo contar a San Mateo lo que había hecho antes de llamarlo. Decid claramente que no creéis en el Evangelio. Los que no creéis del Evangelio más que lo que queréis, creéis en vosotros más que en el Evangelio.Añade Fausto:
San Agustín, contra Faustum, 17, 4Probemos que San Mateo no escribió esto, sino que lo escribió otro, no sé quién, pero en nombre suyo. ¿Qué dice, pues? Pasando Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de impuestos. ¿Y quién, escribiendo de sí mismo, dirá: vio a un hombre, y no más bien, me vio a mí? A lo cual contesta San Agustín: San Mateo escribió de sí como si hablara de otro, como San Juan hizo lo mismo diciendo: "Habiéndose vuelto San Pedro, vio a otro discípulo, a quien Jesús amaba". Se ve, pues, que ésta fue la costumbre de aquellos escritores cuando contaban las cosas que sucedían.Insiste Fausto:
Catena Aurea
San Agustín, contra Faustum, 19, 7Finalmente, porque aun los que estaban constituidos en esta vida bajo la influencia de la gracia, encontraban grande dificultad en cumplir lo que estaba escrito en la ley: "No desearás" ( Ex 20,17). Cristo, constituido en sacerdote, nos alcanza el perdón por el sacrificio de su carne, cumpliendo también la ley para que lo que no podamos cumplir por nuestra debilidad, se cumpla por la perfección de Cristo, de cuya cabeza fuimos constituidos miembros. Y en el capítulo veintidos añade: Pienso que estas palabras: "No he venido a destruir la ley, sino a cumplirla" ( Ex 22-23), deben entenderse de aquellas adiciones que pertenecen a la exposición de las antiguas sentencias o a la vida en conformidad con ellas ( Mt 5). Así es como el Señor nos enseña que hasta el deseo inicuo de hacer daño al hermano pertenece al género de homicidio. Quiso el Señor más bien que nosotros no jurando no nos separásemos de la verdad, a que, jurando lo verdadero nos acercásemos al falso juramento ( Mt 17,1). Y vosotros, ¡oh maniqueos! ¿Por qué no recibís la ley y los profetas cuando Jesucristo asegura que no había venido a abrogarlos sino a cumplirlos? A esto responde el hereje Fausto: ¿Quién asegura que Jesús ha dicho esto? Mateo. ¿Cómo, pues, lo que San Juan no dice, que estuvo en el monte, lo escribe San Mateo ( Mt 17), quien siguió a Jesús después que bajó del monte? A esto responde San Agustín. Si ninguno dice verdad de Cristo, más que aquel que lo vio o que lo oyó, hoy ninguno diría verdad tratándose de El. ¿Por qué no pudo San Mateo oír de boca de San Juan ( Jn 21) cosas verdaderas de Cristo, cuando nosotros, nacidos después de tanto tiempo, podemos hablar cosas verdaderas de Cristo tomándolas del libro de San Juan? Por otra parte, no sólo el Evangelio de San Mateo, sino que también el de San Lucas y San Marcos tienen igual autoridad. A esto puede añadirse que aun el mismo Jesucristo pudo contar a San Mateo lo que había hecho antes de llamarlo. Decid claramente que no creéis en el Evangelio. Los que no creéis del Evangelio más que lo que queréis, creéis en vosotros más que en el Evangelio.Añade Fausto:
San Agustín, contra Faustum, 17, 4Probemos que San Mateo no escribió esto, sino que lo escribió otro, no sé quién, pero en nombre suyo. ¿Qué dice, pues? Pasando Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de impuestos. ¿Y quién, escribiendo de sí mismo, dirá: vio a un hombre, y no más bien, me vio a mí? A lo cual contesta San Agustín: San Mateo escribió de sí como si hablara de otro, como San Juan hizo lo mismo diciendo: "Habiéndose vuelto San Pedro, vio a otro discípulo, a quien Jesús amaba". Se ve, pues, que ésta fue la costumbre de aquellos escritores cuando contaban las cosas que sucedían.Insiste Fausto:
San Agustín, contra Faustum, 17,2¿Por qué dice también en el mismo sermón, que no se creyese que había venido a destruir la ley, dando más bien a entender con eso que la destruía realmente? Pues de otro modo nunca los judíos hubieran sospechado tal cosa. A lo cual contesta San Agustín: esto es muy pobre, pues no negamos que para los judíos que no entendían, Cristo fuese un destructor de la ley y los profetas.Otra vez Fausto:
San Agustín, contra Faustum, 17,2¿Para qué esto cuando la ley y los profetas no necesitan cumplimiento, puesto que se dice en el Deuteronomio: "Observarás estos preceptos que te ordeno, y no añadirás nada a ellos, ni disminuirás?" ( Dt 12,32). A lo que contesta San Agustín:
San Agustín, contra Faustum, 17,6No entiende Fausto lo que quiere decir cumplir la ley, cuando cree que esto debe entenderse de la adición de palabras. La plenitud de la ley es la caridad, la que concedió nuestro Señor enviando a los fieles el Espíritu Santo. Se cumple, pues, la ley, o cuando se practica lo que manda, o cuando se manifiestan las cosas que están profetizadas.Sigue Fausto:
San Agustín, contra Faustum, 18,1Cuando confesamos que Jesucristo ha formado el Nuevo Testamento, ¿qué otra cosa decimos sino que a la vez había destruido el Antiguo? A lo cual contesta San Agustín:
San Agustín, contra Faustum, 18,4En el Antiguo Testamento estaba prefigurado cuanto había de suceder. Sus figuras habían de ser suprimidas por las mismas obras que Jesucristo practicaba, con el objeto de que la ley y los profetas se cumpliesen, toda vez que en ellas está escrito, que habría de formarse un Nuevo Testamento.Añade Fausto:
San Agustín, contra Faustum, 18, 2Si Jesucristo dijo esto, o lo dijo significando otra cosa, o -lo que no es de creer- lo dijo mintiendo, o en absoluto no lo dijo -pero que Jesucristo mintiese nadie puede asegurarlo- y que por esto dijese otra cosa, o en realidad que no dijese nada; me persuado, pues, contra la necesidad de este capítulo, y la fe de los maniqueos me confirma en ello, de que las cosas que en un principio se leen como escritas respecto del Salvador, no todas pueden creerse. Hay mucha cizaña que cierto sembrador colocó en casi todas las escrituras, como divagando en perjuicio de la buena semilla. A lo cual contesta San Agustín:
San Agustín, contra Faustum, 18,7el maniqueo ha enseñado una perversidad impía para que aceptes del Evangelio, lo que tu herejía no te impida que aceptes, sin embargo para que lo que te impida aceptar no lo aceptes. Nosotros, según nos enseña el Apóstol en la carta primera a los de Galacia (1,9), guardamos una piadosa prudencia, y por ello anatematizamos a todo aquel que nos enseñe algo contrario a lo que de los Apóstoles hemos recibido. Nuestro Señor nos dice también por San Mateo que debemos entender por cizaña, no el que se mezclen algunas falsedades en las verdaderas escrituras -como tú interpretas- sino los hombres que son hijos del espíritu maligno.Añade Fausto:
San Agustín, contra Faustum, 18, 3Cuando un judío te arguya porque no observas los preceptos de la ley y de los profetas, que Jesucristo dijo no había venido a abrogar sino a cumplir, te verás obligado a confesarte, o como subyugado a la falsa superstición, o a decir que el capítulo es falso, o a negar que tú seas verdadero discípulo de Cristo. A lo que contesta San Agustín:
San Agustín, contra Faustum, 18,7Los católicos nada tienen que temer de ese capítulo -como si no cumpliesen la ley y los profetas-, porque tienen la caridad de Dios y del prójimo, preceptos en los cuales están resumidos toda la ley y los profetas. Y todo lo que allí está profetizado por los acontecimientos, las ceremonias y las palabras figuradas lo reconocen cumplido en Jesucristo y en la Iglesia. De donde se deduce que ni estamos sometidos a la superstición, ni negamos la veracidad de este capítulo, ni que somos discípulos de Cristo.
San Agustín, contra Faustum, 17,2¿Para qué esto cuando la ley y los profetas no necesitan cumplimiento, puesto que se dice en el Deuteronomio: "Observarás estos preceptos que te ordeno, y no añadirás nada a ellos, ni disminuirás?" ( Dt 12,32). A lo que contesta San Agustín:
San Agustín, contra Faustum, 17,6No entiende Fausto lo que quiere decir cumplir la ley, cuando cree que esto debe entenderse de la adición de palabras. La plenitud de la ley es la caridad, la que concedió nuestro Señor enviando a los fieles el Espíritu Santo. Se cumple, pues, la ley, o cuando se practica lo que manda, o cuando se manifiestan las cosas que están profetizadas.Sigue Fausto:
San Agustín, contra Faustum, 18,1Cuando confesamos que Jesucristo ha formado el Nuevo Testamento, ¿qué otra cosa decimos sino que a la vez había destruido el Antiguo? A lo cual contesta San Agustín:
San Agustín, contra Faustum, 18,4En el Antiguo Testamento estaba prefigurado cuanto había de suceder. Sus figuras habían de ser suprimidas por las mismas obras que Jesucristo practicaba, con el objeto de que la ley y los profetas se cumpliesen, toda vez que en ellas está escrito, que habría de formarse un Nuevo Testamento.Añade Fausto:
San Agustín, contra Faustum, 18, 2Si Jesucristo dijo esto, o lo dijo significando otra cosa, o -lo que no es de creer- lo dijo mintiendo, o en absoluto no lo dijo -pero que Jesucristo mintiese nadie puede asegurarlo- y que por esto dijese otra cosa, o en realidad que no dijese nada; me persuado, pues, contra la necesidad de este capítulo, y la fe de los maniqueos me confirma en ello, de que las cosas que en un principio se leen como escritas respecto del Salvador, no todas pueden creerse. Hay mucha cizaña que cierto sembrador colocó en casi todas las escrituras, como divagando en perjuicio de la buena semilla. A lo cual contesta San Agustín:
San Agustín, contra Faustum, 18,7el maniqueo ha enseñado una perversidad impía para que aceptes del Evangelio, lo que tu herejía no te impida que aceptes, sin embargo para que lo que te impida aceptar no lo aceptes. Nosotros, según nos enseña el Apóstol en la carta primera a los de Galacia (1,9), guardamos una piadosa prudencia, y por ello anatematizamos a todo aquel que nos enseñe algo contrario a lo que de los Apóstoles hemos recibido. Nuestro Señor nos dice también por San Mateo que debemos entender por cizaña, no el que se mezclen algunas falsedades en las verdaderas escrituras -como tú interpretas- sino los hombres que son hijos del espíritu maligno.Añade Fausto:
San Agustín, contra Faustum, 18, 3Cuando un judío te arguya porque no observas los preceptos de la ley y de los profetas, que Jesucristo dijo no había venido a abrogar sino a cumplir, te verás obligado a confesarte, o como subyugado a la falsa superstición, o a decir que el capítulo es falso, o a negar que tú seas verdadero discípulo de Cristo. A lo que contesta San Agustín:
San Agustín, contra Faustum, 18,7Los católicos nada tienen que temer de ese capítulo -como si no cumpliesen la ley y los profetas-, porque tienen la caridad de Dios y del prójimo, preceptos en los cuales están resumidos toda la ley y los profetas. Y todo lo que allí está profetizado por los acontecimientos, las ceremonias y las palabras figuradas lo reconocen cumplido en Jesucristo y en la Iglesia. De donde se deduce que ni estamos sometidos a la superstición, ni negamos la veracidad de este capítulo, ni que somos discípulos de Cristo.
San Agustín, contra Faustum, 19,16El que dice que: si Jesucristo no hubiese abrogado la ley y los profetas, aquellos sacramentos de la ley y de los profetas hubiesen continuado celebrándose entre los cristianos, éste puede también decir que: si Jesucristo no hubiese abrogado la ley y los profetas, aún subsistiría anunciado que habría de nacer, padecer y resucitar. Pero más bien que abrogarlos, los ha cumplido, puesto que ya no se promete que nacerá, padecerá y resucitará. Porque aquellas profecías se referían a una persona que ya existió, anunciándose que ya ha nacido, padecido y resucitado. Estos misterios son admitidos por los cristianos y podemos decir que estas profecías ya se han realizado. Se comprende, desde luego, cuán grande sea el error en que viven todos aquellos que creen que, cuando se han mudado las señales y los sacramentos han resultado nuevas las cosas que entre los profetas se anunciaron como futuras y el Evangelio prueba que ya se han cumplido.Sigue Fausto:
San Agustín, contra Faustum, 19,1Debe averiguarse si Jesucristo dijo esto y por qué lo dijo. Si lo dijo con el objeto de no despertar el furor de los judíos que, viendo sus cosas santas confundidas por Jesucristo, no creían oportuno oírle; o bien para persuadirnos a que aceptásemos el yugo de la ley, nosotros que debíamos creer entre los gentiles.
San Agustín, contra Faustum, 19, 2Si no fue éste el motivo que le impulsó a hablar así, debe ser el que ya he dicho, y ni en ello ha mentido. Hay tres clases de leyes: una de los hebreos, que San Pablo en su carta a los romanos apellida de pecado y de muerte; otra de los gentiles, a la cual llama natural, diciendo a los romanos: "Los gentiles practican naturalmente lo que manda la ley" ( Rom 2,14); y otra de verdad, acerca de la cual dijo también a los romanos: "La ley es espíritu de vida", etc ( Rom 8,2). Igualmente los profetas: los hay de los judíos, muy conocidos; de los gentiles, de quienes dice San Pablo a Tito: "Uno de sus profetas ha dicho"; y de la verdad, de quienes dice Jesucristo por medio de San Mateo: "Os envío profetas y sabios" ( Mt 23,24). (l. 19, c. 3) Y en verdad, si hubiese manifestado las observancias de los hebreos respecto de su cumplimiento, no hubiese resultado la duda acerca de que había dicho esto refiriéndose a la ley de los judíos y de los profetas. En ello sólo refiere los preceptos más antiguos -esto es, no matarás, no fornicarás-, que en otro tiempo fueron promulgados por Enoc y Set y los demás judíos, ¿a quién no parece que esto lo dijo El refiriéndose a la ley y a los profetas? En lo que parece que mencionó ciertas cosas de los judíos, las arrancó casi de raíz, mandando lo contrario, como es esto que dice: "Ojo por ojo, diente por diente" ( Ex 21,24). A lo que dice San Agustín:
San Agustín, contra Faustum, 19,7Manifiesto es, qué ley y qué profetas no vino Cristo a derogar sino a cumplir la misma ley que promulgó Moisés. Jesucristo no cumplió solamente, como dice Fausto, los preceptos trasmitidos por los justos antiguos, antes de la ley de Moisés, ni derogó los que eran propios de la ley de los judíos (19,17), como éste: "No matarás" ( Ex 20,13). Nosotros, pues, decimos que estas cosas estuvieron bien mandadas en su tiempo y que ahora no han sido aprobadas por Jesucristo, sino cumplidas como se expresa en los demás preceptos. Tampoco entienden esto los que continúan viviendo en aquella perversidad para obligar a los gentiles a judaizar, como son los herejes que se llaman nazarenos.
Sea todo a la mayor gloria de Dios.
San Agustín, contra Faustum, 19,1Debe averiguarse si Jesucristo dijo esto y por qué lo dijo. Si lo dijo con el objeto de no despertar el furor de los judíos que, viendo sus cosas santas confundidas por Jesucristo, no creían oportuno oírle; o bien para persuadirnos a que aceptásemos el yugo de la ley, nosotros que debíamos creer entre los gentiles.
San Agustín, contra Faustum, 19, 2Si no fue éste el motivo que le impulsó a hablar así, debe ser el que ya he dicho, y ni en ello ha mentido. Hay tres clases de leyes: una de los hebreos, que San Pablo en su carta a los romanos apellida de pecado y de muerte; otra de los gentiles, a la cual llama natural, diciendo a los romanos: "Los gentiles practican naturalmente lo que manda la ley" ( Rom 2,14); y otra de verdad, acerca de la cual dijo también a los romanos: "La ley es espíritu de vida", etc ( Rom 8,2). Igualmente los profetas: los hay de los judíos, muy conocidos; de los gentiles, de quienes dice San Pablo a Tito: "Uno de sus profetas ha dicho"; y de la verdad, de quienes dice Jesucristo por medio de San Mateo: "Os envío profetas y sabios" ( Mt 23,24). (l. 19, c. 3) Y en verdad, si hubiese manifestado las observancias de los hebreos respecto de su cumplimiento, no hubiese resultado la duda acerca de que había dicho esto refiriéndose a la ley de los judíos y de los profetas. En ello sólo refiere los preceptos más antiguos -esto es, no matarás, no fornicarás-, que en otro tiempo fueron promulgados por Enoc y Set y los demás judíos, ¿a quién no parece que esto lo dijo El refiriéndose a la ley y a los profetas? En lo que parece que mencionó ciertas cosas de los judíos, las arrancó casi de raíz, mandando lo contrario, como es esto que dice: "Ojo por ojo, diente por diente" ( Ex 21,24). A lo que dice San Agustín:
San Agustín, contra Faustum, 19,7Manifiesto es, qué ley y qué profetas no vino Cristo a derogar sino a cumplir la misma ley que promulgó Moisés. Jesucristo no cumplió solamente, como dice Fausto, los preceptos trasmitidos por los justos antiguos, antes de la ley de Moisés, ni derogó los que eran propios de la ley de los judíos (19,17), como éste: "No matarás" ( Ex 20,13). Nosotros, pues, decimos que estas cosas estuvieron bien mandadas en su tiempo y que ahora no han sido aprobadas por Jesucristo, sino cumplidas como se expresa en los demás preceptos. Tampoco entienden esto los que continúan viviendo en aquella perversidad para obligar a los gentiles a judaizar, como son los herejes que se llaman nazarenos.
Sea todo a la mayor gloria de Dios.
Santo Evangelio del Día 16 de noviembre
https://santoevangeliodia.blogspot.com/2024/11/santo-evangelio-del-dia-16-de-noviembre.html
SANTA GERTUDRISVirgen
Fiesta Doble(ornamentos blancos)
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EpístolaEl que se gloríe, gloríese en el Señor. Que no es hombre de probada virtud el que a sí mismo se recomienda, sino aquel a quien el Señor recomienda. Ojalá pudierais soportar un poco mi necedad! ¡Sí que me la soportáis! Celoso estoy de vosotros con celos de Dios. Pues os tengo desposados con un solo esposo para presentaros cual casta virgen a Cristo.II Corintios X, 17-18/ II Corintios XI, 1-2
EvangelioEn aquel tiempo. Dijo Jesús a sus discípulos esta parábola1. "En aquel entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes, que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo. Cinco de entre ellas eran necias, y cinco prudentes. Las necias, al tomar sus lámparas, no tomaron aceite consigo, mientras que las prudentes tomaron aceite en sus frascos, además de sus lámparas. Como el esposo tardaba, todas sintieron sueño y se durmieron. Mas a medianoche se oyó un grito: ¡He aquí al esposo! ¡Salid a su encuentro!". Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Mas las necias dijeron a las prudentes: "Dadnos de vuestro aceite, porque nuestras lámparas se apagan". Replicaron las prudentes y dijeron: "No sea que no alcance para nosotras y para vosotras; id más bien a los vendedores y comprad para vosotras". Mientras ellas iban a comprar, llegó el esposo; y las que estaban prontas, entraron con él a las bodas, y se cerró la puerta. Después llegaron las otras vírgenes y dijeron: "¡Señor, señor, ábrenos!" Pero él respondió y dijo: "En verdad, os digo, no os conozco". Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora".Mateo XXV, 1-13
Catena Aurea
San Jerónimo
La semejanza de las diez vírgenes necias y prudentes, es aplicada por algunos sencillamente a las vírgenes, de las cuales unas según el Apóstol lo son de cuerpo y de espíritu; y otras solamente de cuerpo, careciendo de las demás obras; o guardadas bajo la custodia de sus padres; pero que sin embargo intentan casarse. Pero a mí me parece, por lo arriba dicho, que es otro el sentido, y que no pertenece esta comparación a la virginidad corporal, sino a todo género de personas.
Orígenes, in Matthaeum, 32
O de otro modo: los sentidos de todos los que recibieron la palabra de Dios, son vírgenes; pues tal es la virtud de la palabra divina, que de su pureza participan todos los que por su doctrina abandonaron la idolatría y se convirtieron por Jesucristo al culto de Dios. Y sigue: "Que tomando sus lámparas salieron", etc. Toman sus lámparas, es decir, los órganos de sus sentidos, y salen del mundo de los errores al encuentro del Salvador, que siempre está preparado a venir para entrar juntamente con los que son dignos en la Iglesia, su bienaventurada esposa.
San Agustín, de diversis quaestionibus octoginta tribus liber, 59
Por aceite pienso puede significarse la alegría, según aquello del salmo: "Te ungió el Señor tu Dios con el aceite del regocijo" ( Sal 44,8). Por consiguiente, el que no se alegra porque interiormente agrada a Dios, éste no tiene aceite, pues no siente placer sino en las alabanzas de los hombres. Pero las prudentes tomaron aceite con las lámparas, esto es, pusieron la alegría de las buenas obras "en sus vasos", esto es, en el corazón y en la conciencia: "pusieron". Como el Apóstol avisa: "Pruébese, dice, a sí mismo el hombre y entonces tendrá la gloria en sí, y no en otro" ( Gál 6,4).
Orígenes
Pero las lámparas de las vírgenes necias se apagan, porque las obras, que por defuera parecían buenas a los hombres, a la venida del Juez quedan por dentro oscuras. Por lo que sigue: Las necias dijeron a las prudentes: "Dadnos de vuestro aceite", etc. ¿Por qué piden entonces aceite a las prudentes, sino porque a la venida del Juez se encuentran interiormente vacías, y buscan apoyo fuera de sí? Como si desconfiadas de sí mismas digan a sus prójimos: porque veis que nosotras seremos rechazadas por falta de buenas obras, sed vosotras testigos de que las hicimos.
San Jerónimo
EvangelioEn aquel tiempo. Dijo Jesús a sus discípulos esta parábola1. "En aquel entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes, que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo. Cinco de entre ellas eran necias, y cinco prudentes. Las necias, al tomar sus lámparas, no tomaron aceite consigo, mientras que las prudentes tomaron aceite en sus frascos, además de sus lámparas. Como el esposo tardaba, todas sintieron sueño y se durmieron. Mas a medianoche se oyó un grito: ¡He aquí al esposo! ¡Salid a su encuentro!". Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Mas las necias dijeron a las prudentes: "Dadnos de vuestro aceite, porque nuestras lámparas se apagan". Replicaron las prudentes y dijeron: "No sea que no alcance para nosotras y para vosotras; id más bien a los vendedores y comprad para vosotras". Mientras ellas iban a comprar, llegó el esposo; y las que estaban prontas, entraron con él a las bodas, y se cerró la puerta. Después llegaron las otras vírgenes y dijeron: "¡Señor, señor, ábrenos!" Pero él respondió y dijo: "En verdad, os digo, no os conozco". Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora".Mateo XXV, 1-13
Catena Aurea
San Jerónimo
La semejanza de las diez vírgenes necias y prudentes, es aplicada por algunos sencillamente a las vírgenes, de las cuales unas según el Apóstol lo son de cuerpo y de espíritu; y otras solamente de cuerpo, careciendo de las demás obras; o guardadas bajo la custodia de sus padres; pero que sin embargo intentan casarse. Pero a mí me parece, por lo arriba dicho, que es otro el sentido, y que no pertenece esta comparación a la virginidad corporal, sino a todo género de personas.
Orígenes, in Matthaeum, 32
O de otro modo: los sentidos de todos los que recibieron la palabra de Dios, son vírgenes; pues tal es la virtud de la palabra divina, que de su pureza participan todos los que por su doctrina abandonaron la idolatría y se convirtieron por Jesucristo al culto de Dios. Y sigue: "Que tomando sus lámparas salieron", etc. Toman sus lámparas, es decir, los órganos de sus sentidos, y salen del mundo de los errores al encuentro del Salvador, que siempre está preparado a venir para entrar juntamente con los que son dignos en la Iglesia, su bienaventurada esposa.
San Agustín, de diversis quaestionibus octoginta tribus liber, 59
Por aceite pienso puede significarse la alegría, según aquello del salmo: "Te ungió el Señor tu Dios con el aceite del regocijo" ( Sal 44,8). Por consiguiente, el que no se alegra porque interiormente agrada a Dios, éste no tiene aceite, pues no siente placer sino en las alabanzas de los hombres. Pero las prudentes tomaron aceite con las lámparas, esto es, pusieron la alegría de las buenas obras "en sus vasos", esto es, en el corazón y en la conciencia: "pusieron". Como el Apóstol avisa: "Pruébese, dice, a sí mismo el hombre y entonces tendrá la gloria en sí, y no en otro" ( Gál 6,4).
Orígenes
Pero las lámparas de las vírgenes necias se apagan, porque las obras, que por defuera parecían buenas a los hombres, a la venida del Juez quedan por dentro oscuras. Por lo que sigue: Las necias dijeron a las prudentes: "Dadnos de vuestro aceite", etc. ¿Por qué piden entonces aceite a las prudentes, sino porque a la venida del Juez se encuentran interiormente vacías, y buscan apoyo fuera de sí? Como si desconfiadas de sí mismas digan a sus prójimos: porque veis que nosotras seremos rechazadas por falta de buenas obras, sed vosotras testigos de que las hicimos.
San Jerónimo
Como había ya pasado el tiempo de vender y llegado el día del juicio, no había lugar a penitencia ni a hacer nuevas obras buenas, y se ven obligados a dar cuenta de las pasadas. Por eso sigue: "Mientras fueron a comprarlo vino el esposo; y las que estaban preparadas, entraron con él a las bodas".
San Agustín, de diversis quaestionibus octoginta tribus liber, 59
No se dice que compraron aceite; y así debe entenderse que no quedando ya satisfacción ninguna de alabanza ajena, volvieron llenas de angustia y aflicción a implorar la misericordia de Dios. Pero después del juicio es muy grande la severidad de aquél que antes del juicio ensanchó tanto su inefable misericordia. Y por esto sigue: Y el Señor respondiendo dice: "En verdad os digo, que no os conozco". De aquí, pues, aquella regla: no sabe los secretos de Dios, esto es, su sabiduría para entrar en su reino, el que, si bien se afana en obrar según sus preceptos, no es por agradar a Dios sino a los hombres.
Sea todo a la mayor gloria de Dios.
San Agustín, de diversis quaestionibus octoginta tribus liber, 59
No se dice que compraron aceite; y así debe entenderse que no quedando ya satisfacción ninguna de alabanza ajena, volvieron llenas de angustia y aflicción a implorar la misericordia de Dios. Pero después del juicio es muy grande la severidad de aquél que antes del juicio ensanchó tanto su inefable misericordia. Y por esto sigue: Y el Señor respondiendo dice: "En verdad os digo, que no os conozco". De aquí, pues, aquella regla: no sabe los secretos de Dios, esto es, su sabiduría para entrar en su reino, el que, si bien se afana en obrar según sus preceptos, no es por agradar a Dios sino a los hombres.
Sea todo a la mayor gloria de Dios.
Santo Evangelio del Día 17 de noviembre
https://santoevangeliodia.blogspot.com/2024/11/santo-evangelio-del-dia-17-de-noviembre.html
DOMÍNICA XXVI DESPUÉS DE PENTECOSTÉS(VI después de Epifanía)
Fiesta Semidoble(ornamentos verdes)
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DOMÍNICA XXVI DESPUÉS DE PENTECOSTÉS(VI después de Epifanía)
Fiesta Semidoble(ornamentos verdes)
Lección
Hermanos: En todo momento damos gracia a Dios por todos vosotros, recordándoos sin cesar en nuestras oraciones. Tenemos presente ante nuestro Dios y Padre la obra de vuestra fe, los trabajos de vuestra caridad, y la tenacidad de vuestra esperanza en Jesucristo nuestro Señor. Conocemos, hermanos queridos de Dios, vuestra elección; ya que os fue predicado nuestro Evangelio no sólo con palabras sino también con poder y con el Espíritu Santo, con plena persuasión. Sabéis cómo nos portamos entre vosotros en atención a vosotros. Por vuestra parte, os hicisteis imitadores nuestros y del Señor, abrazando la Palabra con gozo del Espíritu Santo en medio de muchas tribulaciones. De esta manera os habéis convertido en modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. Partiendo de vosotros, en efecto, ha resonado la Palabra del Señor y vuestra fe en Dios se ha difundido no sólo en Macedonia y en Acaya, sino por todas partes, de manera que nada nos queda por decir. Ellos mismos cuentan de nosotros cuál fue nuestra entrada a vosotros, y cómo os convertisteis a Dios, tras haber abandonado los ídolos, para servir a Dios vivo y verdadero, y esperar así a su Hijo Jesús que ha de venir de los cielos, a quien resucitó de entre los muertos y que nos salva de la Cólera venidera.I Tesalonisences I, 2-10
Evangelio
En aquel tiempo: Dijo Jesús a las turbas esta parábola: «El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo. Es ciertamente más pequeña que cualquier semilla, pero cuando crece es mayor que las hortalizas, y se hace árbol, hasta el punto de que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas.» Les dijo otra parábola: «El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.» Todo esto dijo Jesús en parábolas a la gente, y nada les hablaba sin parábolas, para que se cumpliese el oráculo del profeta: Abriré en parábolas mi boca, publicaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo.Mateo XIII, 31-35
Catena Aurea
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 46,2
Había dicho el Señor que se pierden tres partes de la simiente, y sólo una se conserva, y en esta última hay también mucha pérdida a causa de la cizaña que sobre ella se siembra. Y a fin de que sus discípulos no le dijeran: ¿Quiénes y cuántos serán, pues, los fieles? les quita ese temor con la parábola del grano de mostaza. Y por eso se dice: "Otra parábola les propuso, diciendo: semejante es el reino de los cielos a un grano de mostaza", etc.
San Jerónimo
O de otra manera, me parece que la mujer que toma el fermento y lo esconde, representa la predicación apostólica, o la Iglesia formada de diversas naciones. Ella toma el fermento, es decir, la inteligencia de las Escrituras, y lo esconde en las tres medidas de harina: el espíritu, el alma y el cuerpo, a fin de que, reducidos a la unidad, no haya divergencia entre ellos. O de otra manera. Leemos en Platón, que en el alma hay tres facultades: la parte racional, la parte irascible y la concupiscencia. Y nosotros, si hemos recibido la levadura del Evangelio, poseemos la prudencia en la razón; en la ira el odio contra los vicios; en la concupiscencia el deseo de las virtudes, y todo esto es resultado de la doctrina evangélica que nos dio nuestra madre la Iglesia. Diré también la interpretación que dan algunos. Dicen que la referida mujer figura la Iglesia que mezcla la fe del hombre con las tres medidas de harina, es decir, la fe en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo; y cuando toda esta fe ha fermentado, nos encontramos no con tres creencias en Dios, sino con una sola y en un solo Dios. Esta es a la verdad una interpretación piadosa, pero nunca estas interpretaciones dudosas y parábolas pueden servir de punto de apoyo para probar los dogmas.
San Agustín, quaestiones evangeliorum, 1,14
Hermanos: En todo momento damos gracia a Dios por todos vosotros, recordándoos sin cesar en nuestras oraciones. Tenemos presente ante nuestro Dios y Padre la obra de vuestra fe, los trabajos de vuestra caridad, y la tenacidad de vuestra esperanza en Jesucristo nuestro Señor. Conocemos, hermanos queridos de Dios, vuestra elección; ya que os fue predicado nuestro Evangelio no sólo con palabras sino también con poder y con el Espíritu Santo, con plena persuasión. Sabéis cómo nos portamos entre vosotros en atención a vosotros. Por vuestra parte, os hicisteis imitadores nuestros y del Señor, abrazando la Palabra con gozo del Espíritu Santo en medio de muchas tribulaciones. De esta manera os habéis convertido en modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. Partiendo de vosotros, en efecto, ha resonado la Palabra del Señor y vuestra fe en Dios se ha difundido no sólo en Macedonia y en Acaya, sino por todas partes, de manera que nada nos queda por decir. Ellos mismos cuentan de nosotros cuál fue nuestra entrada a vosotros, y cómo os convertisteis a Dios, tras haber abandonado los ídolos, para servir a Dios vivo y verdadero, y esperar así a su Hijo Jesús que ha de venir de los cielos, a quien resucitó de entre los muertos y que nos salva de la Cólera venidera.I Tesalonisences I, 2-10
Evangelio
En aquel tiempo: Dijo Jesús a las turbas esta parábola: «El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo. Es ciertamente más pequeña que cualquier semilla, pero cuando crece es mayor que las hortalizas, y se hace árbol, hasta el punto de que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas.» Les dijo otra parábola: «El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.» Todo esto dijo Jesús en parábolas a la gente, y nada les hablaba sin parábolas, para que se cumpliese el oráculo del profeta: Abriré en parábolas mi boca, publicaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo.Mateo XIII, 31-35
Catena Aurea
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 46,2
Había dicho el Señor que se pierden tres partes de la simiente, y sólo una se conserva, y en esta última hay también mucha pérdida a causa de la cizaña que sobre ella se siembra. Y a fin de que sus discípulos no le dijeran: ¿Quiénes y cuántos serán, pues, los fieles? les quita ese temor con la parábola del grano de mostaza. Y por eso se dice: "Otra parábola les propuso, diciendo: semejante es el reino de los cielos a un grano de mostaza", etc.
San Jerónimo
O de otra manera, me parece que la mujer que toma el fermento y lo esconde, representa la predicación apostólica, o la Iglesia formada de diversas naciones. Ella toma el fermento, es decir, la inteligencia de las Escrituras, y lo esconde en las tres medidas de harina: el espíritu, el alma y el cuerpo, a fin de que, reducidos a la unidad, no haya divergencia entre ellos. O de otra manera. Leemos en Platón, que en el alma hay tres facultades: la parte racional, la parte irascible y la concupiscencia. Y nosotros, si hemos recibido la levadura del Evangelio, poseemos la prudencia en la razón; en la ira el odio contra los vicios; en la concupiscencia el deseo de las virtudes, y todo esto es resultado de la doctrina evangélica que nos dio nuestra madre la Iglesia. Diré también la interpretación que dan algunos. Dicen que la referida mujer figura la Iglesia que mezcla la fe del hombre con las tres medidas de harina, es decir, la fe en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo; y cuando toda esta fe ha fermentado, nos encontramos no con tres creencias en Dios, sino con una sola y en un solo Dios. Esta es a la verdad una interpretación piadosa, pero nunca estas interpretaciones dudosas y parábolas pueden servir de punto de apoyo para probar los dogmas.
San Agustín, quaestiones evangeliorum, 1,14
O bien, el evangelista puso esto, no porque el Señor no haya hablado nunca en términos propios, sino porque no hay discurso suyo en que no haya expresado algunas cosas por algunas parábolas, y aun haya mezclado el sentido propio con el parabólico de tal manera que frecuentemente todo su discurso no es más que un tejido de parábolas, y no se encuentra uno solo en que no entre la parábola. Entiendo por discurso entero cuando el Señor habla de una cosa y no pasa a otra hasta que la ha desenvuelto completamente. Algunas veces, efectivamente, un evangelista presenta en un solo discurso lo que otro refiere como acontecido en distintas circunstancias, siguiendo en esta relación no el orden real de los acontecimientos, sino el de sus recuerdos.La razón de por qué el Señor hablaba en parábolas, la da el mismo evangelista, cuando añade: "Para que se cumpliese lo que había sido anunciado por el profeta", etc.
Sea todo a la mayor gloria de Dios.
Sea todo a la mayor gloria de Dios.
Santo Evangelio del Día 18 de noviembre
https://santoevangeliodia.blogspot.com/2024/11/santo-evangelio-del-dia-18-de-noviembre.html
DEDICACIÓN DE LASBASÍLICAS DE SAN PEDRO Y SAN PABLO
Doble mayor
(ornamentos blancos)
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DEDICACIÓN DE LASBASÍLICAS DE SAN PEDRO Y SAN PABLO
Doble mayor
(ornamentos blancos)
EvangelioEn aquel tiempo: Entró Jesús en Jericó, e iba pasando. Y he aquí que un hombre rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, buscaba ver a Jesús para conocerlo, pero no lo lograba a causa de la mucha gente, porque era pequeño de estatura. Entonces corrió hacia adelante, y subió sobre un sicomoro para verlo, porque debía pasar por allí. Cuando Jesús llegó a este lugar, levantó los ojos y dijo: "Zaqueo, desciende pronto, porque hoy es necesario que Yo me hospede en tu casa". Y éste descendió rápidamente, y lo recibió con alegría. Viendo lo cual, todos murmuraban y decían: "Se ha ido a hospedar en casa de un varón pecador". Mas Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: "Señor, he aquí que doy a los pobres la mitad de mis bienes; y si en algo he perjudicado a alguno le devuelvo el cuádruplo". Jesús le dijo: "Hoy se obró salvación a esta casa, porque también él es un hijo de Abrahán. Vino el Hijo del hombre a buscar y a salvar lo perdido". Lucas XIX, 1-10
Catena Aurea
San Cirilo
Pero Zaqueo no se detuvo por este obstáculo (su riqueza), por lo que se hizo acreedor a la gracia de Dios que ilumina a los ciegos y llama a los que están lejos.
Tito Bostrense
Había germinado en él la semilla de la salvación, porque deseaba ver al Salvador. Por esto sigue: "Y procuraba ver a Jesús, quien quiera que fuese" a pesar de que nunca le había visto, porque si le hubiera visto sin duda se hubiese apartado de la mala vida de publicano. Por tanto, si alguno ve a Jesús ya no puede continuar con mala vida. Dos obstáculos le habían impedido verle: la muchedumbre, no tanto de los hombres como de sus pecados (o crímenes) y el ser pequeño de estatura; por eso sigue: "Y no podía por la mucha gente, porque era pequeño de estatura".
Beda
He aquí cómo el camello, dejando la carga de su jiba, pasa por el ojo de la aguja; esto es, el publicano siendo rico, habiendo dejado el amor de las riquezas y menospreciando el fraude, recibe la bendición de hospedar al Señor en su casa. Sigue pues: "Y él descendió apresurado, y le recibió gozoso", etc.
Crisóstomo
Pero considera la excesiva bondad del Salvador. El inocente trata con los culpables, la fuente de la justicia con la avaricia, que es fundamento de perversidad; cuando ha entrado en la casa del publicano, no sufre ofensa alguna por la nebulosidad de la avaricia; antes al contrario hace desaparecer la avaricia con el brillo de su justicia. Pero los murmuradores y los amantes de censurar, empiezan a tentarle acerca de lo que hacía. Sigue, pues: "Y como todos vieron esto, murmuraban diciendo que había ido a hospedarse a la casa de un pecador", etc. Pero El, acusado como convidado y amigo de los publicanos, despreciaba todas estas cosas, con el fin de llevar adelante su propósito; porque no cura el médico si no soporta la hediondez de las llagas de los enfermos y sigue adelante en su propósito de curarle. Esto mismo sucedió entonces: el publicano se había convertido y se hizo mejor que antes. Prosigue: "Mas Zaqueo, presentándose al Señor, le dijo: Señor, la mitad de cuanto tengo doy a los pobres", etc. Cosa admirable. Todavía no se le habla y ya obedece. Y como el sol no ilumina una casa con palabras, sino con hechos, así el Salvador con los rayos de su justicia hace huir la niebla de la torpeza; porque la luz brilla en las tinieblas. Todo lo que está unido es fuerte, pero lo que está dividido es débil, por eso Zaqueo dividió su fortuna. Debe considerarse con atención que no todas las riquezas de Zaqueo eran injustas, sino que también las había reunido por lo que había heredado de sus padres. De otro modo, ¿cómo hubiera podido restituir el cuádruplo de lo que se había adquirido mal? Sabía muy bien que la ley mandaba restituir el cuádruplo de lo que se había adquirido mal para que se mitiguen los castigos por no haber temido la ley. Pero Zaqueo no espera el castigo de la ley y se constituye en juez de sí mismo.
Teofiactus
Catena Aurea
San Cirilo
Pero Zaqueo no se detuvo por este obstáculo (su riqueza), por lo que se hizo acreedor a la gracia de Dios que ilumina a los ciegos y llama a los que están lejos.
Tito Bostrense
Había germinado en él la semilla de la salvación, porque deseaba ver al Salvador. Por esto sigue: "Y procuraba ver a Jesús, quien quiera que fuese" a pesar de que nunca le había visto, porque si le hubiera visto sin duda se hubiese apartado de la mala vida de publicano. Por tanto, si alguno ve a Jesús ya no puede continuar con mala vida. Dos obstáculos le habían impedido verle: la muchedumbre, no tanto de los hombres como de sus pecados (o crímenes) y el ser pequeño de estatura; por eso sigue: "Y no podía por la mucha gente, porque era pequeño de estatura".
Beda
He aquí cómo el camello, dejando la carga de su jiba, pasa por el ojo de la aguja; esto es, el publicano siendo rico, habiendo dejado el amor de las riquezas y menospreciando el fraude, recibe la bendición de hospedar al Señor en su casa. Sigue pues: "Y él descendió apresurado, y le recibió gozoso", etc.
Crisóstomo
Pero considera la excesiva bondad del Salvador. El inocente trata con los culpables, la fuente de la justicia con la avaricia, que es fundamento de perversidad; cuando ha entrado en la casa del publicano, no sufre ofensa alguna por la nebulosidad de la avaricia; antes al contrario hace desaparecer la avaricia con el brillo de su justicia. Pero los murmuradores y los amantes de censurar, empiezan a tentarle acerca de lo que hacía. Sigue, pues: "Y como todos vieron esto, murmuraban diciendo que había ido a hospedarse a la casa de un pecador", etc. Pero El, acusado como convidado y amigo de los publicanos, despreciaba todas estas cosas, con el fin de llevar adelante su propósito; porque no cura el médico si no soporta la hediondez de las llagas de los enfermos y sigue adelante en su propósito de curarle. Esto mismo sucedió entonces: el publicano se había convertido y se hizo mejor que antes. Prosigue: "Mas Zaqueo, presentándose al Señor, le dijo: Señor, la mitad de cuanto tengo doy a los pobres", etc. Cosa admirable. Todavía no se le habla y ya obedece. Y como el sol no ilumina una casa con palabras, sino con hechos, así el Salvador con los rayos de su justicia hace huir la niebla de la torpeza; porque la luz brilla en las tinieblas. Todo lo que está unido es fuerte, pero lo que está dividido es débil, por eso Zaqueo dividió su fortuna. Debe considerarse con atención que no todas las riquezas de Zaqueo eran injustas, sino que también las había reunido por lo que había heredado de sus padres. De otro modo, ¿cómo hubiera podido restituir el cuádruplo de lo que se había adquirido mal? Sabía muy bien que la ley mandaba restituir el cuádruplo de lo que se había adquirido mal para que se mitiguen los castigos por no haber temido la ley. Pero Zaqueo no espera el castigo de la ley y se constituye en juez de sí mismo.
Teofiactus
Y el Señor le dice: "Desciende presto"; esto es, has subido por la penitencia a ese elevado lugar, baja por la humildad para que no te sorprenda el orgullo, porque me conviene descansar en la casa del humilde. En nosotros existen dos especies de bienes (a saber: los corporales y los espirituales); el justo deja todo lo corporal para los pobres, pero no abandona los bienes espirituales; mas si tomó algo de alguno le devuelve cuatro veces más; dando a conocer por esto que si alguno por la penitencia marcha por el camino contrario al de su maldad primitiva, enmienda por sus muchas virtudes todas sus antiguas faltas; y así es como merece la salvación y ser llamado hijo de Abraham, porque renuncia a su propia estirpe, es decir, a la antigua maldad.
Sea todo a la mayor gloria de Dios.
Sea todo a la mayor gloria de Dios.