Art铆culo 6: Los nombres, 驴son o no son dados a las criaturas antes que a Dios?
Objeciones por las que parece que los nombres son dados a las criaturas antes que a Dios:
1. Conforme conocemos algo, lo nombramos; pues, seg煤n el Fil贸sofo, los nombres son expresiones conceptuales. Pero conocemos lo creado antes que a Dios. Luego los nombres dados por nosotros les corresponden a las criaturas antes que a Dios.
2. Seg煤n Dionisio en el De Div. Nom., a Dios le damos nombres partiendo de las criaturas. Pero los nombres que son trasladados de las criaturas a Dios, antes han sido dados a las criaturas que a Dios, como le贸n, piedra y otros. Luego todos los nombres que son dados a Dios y a las criaturas, antes son dados a las criaturas que a Dios.
3. Todos los nombres que son dados conjuntamente a Dios y a las criaturas, a Dios le son dados como causa de todo, como dice Dionisio. Pero lo que se dice de alguien en cuanto causa, se dice consecuentemente. Ejemplo: Animal sano se dice antes que de la medicina, que es causa de salud. Por lo tanto, estos nombres son dados a las criaturas antes que a Dios.
Contra esto: est谩 lo que se dice en Ef 3,14s.: Doblo mi rodilla ante el Padre de nuestro Se帽or Jes煤s, de quien recibe su nombre toda paternidad en el cielo y en la tierra. Lo mismo parece que deber铆a decirse de otros nombres que se dan a Dios y a las criaturas. Luego estos nombres se dan antes a Dios que a las criaturas.
Respondo: Todos los nombres que se dan a muchos anal贸gicamente, es necesario que todos sean dados por su referencia a uno; y as铆, es necesario que tal uno entre en la definici贸n de todos. Y porque el concepto expresado por el nombre es la definici贸n, como se dice en IV Metaphys., es necesario que aquel nombre sea dado antes a aquello que entra en la definici贸n de lo otro, y despu茅s sea dado a los otros siguiendo el orden establecido por la relaci贸n m谩s o menos estrecha que guarden con aqu茅l. Ejemplo: Sano dado al animal, entra en la definici贸n de sano dado a la medicina, que es llamada sana porque causa salud en el animal; tambi茅n entra en la definici贸n de sano dado a la orina, que es llamada sana porque es signo de la salud del animal.
Por otra parte, todos los nombres que son dados a Dios metaf贸ricamente, han sido dados a las criaturas antes que a Dios; porque dados a Dios, no indican m谩s que las semejanzas con tales criaturas. Ejemplo: Decir que el prado r铆e, no significa m谩s que, cuando florece, el prado tiene el esplendor parecido al del hombre cuando r铆e. Es la semejanza de proporci贸n. Decir que Dios es le贸n no significa m谩s que, en su actuar, Dios tiene tanta fuerza que se parece a la del le贸n. Esto da a entender que no se puede definir el significado de los nombres dados a Dios si no se parte de lo que significan cuando son dados a las criaturas. De los otros nombres que son dados a Dios no metaf贸ricamente, cabr铆a decir lo mismo, siempre que s贸lo le sean dados en sentido causal, como ya sostuvieron algunos. Ejemplo: Si al decir Dios es bueno, no se dijera m谩s que Dios es causa de la bondad de la criatura; y si este nombre bueno, dado a Dios, incluyera en s铆 mismo la bondad de la criatura. De ser as铆, el nombre bueno se dar铆a a la criatura antes que a Dios. Pero qued贸 ya demostrado (a.2) que estos nombres son dados a Dios no s贸lo en sentido causal, sino tambi茅n esencial. Pues cuando se dice Dios es bueno o sabio, no s贸lo se expresa que El es causa de sabidur铆a o de bondad, sino que 茅stas preexisten en Dios en forma sublime. Por lo tanto, seg煤n esto, hay que decir: En cuanto a la realidad expresada por el nombre, 茅ste es dado a Dios antes que a las criaturas, porque tales perfecciones brotan de Dios y se depositan en las criaturas. En cuanto al hecho de dar nombre, antes se lo damos a las criaturas, que son lo primero que conocemos. Por tanto, la significaci贸n del nombre les corresponde a las criaturas, como ya se dijo (a.3).
1. Conforme conocemos algo, lo nombramos; pues, seg煤n el Fil贸sofo, los nombres son expresiones conceptuales. Pero conocemos lo creado antes que a Dios. Luego los nombres dados por nosotros les corresponden a las criaturas antes que a Dios.
2. Seg煤n Dionisio en el De Div. Nom., a Dios le damos nombres partiendo de las criaturas. Pero los nombres que son trasladados de las criaturas a Dios, antes han sido dados a las criaturas que a Dios, como le贸n, piedra y otros. Luego todos los nombres que son dados a Dios y a las criaturas, antes son dados a las criaturas que a Dios.
3. Todos los nombres que son dados conjuntamente a Dios y a las criaturas, a Dios le son dados como causa de todo, como dice Dionisio. Pero lo que se dice de alguien en cuanto causa, se dice consecuentemente. Ejemplo: Animal sano se dice antes que de la medicina, que es causa de salud. Por lo tanto, estos nombres son dados a las criaturas antes que a Dios.
Contra esto: est谩 lo que se dice en Ef 3,14s.: Doblo mi rodilla ante el Padre de nuestro Se帽or Jes煤s, de quien recibe su nombre toda paternidad en el cielo y en la tierra. Lo mismo parece que deber铆a decirse de otros nombres que se dan a Dios y a las criaturas. Luego estos nombres se dan antes a Dios que a las criaturas.
Respondo: Todos los nombres que se dan a muchos anal贸gicamente, es necesario que todos sean dados por su referencia a uno; y as铆, es necesario que tal uno entre en la definici贸n de todos. Y porque el concepto expresado por el nombre es la definici贸n, como se dice en IV Metaphys., es necesario que aquel nombre sea dado antes a aquello que entra en la definici贸n de lo otro, y despu茅s sea dado a los otros siguiendo el orden establecido por la relaci贸n m谩s o menos estrecha que guarden con aqu茅l. Ejemplo: Sano dado al animal, entra en la definici贸n de sano dado a la medicina, que es llamada sana porque causa salud en el animal; tambi茅n entra en la definici贸n de sano dado a la orina, que es llamada sana porque es signo de la salud del animal.
Por otra parte, todos los nombres que son dados a Dios metaf贸ricamente, han sido dados a las criaturas antes que a Dios; porque dados a Dios, no indican m谩s que las semejanzas con tales criaturas. Ejemplo: Decir que el prado r铆e, no significa m谩s que, cuando florece, el prado tiene el esplendor parecido al del hombre cuando r铆e. Es la semejanza de proporci贸n. Decir que Dios es le贸n no significa m谩s que, en su actuar, Dios tiene tanta fuerza que se parece a la del le贸n. Esto da a entender que no se puede definir el significado de los nombres dados a Dios si no se parte de lo que significan cuando son dados a las criaturas. De los otros nombres que son dados a Dios no metaf贸ricamente, cabr铆a decir lo mismo, siempre que s贸lo le sean dados en sentido causal, como ya sostuvieron algunos. Ejemplo: Si al decir Dios es bueno, no se dijera m谩s que Dios es causa de la bondad de la criatura; y si este nombre bueno, dado a Dios, incluyera en s铆 mismo la bondad de la criatura. De ser as铆, el nombre bueno se dar铆a a la criatura antes que a Dios. Pero qued贸 ya demostrado (a.2) que estos nombres son dados a Dios no s贸lo en sentido causal, sino tambi茅n esencial. Pues cuando se dice Dios es bueno o sabio, no s贸lo se expresa que El es causa de sabidur铆a o de bondad, sino que 茅stas preexisten en Dios en forma sublime. Por lo tanto, seg煤n esto, hay que decir: En cuanto a la realidad expresada por el nombre, 茅ste es dado a Dios antes que a las criaturas, porque tales perfecciones brotan de Dios y se depositan en las criaturas. En cuanto al hecho de dar nombre, antes se lo damos a las criaturas, que son lo primero que conocemos. Por tanto, la significaci贸n del nombre les corresponde a las criaturas, como ya se dijo (a.3).
A las objeciones:
1. Tal objeci贸n es viable en cuanto referida al hecho de dar nombre.
2. No tienen el mismo sentido los nombres dados a Dios metaf贸ricamente que los otros, como se dijo.
3. Tal objeci贸n ser铆a viable si los nombres fueran dados a Dios s贸lo en sentido causal y no esencial, como sano dado a la medicina.
1. Tal objeci贸n es viable en cuanto referida al hecho de dar nombre.
2. No tienen el mismo sentido los nombres dados a Dios metaf贸ricamente que los otros, como se dijo.
3. Tal objeci贸n ser铆a viable si los nombres fueran dados a Dios s贸lo en sentido causal y no esencial, como sano dado a la medicina.
ARTICULUS 6
[28831] I陋 q. 13 a. 6 arg. 1
Ad sextum sic proceditur. Videtur quod nomina per prius dicantur de creaturis quam de Deo. Secundum enim quod cognoscimus aliquid, secundum hoc illud nominamus; cum nomina, secundum philosophum, sint signa intellectuum. Sed per prius cognoscimus creaturam quam Deum. Ergo nomina a nobis imposita, per prius conveniunt creaturis quam Deo.
[28832] I陋 q. 13 a. 6 arg. 2
Praeterea, secundum Dionysium, in libro de Div. Nom., Deum ex creaturis nominamus. Sed nomina a creaturis translata in Deum, per prius dicuntur de creaturis quam de Deo; sicut leo, lapis, et huiusmodi. Ergo omnia nomina quae de Deo et de creaturis dicuntur, per prius de creaturis quam de Deo dicuntur.
[28833] I陋 q. 13 a. 6 arg. 3
Praeterea, omnia nomina quae communiter de Deo et creaturis dicuntur, dicuntur de Deo sicut de causa omnium, ut dicit Dionysius. Sed quod dicitur de aliquo per causam, per posterius de illo dicitur, per prius enim dicitur animal sanum quam medicina, quae est causa sanitatis. Ergo huiusmodi nomina per prius dicuntur de creaturis quam de Deo.
[28834] I陋 q. 13 a. 6 s. c.
Sed contra est quod dicitur Ephes. III, flecto genua mea ad patrem domini nostri Iesu, ex quo omnis paternitas in caelo et in terra nominatur. Et eadem ratio videtur de nominibus aliis quae de Deo et creaturis dicuntur. Ergo huiusmodi nomina per prius de Deo quam de creaturis dicuntur.
[28835] I陋 q. 13 a. 6 co.
Respondeo dicendum quod in omnibus nominibus quae de pluribus analogice dicuntur, necesse est quod omnia dicantur per respectum ad unum, et ideo illud unum oportet quod ponatur in definitione omnium. Et quia ratio quam significat nomen, est definitio, ut dicitur in IV Metaphys., necesse est quod illud nomen per prius dicatur de eo quod ponitur in definitione aliorum, et per posterius de aliis, secundum ordinem quo appropinquant ad illud primum vel magis vel minus, sicut sanum quod dicitur de animali, cadit in definitione sani quod dicitur de medicina, quae dicitur sana inquantum causat sanitatem in animali; et in definitione sani quod dicitur de urina, quae dicitur sana inquantum est signum sanitatis animalis. Sic ergo omnia nomina quae metaphorice de Deo dicuntur, per prius de creaturis dicuntur quam de Deo, quia dicta de Deo, nihil aliud significant quam similitudines ad tales creaturas. Sicut enim ridere, dictum de prato, nihil aliud significat quam quod pratum similiter se habet in decore cum floret, sicut homo cum ridet, secundum similitudinem proportionis; sic nomen leonis, dictum de Deo, nihil aliud significat quam quod Deus similiter se habet ut fortiter operetur in suis operibus, sicut leo in suis. Et sic patet quod, secundum quod dicuntur de Deo, eorum significatio definiri non potest, nisi per illud quod de creaturis dicitur. De aliis autem nominibus, quae non metaphorice dicuntur de Deo, esset etiam eadem ratio, si dicerentur de Deo causaliter tantum, ut quidam posuerunt. Sic enim. Cum dicitur Deus est bonus, nihil aliud esset quam Deus est causa bonitatis creaturae, et sic hoc nomen bonum, dictum de Deo, clauderet in suo intellectu bonitatem creaturae. Unde bonum per prius diceretur de creatura quam de Deo. Sed supra ostensum est quod huiusmodi nomina non solum dicuntur de Deo causaliter, sed etiam essentialiter. Cum enim dicitur Deus est bonus, vel sapiens, non solum significatur quod ipse sit causa sapientiae vel bonitatis, sed quod haec in eo eminentius praeexistunt. Unde, secundum hoc, dicendum est quod, quantum ad rem significatam per nomen, per prius dicuntur de Deo quam de creaturis, quia a Deo huiusmodi perfectiones in creaturas manant. Sed quantum ad impositionem nominis, per prius a nobis imponuntur creaturis, quas prius cognoscimus. Unde et modum significandi habent qui competit creaturis, ut supra dictum est.
[28836] I陋 q. 13 a. 6 ad 1
Ad primum ergo dicendum quod obiectio illa procedit quantum ad impositionem nominis.
[28837] I陋 q. 13 a. 6 ad 2
Ad secundum dicendum quod non est eadem ratio de nominibus quae metaphorice de Deo dicuntur, et de aliis, ut dictum est.
[28831] I陋 q. 13 a. 6 arg. 1
Ad sextum sic proceditur. Videtur quod nomina per prius dicantur de creaturis quam de Deo. Secundum enim quod cognoscimus aliquid, secundum hoc illud nominamus; cum nomina, secundum philosophum, sint signa intellectuum. Sed per prius cognoscimus creaturam quam Deum. Ergo nomina a nobis imposita, per prius conveniunt creaturis quam Deo.
[28832] I陋 q. 13 a. 6 arg. 2
Praeterea, secundum Dionysium, in libro de Div. Nom., Deum ex creaturis nominamus. Sed nomina a creaturis translata in Deum, per prius dicuntur de creaturis quam de Deo; sicut leo, lapis, et huiusmodi. Ergo omnia nomina quae de Deo et de creaturis dicuntur, per prius de creaturis quam de Deo dicuntur.
[28833] I陋 q. 13 a. 6 arg. 3
Praeterea, omnia nomina quae communiter de Deo et creaturis dicuntur, dicuntur de Deo sicut de causa omnium, ut dicit Dionysius. Sed quod dicitur de aliquo per causam, per posterius de illo dicitur, per prius enim dicitur animal sanum quam medicina, quae est causa sanitatis. Ergo huiusmodi nomina per prius dicuntur de creaturis quam de Deo.
[28834] I陋 q. 13 a. 6 s. c.
Sed contra est quod dicitur Ephes. III, flecto genua mea ad patrem domini nostri Iesu, ex quo omnis paternitas in caelo et in terra nominatur. Et eadem ratio videtur de nominibus aliis quae de Deo et creaturis dicuntur. Ergo huiusmodi nomina per prius de Deo quam de creaturis dicuntur.
[28835] I陋 q. 13 a. 6 co.
Respondeo dicendum quod in omnibus nominibus quae de pluribus analogice dicuntur, necesse est quod omnia dicantur per respectum ad unum, et ideo illud unum oportet quod ponatur in definitione omnium. Et quia ratio quam significat nomen, est definitio, ut dicitur in IV Metaphys., necesse est quod illud nomen per prius dicatur de eo quod ponitur in definitione aliorum, et per posterius de aliis, secundum ordinem quo appropinquant ad illud primum vel magis vel minus, sicut sanum quod dicitur de animali, cadit in definitione sani quod dicitur de medicina, quae dicitur sana inquantum causat sanitatem in animali; et in definitione sani quod dicitur de urina, quae dicitur sana inquantum est signum sanitatis animalis. Sic ergo omnia nomina quae metaphorice de Deo dicuntur, per prius de creaturis dicuntur quam de Deo, quia dicta de Deo, nihil aliud significant quam similitudines ad tales creaturas. Sicut enim ridere, dictum de prato, nihil aliud significat quam quod pratum similiter se habet in decore cum floret, sicut homo cum ridet, secundum similitudinem proportionis; sic nomen leonis, dictum de Deo, nihil aliud significat quam quod Deus similiter se habet ut fortiter operetur in suis operibus, sicut leo in suis. Et sic patet quod, secundum quod dicuntur de Deo, eorum significatio definiri non potest, nisi per illud quod de creaturis dicitur. De aliis autem nominibus, quae non metaphorice dicuntur de Deo, esset etiam eadem ratio, si dicerentur de Deo causaliter tantum, ut quidam posuerunt. Sic enim. Cum dicitur Deus est bonus, nihil aliud esset quam Deus est causa bonitatis creaturae, et sic hoc nomen bonum, dictum de Deo, clauderet in suo intellectu bonitatem creaturae. Unde bonum per prius diceretur de creatura quam de Deo. Sed supra ostensum est quod huiusmodi nomina non solum dicuntur de Deo causaliter, sed etiam essentialiter. Cum enim dicitur Deus est bonus, vel sapiens, non solum significatur quod ipse sit causa sapientiae vel bonitatis, sed quod haec in eo eminentius praeexistunt. Unde, secundum hoc, dicendum est quod, quantum ad rem significatam per nomen, per prius dicuntur de Deo quam de creaturis, quia a Deo huiusmodi perfectiones in creaturas manant. Sed quantum ad impositionem nominis, per prius a nobis imponuntur creaturis, quas prius cognoscimus. Unde et modum significandi habent qui competit creaturis, ut supra dictum est.
[28836] I陋 q. 13 a. 6 ad 1
Ad primum ergo dicendum quod obiectio illa procedit quantum ad impositionem nominis.
[28837] I陋 q. 13 a. 6 ad 2
Ad secundum dicendum quod non est eadem ratio de nominibus quae metaphorice de Deo dicuntur, et de aliis, ut dictum est.
[28838] I陋 q. 13 a. 6 ad 3
Ad tertium dicendum quod obiectio illa procederet, si huiusmodi nomina solum de Deo causaliter dicerentur et non essentialiter, sicut sanum de medicina.
Ad tertium dicendum quod obiectio illa procederet, si huiusmodi nomina solum de Deo causaliter dicerentur et non essentialiter, sicut sanum de medicina.
Art铆culo 7: Los nombres que implican relaci贸n a las criaturas, 驴son o no son dados a Dios partiendo del tiempo?
Objeciones por las que parece que los nombres que implican relaci贸n a las criaturas no son dados a Dios partiendo del tiempo:
1. Como suele decirse, todos estos nombres indican la sustancia divina. Por eso Ambrosio dice que el nombre Se帽or es nombre de poder, que es la sustancia divina; y Creador indica la acci贸n de Dios, que es su esencia. Pero la sustancia divina no es temporal, sino eterna. Luego todos estos nombres no son dados a Dios partiendo del tiempo, sino de la eternidad.
2. M谩s a煤n. Lo que le corresponde a algo partiendo del tiempo puede llamarse hecho. Ejemplo: Lo que con el tiempo es blanco, se hace blanco. Pero a Dios no le corresponde ser hecho. Luego nada se le puede atribuir a Dios partiendo del tiempo.
3. Si algunos nombres son dados a Dios partiendo del tiempo por la relaci贸n que tienen con las criaturas, lo mismo podr铆a decirse, al parecer, de todos los nombres que tienen relaci贸n con las criaturas. Pero algunos nombres que implican relaci贸n con las criaturas son dados a Dios partiendo de la eternidad; pues desde la eternidad conoci贸 y am贸 Dios a la criatura, seg煤n aquello de Jer 31,3: Te am茅 con amor eterno. Luego todos los nombres que implican relaci贸n a las criaturas, como Se帽or y Creador, son dados a Dios desde la eternidad.
4. Estos nombres indican relaci贸n. Por lo tanto, es necesario que tal relaci贸n sea algo, o s贸lo en Dios, o s贸lo en la criatura. Pero no es posible que est茅 s贸lo en la criatura; porque, de ser as铆, a Dios se le llamar铆a Se帽or desde su contrario, que estar铆a en la criatura; no obstante, nada recibe su denominaci贸n desde su contrario. Por lo tanto, debe concluirse que la relaci贸n tambi茅n es algo en Dios. Pero en Dios nada puede haber partiendo del tiempo, puesto que est谩 por encima del tiempo. Luego parece que tales nombres no son dados a Dios partiendo del tiempo.
5. Por la relaci贸n algo es llamado relativo. Ejemplo: Por el dominio, Se帽or; por la blancura, blanco. Por lo tanto, si la relaci贸n de dominio no est谩 en Dios realmente, sino s贸lo conceptualmente, hay que concluir que, realmente, Dios no es Se帽or. Lo cual es evidentemente falso.
6. Las realidades relacionadas entre s铆 y que no se dan juntas, una puede existir y la otra no. Ejemplo: Existe lo que puede ser conocido, aunque no se tenga su conocimiento, como se dice en Praedicamentis. Pero las relaciones existentes entre Dios y las criaturas no se dan juntas. Luego algo de Dios puede ser dicho referido a la criatura aunque no exista. De este modo, nombres como Se帽or y Creador son dados a Dios partiendo de la eternidad, no del tiempo.
Contra esto: est谩 lo que dice Agust铆n en V De Trin.: Llamar a Dios Se帽or es una denominaci贸n que le corresponde partiendo del tiempo.
Respondo: Algunos nombres que implican relaci贸n a la criatura, son dados a Dios partiendo del tiempo y no de la eternidad. Para entenderlo, conviene saber que algunos sostuvieron que la relaci贸n no es una realidad natural, sino s贸lo conceptual. Lo cual resulta ser falso, pues las mismas cosas tienen relaci贸n y guardan un orden entre s铆. Sin embargo, hay que tener presente que, como quiera que la relaci贸n requiere dos extremos, cabe una triple consideraci贸n sobre su realidad natural y conceptual. Puede suceder que cada uno de los extremos sea s贸lo conceptual; esto es as铆 cuando el orden o relaci贸n entre algunos no se da m谩s que por aprehensi贸n conceptual. Ejemplo: Lo mismo es igual a lo mismo. Pues el entendimiento, al aprehender algo dos veces, establece aquel algo como dos; y de este modo concibe la relaci贸n de lo mismo consigo mismo. Algo parecido sucede en todas las relaciones que se dan entre el ser y el no ser; pues el entendimiento hace las relaciones cuando aprehende el no ser como uno de los extremos. Lo mismo sucede con todas las relaciones derivadas del acto del entendimiento, como g茅nero, especie y similares.
1. Como suele decirse, todos estos nombres indican la sustancia divina. Por eso Ambrosio dice que el nombre Se帽or es nombre de poder, que es la sustancia divina; y Creador indica la acci贸n de Dios, que es su esencia. Pero la sustancia divina no es temporal, sino eterna. Luego todos estos nombres no son dados a Dios partiendo del tiempo, sino de la eternidad.
2. M谩s a煤n. Lo que le corresponde a algo partiendo del tiempo puede llamarse hecho. Ejemplo: Lo que con el tiempo es blanco, se hace blanco. Pero a Dios no le corresponde ser hecho. Luego nada se le puede atribuir a Dios partiendo del tiempo.
3. Si algunos nombres son dados a Dios partiendo del tiempo por la relaci贸n que tienen con las criaturas, lo mismo podr铆a decirse, al parecer, de todos los nombres que tienen relaci贸n con las criaturas. Pero algunos nombres que implican relaci贸n con las criaturas son dados a Dios partiendo de la eternidad; pues desde la eternidad conoci贸 y am贸 Dios a la criatura, seg煤n aquello de Jer 31,3: Te am茅 con amor eterno. Luego todos los nombres que implican relaci贸n a las criaturas, como Se帽or y Creador, son dados a Dios desde la eternidad.
4. Estos nombres indican relaci贸n. Por lo tanto, es necesario que tal relaci贸n sea algo, o s贸lo en Dios, o s贸lo en la criatura. Pero no es posible que est茅 s贸lo en la criatura; porque, de ser as铆, a Dios se le llamar铆a Se帽or desde su contrario, que estar铆a en la criatura; no obstante, nada recibe su denominaci贸n desde su contrario. Por lo tanto, debe concluirse que la relaci贸n tambi茅n es algo en Dios. Pero en Dios nada puede haber partiendo del tiempo, puesto que est谩 por encima del tiempo. Luego parece que tales nombres no son dados a Dios partiendo del tiempo.
5. Por la relaci贸n algo es llamado relativo. Ejemplo: Por el dominio, Se帽or; por la blancura, blanco. Por lo tanto, si la relaci贸n de dominio no est谩 en Dios realmente, sino s贸lo conceptualmente, hay que concluir que, realmente, Dios no es Se帽or. Lo cual es evidentemente falso.
6. Las realidades relacionadas entre s铆 y que no se dan juntas, una puede existir y la otra no. Ejemplo: Existe lo que puede ser conocido, aunque no se tenga su conocimiento, como se dice en Praedicamentis. Pero las relaciones existentes entre Dios y las criaturas no se dan juntas. Luego algo de Dios puede ser dicho referido a la criatura aunque no exista. De este modo, nombres como Se帽or y Creador son dados a Dios partiendo de la eternidad, no del tiempo.
Contra esto: est谩 lo que dice Agust铆n en V De Trin.: Llamar a Dios Se帽or es una denominaci贸n que le corresponde partiendo del tiempo.
Respondo: Algunos nombres que implican relaci贸n a la criatura, son dados a Dios partiendo del tiempo y no de la eternidad. Para entenderlo, conviene saber que algunos sostuvieron que la relaci贸n no es una realidad natural, sino s贸lo conceptual. Lo cual resulta ser falso, pues las mismas cosas tienen relaci贸n y guardan un orden entre s铆. Sin embargo, hay que tener presente que, como quiera que la relaci贸n requiere dos extremos, cabe una triple consideraci贸n sobre su realidad natural y conceptual. Puede suceder que cada uno de los extremos sea s贸lo conceptual; esto es as铆 cuando el orden o relaci贸n entre algunos no se da m谩s que por aprehensi贸n conceptual. Ejemplo: Lo mismo es igual a lo mismo. Pues el entendimiento, al aprehender algo dos veces, establece aquel algo como dos; y de este modo concibe la relaci贸n de lo mismo consigo mismo. Algo parecido sucede en todas las relaciones que se dan entre el ser y el no ser; pues el entendimiento hace las relaciones cuando aprehende el no ser como uno de los extremos. Lo mismo sucede con todas las relaciones derivadas del acto del entendimiento, como g茅nero, especie y similares.
En cambio, otras relaciones, atendiendo a los extremos, son realidad natural; a saber, cuando dos cosas se relacionan entre s铆 por algo que realmente se encuentra en una y otra. Ejemplo: Todas las relaciones derivadas de la cantidad, como grande y peque帽o, doble y mitad y similares; pues la cantidad est谩 en cada uno de los extremos. Algo parecido puede decirse de las relaciones derivadas de la acci贸n y de la pasi贸n, como motivo y m贸vil, padre e hijo, y similares.
Otras veces sucede que la relaci贸n en uno de los extremos es una realidad natural, y en el otro s贸lo conceptual. Esto se da cuando los dos extremos no son de un solo orden. Ejemplo: El sentido y el entendimiento est谩n referidos a lo sensible y a lo cognoscible, los cuales, por ser realidades que se dan en el ser natural, est谩n fuera del orden del ser sensible y de lo inteligible. De este modo, entre el entendimiento y el sentido hay una relaci贸n real en cuanto que est谩n ordenados a conocer y sentir las cosas. Pero tales cosas, consideradas en s铆 mismas, est谩n fuera de dicho orden. Por lo tanto, en las cosas no existe ninguna relaci贸n natural con el entendimiento y el sentido; sino s贸lo relaci贸n conceptual, en cuanto que el entendimiento las aprehende como t茅rminos de la relaci贸n del entendimiento y del sentido. Por eso, el Fil贸sofo en V Methaphys. dice que no son llamadas relativas porque vayan referidas a otras, sino porque otras van referidas a ellas mismas. As铆, derecho no se dice de una columna, sino en cuanto que se coloca a la derecha del animal; de ah铆 que la relaci贸n no se d茅 realmente en la columna, sino en el animal.
As铆, pues, como quiera que Dios est谩 fuera de todo orden de las criaturas, y todas las criaturas est谩n ordenadas a El mismo, y no lo contrario, es evidente que las criaturas est谩n referidas realmente al mismo Dios; pero en Dios no hay ninguna relaci贸n natural de El con las criaturas, sino s贸lo conceptual, en cuanto que las criaturas est谩n orientadas a El mismo. Y as铆, nada impide que los nombres que implican relaci贸n a las criaturas sean atribuidos a Dios partiendo del tiempo; y no porque en El haya alg煤n cambio, sino por lo variable de la criatura; como la columna hace la derecha del animal, no porque en ella haya habido un cambio, sino porque all铆 se ha colocado el animal.
Otras veces sucede que la relaci贸n en uno de los extremos es una realidad natural, y en el otro s贸lo conceptual. Esto se da cuando los dos extremos no son de un solo orden. Ejemplo: El sentido y el entendimiento est谩n referidos a lo sensible y a lo cognoscible, los cuales, por ser realidades que se dan en el ser natural, est谩n fuera del orden del ser sensible y de lo inteligible. De este modo, entre el entendimiento y el sentido hay una relaci贸n real en cuanto que est谩n ordenados a conocer y sentir las cosas. Pero tales cosas, consideradas en s铆 mismas, est谩n fuera de dicho orden. Por lo tanto, en las cosas no existe ninguna relaci贸n natural con el entendimiento y el sentido; sino s贸lo relaci贸n conceptual, en cuanto que el entendimiento las aprehende como t茅rminos de la relaci贸n del entendimiento y del sentido. Por eso, el Fil贸sofo en V Methaphys. dice que no son llamadas relativas porque vayan referidas a otras, sino porque otras van referidas a ellas mismas. As铆, derecho no se dice de una columna, sino en cuanto que se coloca a la derecha del animal; de ah铆 que la relaci贸n no se d茅 realmente en la columna, sino en el animal.
As铆, pues, como quiera que Dios est谩 fuera de todo orden de las criaturas, y todas las criaturas est谩n ordenadas a El mismo, y no lo contrario, es evidente que las criaturas est谩n referidas realmente al mismo Dios; pero en Dios no hay ninguna relaci贸n natural de El con las criaturas, sino s贸lo conceptual, en cuanto que las criaturas est谩n orientadas a El mismo. Y as铆, nada impide que los nombres que implican relaci贸n a las criaturas sean atribuidos a Dios partiendo del tiempo; y no porque en El haya alg煤n cambio, sino por lo variable de la criatura; como la columna hace la derecha del animal, no porque en ella haya habido un cambio, sino porque all铆 se ha colocado el animal.
A las objeciones:
1. Hay algunos nombres relativos, como Se帽or, siervo, padre, hijo y similares, que se dan para indicar las relaciones existentes. Se les denomina relativos al ser. Otro, en cambio, como motor y m贸vil, regente y regido y similares, se dan para indicar cosas de las que se derivan algunas relaciones. Se les denomina relativos al expresar. Esta diferencia debe ser tenida en cuenta al tratar de los nombres divinos. Pues algunos, como Se帽or, indican la misma relaci贸n con la criatura. Y as铆, no indican directamente la sustancia divina, sino s贸lo de forma indirecta, en cuanto que la presuponen; como el dominio presupone el poder, que es la sustancia divina. Otros, en cambio, indican directamente la sustancia divina; y, consecuentemente, implican relaci贸n. Salvador, Creador, y similares, indican la acci贸n de Dios, que es su esencia. Sin embargo, ambos nombres son dados a Dios partiendo del tiempo por la relaci贸n que, principal y derivadamente, conllevan. Y no porque indiquen, directa o indirectamente, la esencia.
2. Como quiera que las relaciones dadas a Dios partiendo del tiempo no est谩n en Dios sino de forma conceptual, as铆, hacerse o ser hecho no se dice de Dios m谩s que conceptualmente, sin que en El se d茅 cambio alguno. Dice el Sal 89,1: Se帽or, te has hecho un refugio para nosotros.
3. La acci贸n del entendimiento y de la voluntad est谩 en el agente. Y as铆, los nombres que indican relaciones derivadas de la acci贸n del entendimiento o de la voluntad son dados a Dios partiendo de la eternidad. En cambio, los derivados de las acciones que, seg煤n nuestro modo de entender, se concretan en efectos, como Salvador, Creador y similares, son dados a Dios partiendo del tiempo.
4. Las relaciones indicadas por los nombres que son dados a Dios partiendo del tiempo, en Dios est谩n s贸lo conceptualmente; en las criaturas, las relaciones opuestas a aquellas est谩n realmente. No hay inconveniente en dar nombres a Dios partiendo de las relaciones que naturalmente se dan en la realidad; sin embargo, s贸lo en cuanto que nuestro entendimiento las capta como relaciones opuestas a Dios. Como se dice que Dios est谩 relacionado con la criatura, porque la criatura est谩 orientada a Dios, es lo mismo que dice el Fil贸sofo en V Metaphys. de lo cognoscible, que est谩 relacionado porque el entendimiento est谩 orientado a 茅l.
5. Al considerar que Dios est谩 referido a la criatura en el sentido que la criatura est谩 orientada a Dios, como quiera que la relaci贸n de dependencia es real en la criatura, se sigue que Dios es Se帽or no s贸lo conceptualmente, sino realmente. Pues se le llama Se帽or en el mismo sentido en el que la criatura le est谩 sometida.
6. Para saber si los relativos se dan juntos o no, no es necesario tener presente el orden de las cosas a las que se les aplica tales relativos, sino los significados de los mismos relativos. Pues si uno en su concepto encierra al otro, y viceversa, entonces se dan juntos, como doble y mitad, padre e hijo y similares. En este sentido hay que considerar el entendimiento y lo cognoscible. Pues lo cognoscible encierra potencialidad; el entendimiento, h谩bito o acto. De ah铆 que lo cognoscible, por su mismo significado, exista antes que el entendimiento. Pero, si se toma como acto lo cognoscible, entonces se da como acto junto con el entendimiento; pues lo conocido no es nada si no se le conoce. As铆, pues, aun cuando Dios sea anterior a las criaturas, sin embargo, porque el significado de Se帽or incluye que tenga siervo, y viceversa, estos dos relativos, Se帽or y siervo, se dan juntos. Por lo tanto, Dios no fue Se帽or antes de tener a la criatura dependiente de El.
1. Hay algunos nombres relativos, como Se帽or, siervo, padre, hijo y similares, que se dan para indicar las relaciones existentes. Se les denomina relativos al ser. Otro, en cambio, como motor y m贸vil, regente y regido y similares, se dan para indicar cosas de las que se derivan algunas relaciones. Se les denomina relativos al expresar. Esta diferencia debe ser tenida en cuenta al tratar de los nombres divinos. Pues algunos, como Se帽or, indican la misma relaci贸n con la criatura. Y as铆, no indican directamente la sustancia divina, sino s贸lo de forma indirecta, en cuanto que la presuponen; como el dominio presupone el poder, que es la sustancia divina. Otros, en cambio, indican directamente la sustancia divina; y, consecuentemente, implican relaci贸n. Salvador, Creador, y similares, indican la acci贸n de Dios, que es su esencia. Sin embargo, ambos nombres son dados a Dios partiendo del tiempo por la relaci贸n que, principal y derivadamente, conllevan. Y no porque indiquen, directa o indirectamente, la esencia.
2. Como quiera que las relaciones dadas a Dios partiendo del tiempo no est谩n en Dios sino de forma conceptual, as铆, hacerse o ser hecho no se dice de Dios m谩s que conceptualmente, sin que en El se d茅 cambio alguno. Dice el Sal 89,1: Se帽or, te has hecho un refugio para nosotros.
3. La acci贸n del entendimiento y de la voluntad est谩 en el agente. Y as铆, los nombres que indican relaciones derivadas de la acci贸n del entendimiento o de la voluntad son dados a Dios partiendo de la eternidad. En cambio, los derivados de las acciones que, seg煤n nuestro modo de entender, se concretan en efectos, como Salvador, Creador y similares, son dados a Dios partiendo del tiempo.
4. Las relaciones indicadas por los nombres que son dados a Dios partiendo del tiempo, en Dios est谩n s贸lo conceptualmente; en las criaturas, las relaciones opuestas a aquellas est谩n realmente. No hay inconveniente en dar nombres a Dios partiendo de las relaciones que naturalmente se dan en la realidad; sin embargo, s贸lo en cuanto que nuestro entendimiento las capta como relaciones opuestas a Dios. Como se dice que Dios est谩 relacionado con la criatura, porque la criatura est谩 orientada a Dios, es lo mismo que dice el Fil贸sofo en V Metaphys. de lo cognoscible, que est谩 relacionado porque el entendimiento est谩 orientado a 茅l.
5. Al considerar que Dios est谩 referido a la criatura en el sentido que la criatura est谩 orientada a Dios, como quiera que la relaci贸n de dependencia es real en la criatura, se sigue que Dios es Se帽or no s贸lo conceptualmente, sino realmente. Pues se le llama Se帽or en el mismo sentido en el que la criatura le est谩 sometida.
6. Para saber si los relativos se dan juntos o no, no es necesario tener presente el orden de las cosas a las que se les aplica tales relativos, sino los significados de los mismos relativos. Pues si uno en su concepto encierra al otro, y viceversa, entonces se dan juntos, como doble y mitad, padre e hijo y similares. En este sentido hay que considerar el entendimiento y lo cognoscible. Pues lo cognoscible encierra potencialidad; el entendimiento, h谩bito o acto. De ah铆 que lo cognoscible, por su mismo significado, exista antes que el entendimiento. Pero, si se toma como acto lo cognoscible, entonces se da como acto junto con el entendimiento; pues lo conocido no es nada si no se le conoce. As铆, pues, aun cuando Dios sea anterior a las criaturas, sin embargo, porque el significado de Se帽or incluye que tenga siervo, y viceversa, estos dos relativos, Se帽or y siervo, se dan juntos. Por lo tanto, Dios no fue Se帽or antes de tener a la criatura dependiente de El.
ARTICULUS 7
[28839] I陋 q. 13 a. 7 arg. 1
Ad septimum sic proceditur. Videtur quod nomina quae important relationem ad creaturas, non dicantur de Deo ex tempore. Omnia enim huiusmodi nomina significant divinam substantiam, ut communiter dicitur. Unde et Ambrosius dicit quod hoc nomen dominus est nomen potestatis, quae est divina substantia, et creator significat Dei actionem, quae est eius essentia. Sed divina substantia non est temporalis, sed aeterna. Ergo huiusmodi nomina non dicuntur de Deo ex tempore, sed ab aeterno.
[28840] I陋 q. 13 a. 7 arg. 2
Praeterea, cuicumque convenit aliquid ex tempore, potest dici factum, quod enim ex tempore est album, fit album. Sed Deo non convenit esse factum. Ergo de Deo nihil praedicatur ex tempore.
[28841] I陋 q. 13 a. 7 arg. 3
Praeterea, si aliqua nomina dicuntur de Deo ex tempore propter hoc quod important relationem ad creaturas, eadem ratio videtur de omnibus quae relationem ad creaturas important. Sed quaedam nomina importantia relationem ad creaturas, dicuntur de Deo ab aeterno, ab aeterno enim scivit creaturam et dilexit, secundum illud Ierem. XXXI, in caritate perpetua dilexi te. Ergo et alia nomina quae important relationem ad creaturas, ut dominus et creator, dicuntur de Deo ab aeterno.
[28842] I陋 q. 13 a. 7 arg. 4
Praeterea, huiusmodi nomina relationem significant. Oportet igitur quod relatio illa vel sit aliquid in Deo, vel in creatura tantum. Sed non potest esse quod sit in creatura tantum, quia sic Deus denominaretur dominus a relatione opposita, quae est in creaturis; nihil autem denominatur a suo opposito. Relinquitur ergo quod relatio est etiam aliquid in Deo. Sed in Deo nihil potest esse ex tempore, cum ipse sit supra tempus. Ergo videtur quod huiusmodi nomina non dicantur de Deo ex tempore.
[28843] I陋 q. 13 a. 7 arg. 5
Praeterea, secundum relationem dicitur aliquid relative, puta secundum dominium dominus, sicut secundum albedinem albus. Si igitur relatio dominii non est in Deo secundum rem, sed solum secundum rationem, sequitur quod Deus non sit realiter dominus, quod patet esse falsum.
[28844] I陋 q. 13 a. 7 arg. 6
Praeterea, in relativis quae non sunt simul natura, unum potest esse, altero non existente, sicut scibile existit, non existente scientia, ut dicitur in praedicamentis. Sed relativa quae dicuntur de Deo et creaturis, non sunt simul natura. Ergo potest aliquid dici relative de Deo ad creaturam, etiam creatura non existente. Et sic huiusmodi nomina, dominus et creator, dicuntur de Deo ab aeterno, et non ex tempore.
[28845] I陋 q. 13 a. 7 s. c.
Sed contra est quod dicit Augustinus, V de Trin., quod haec relativa appellatio dominus Deo convenit ex tempore.
[28839] I陋 q. 13 a. 7 arg. 1
Ad septimum sic proceditur. Videtur quod nomina quae important relationem ad creaturas, non dicantur de Deo ex tempore. Omnia enim huiusmodi nomina significant divinam substantiam, ut communiter dicitur. Unde et Ambrosius dicit quod hoc nomen dominus est nomen potestatis, quae est divina substantia, et creator significat Dei actionem, quae est eius essentia. Sed divina substantia non est temporalis, sed aeterna. Ergo huiusmodi nomina non dicuntur de Deo ex tempore, sed ab aeterno.
[28840] I陋 q. 13 a. 7 arg. 2
Praeterea, cuicumque convenit aliquid ex tempore, potest dici factum, quod enim ex tempore est album, fit album. Sed Deo non convenit esse factum. Ergo de Deo nihil praedicatur ex tempore.
[28841] I陋 q. 13 a. 7 arg. 3
Praeterea, si aliqua nomina dicuntur de Deo ex tempore propter hoc quod important relationem ad creaturas, eadem ratio videtur de omnibus quae relationem ad creaturas important. Sed quaedam nomina importantia relationem ad creaturas, dicuntur de Deo ab aeterno, ab aeterno enim scivit creaturam et dilexit, secundum illud Ierem. XXXI, in caritate perpetua dilexi te. Ergo et alia nomina quae important relationem ad creaturas, ut dominus et creator, dicuntur de Deo ab aeterno.
[28842] I陋 q. 13 a. 7 arg. 4
Praeterea, huiusmodi nomina relationem significant. Oportet igitur quod relatio illa vel sit aliquid in Deo, vel in creatura tantum. Sed non potest esse quod sit in creatura tantum, quia sic Deus denominaretur dominus a relatione opposita, quae est in creaturis; nihil autem denominatur a suo opposito. Relinquitur ergo quod relatio est etiam aliquid in Deo. Sed in Deo nihil potest esse ex tempore, cum ipse sit supra tempus. Ergo videtur quod huiusmodi nomina non dicantur de Deo ex tempore.
[28843] I陋 q. 13 a. 7 arg. 5
Praeterea, secundum relationem dicitur aliquid relative, puta secundum dominium dominus, sicut secundum albedinem albus. Si igitur relatio dominii non est in Deo secundum rem, sed solum secundum rationem, sequitur quod Deus non sit realiter dominus, quod patet esse falsum.
[28844] I陋 q. 13 a. 7 arg. 6
Praeterea, in relativis quae non sunt simul natura, unum potest esse, altero non existente, sicut scibile existit, non existente scientia, ut dicitur in praedicamentis. Sed relativa quae dicuntur de Deo et creaturis, non sunt simul natura. Ergo potest aliquid dici relative de Deo ad creaturam, etiam creatura non existente. Et sic huiusmodi nomina, dominus et creator, dicuntur de Deo ab aeterno, et non ex tempore.
[28845] I陋 q. 13 a. 7 s. c.
Sed contra est quod dicit Augustinus, V de Trin., quod haec relativa appellatio dominus Deo convenit ex tempore.
[28846] I陋 q. 13 a. 7 co.
Respondeo dicendum quod quaedam nomina importantia relationem ad creaturam, ex tempore de Deo dicuntur, et non ab aeterno. Ad cuius evidentiam, sciendum est quod quidam posuerunt relationem non esse rem naturae, sed rationis tantum. Quod quidem apparet esse falsum, ex hoc quod ipsae res naturalem ordinem et habitudinem habent ad invicem. Veruntamen sciendum est quod, cum relatio requirat duo extrema, tripliciter se habere potest ad hoc quod sit res naturae et rationis. Quandoque enim ex utraque parte est res rationis tantum, quando scilicet ordo vel habitudo non potest esse inter aliqua, nisi secundum apprehensionem rationis tantum, utpote cum dicimus idem eidem idem. Nam secundum quod ratio apprehendit bis aliquod unum, statuit illud ut duo; et sic apprehendit quandam habitudinem ipsius ad seipsum. Et similiter est de omnibus relationibus quae sunt inter ens et non ens; quas format ratio, inquantum apprehendit non ens ut quoddam extremum. Et idem est de omnibus relationibus quae consequuntur actum rationis, ut genus et species, et huiusmodi. Quaedam vero relationes sunt, quantum ad utrumque extremum, res naturae, quando scilicet est habitudo inter aliqua duo secundum aliquid realiter conveniens utrique. Sicut patet de omnibus relationibus quae consequuntur quantitatem, ut magnum et parvum, duplum et dimidium, et huiusmodi, nam quantitas est in utroque extremorum. Et simile est de relationibus quae consequuntur actionem et passionem, ut motivum et mobile, pater et filius, et similia. Quandoque vero relatio in uno extremorum est res naturae, et in altero est res rationis tantum. Et hoc contingit quandocumque duo extrema non sunt unius ordinis. Sicut sensus et scientia referuntur ad sensibile et scibile, quae quidem, inquantum sunt res quaedam in esse naturali existentes, sunt extra ordinem esse sensibilis et intelligibilis, et ideo in scientia quidem et sensu est relatio realis, secundum quod ordinantur ad sciendum vel sentiendum res; sed res ipsae in se consideratae, sunt extra ordinem huiusmodi. Unde in eis non est aliqua relatio realiter ad scientiam et sensum; sed secundum rationem tantum, inquantum intellectus apprehendit ea ut terminos relationum scientiae et sensus. Unde philosophus dicit, in V Metaphys., quod non dicuntur relative eo quod ipsa referantur ad alia, sed quia alia referuntur ad ipsa. Et similiter dextrum non dicitur de columna, nisi inquantum ponitur animali ad dextram, unde huiusmodi relatio non est realiter in columna, sed in animali. Cum igitur Deus sit extra totum ordinem creaturae, et omnes creaturae ordinentur ad ipsum, et non e converso, manifestum est quod creaturae realiter referuntur ad ipsum Deum; sed in Deo non est aliqua realis relatio eius ad creaturas, sed secundum rationem tantum, inquantum creaturae referuntur ad ipsum. Et sic nihil prohibet huiusmodi nomina importantia relationem ad creaturam, praedicari de Deo ex tempore, non propter aliquam mutationem ipsius, sed propter creaturae mutationem; sicut columna fit dextera animali, nulla mutatione circa ipsam existente, sed animali translato.
Respondeo dicendum quod quaedam nomina importantia relationem ad creaturam, ex tempore de Deo dicuntur, et non ab aeterno. Ad cuius evidentiam, sciendum est quod quidam posuerunt relationem non esse rem naturae, sed rationis tantum. Quod quidem apparet esse falsum, ex hoc quod ipsae res naturalem ordinem et habitudinem habent ad invicem. Veruntamen sciendum est quod, cum relatio requirat duo extrema, tripliciter se habere potest ad hoc quod sit res naturae et rationis. Quandoque enim ex utraque parte est res rationis tantum, quando scilicet ordo vel habitudo non potest esse inter aliqua, nisi secundum apprehensionem rationis tantum, utpote cum dicimus idem eidem idem. Nam secundum quod ratio apprehendit bis aliquod unum, statuit illud ut duo; et sic apprehendit quandam habitudinem ipsius ad seipsum. Et similiter est de omnibus relationibus quae sunt inter ens et non ens; quas format ratio, inquantum apprehendit non ens ut quoddam extremum. Et idem est de omnibus relationibus quae consequuntur actum rationis, ut genus et species, et huiusmodi. Quaedam vero relationes sunt, quantum ad utrumque extremum, res naturae, quando scilicet est habitudo inter aliqua duo secundum aliquid realiter conveniens utrique. Sicut patet de omnibus relationibus quae consequuntur quantitatem, ut magnum et parvum, duplum et dimidium, et huiusmodi, nam quantitas est in utroque extremorum. Et simile est de relationibus quae consequuntur actionem et passionem, ut motivum et mobile, pater et filius, et similia. Quandoque vero relatio in uno extremorum est res naturae, et in altero est res rationis tantum. Et hoc contingit quandocumque duo extrema non sunt unius ordinis. Sicut sensus et scientia referuntur ad sensibile et scibile, quae quidem, inquantum sunt res quaedam in esse naturali existentes, sunt extra ordinem esse sensibilis et intelligibilis, et ideo in scientia quidem et sensu est relatio realis, secundum quod ordinantur ad sciendum vel sentiendum res; sed res ipsae in se consideratae, sunt extra ordinem huiusmodi. Unde in eis non est aliqua relatio realiter ad scientiam et sensum; sed secundum rationem tantum, inquantum intellectus apprehendit ea ut terminos relationum scientiae et sensus. Unde philosophus dicit, in V Metaphys., quod non dicuntur relative eo quod ipsa referantur ad alia, sed quia alia referuntur ad ipsa. Et similiter dextrum non dicitur de columna, nisi inquantum ponitur animali ad dextram, unde huiusmodi relatio non est realiter in columna, sed in animali. Cum igitur Deus sit extra totum ordinem creaturae, et omnes creaturae ordinentur ad ipsum, et non e converso, manifestum est quod creaturae realiter referuntur ad ipsum Deum; sed in Deo non est aliqua realis relatio eius ad creaturas, sed secundum rationem tantum, inquantum creaturae referuntur ad ipsum. Et sic nihil prohibet huiusmodi nomina importantia relationem ad creaturam, praedicari de Deo ex tempore, non propter aliquam mutationem ipsius, sed propter creaturae mutationem; sicut columna fit dextera animali, nulla mutatione circa ipsam existente, sed animali translato.
[28847] I陋 q. 13 a. 7 ad 1
Ad primum ergo dicendum quod relativa quaedam sunt imposita ad significandum ipsas habitudines relativas, ut dominus, servus, pater et filius, et huiusmodi, et haec dicuntur relativa secundum esse. Quaedam vero sunt imposita ad significandas res quas consequuntur quaedam habitudines, sicut movens et motum, caput et capitatum, et alia huiusmodi, quae dicuntur relativa secundum dici. Sic igitur et circa nomina divina haec differentia est consideranda. Nam quaedam significant ipsam habitudinem ad creaturam, ut dominus. Et huiusmodi non significant substantiam divinam directe, sed indirecte, inquantum praesupponunt ipsam, sicut dominium praesupponit potestatem, quae est divina substantia. Quaedam vero significant directe essentiam divinam, et ex consequenti important habitudinem; sicut salvator, creator, et huiusmodi, significant actionem Dei, quae est eius essentia. Utraque tamen nomina ex tempore de Deo dicuntur quantum ad habitudinem quam important, vel principaliter vel consequenter, non autem quantum ad hoc quod significant essentiam, vel directe vel indirecte.
[28848] I陋 q. 13 a. 7 ad 2
Ad secundum dicendum quod, sicut relationes quae de Deo dicuntur ex tempore, non sunt in Deo nisi secundum rationem, ita nec fieri nec factum esse dicitur de Deo, nisi secundum rationem, nulla mutatione circa ipsum existente, sicut est id, domine refugium factus es nobis.
[28849] I陋 q. 13 a. 7 ad 3
Ad tertium dicendum quod operatio intellectus et voluntatis est in operante, et ideo nomina quae significant relationes consequentes actionem intellectus vel voluntatis, dicuntur de Deo ab aeterno. Quae vero consequuntur actiones procedentes, secundum modum intelligendi, ad exteriores effectus, dicuntur de Deo ex tempore, ut salvator, creator, et huiusmodi.
[28850] I陋 q. 13 a. 7 ad 4
Ad quartum dicendum quod relationes significatae per huiusmodi nomina quae dicuntur de Deo ex tempore, sunt in Deo secundum rationem tantum, oppositae autem relationes in creaturis sunt secundum rem. Nec est inconveniens quod a relationibus realiter existentibus in re, Deus denominetur, tamen secundum quod cointelliguntur per intellectum nostrum oppositae relationes in Deo. Ut sic Deus dicatur relative ad creaturam, quia creatura refertur ad ipsum, sicut philosophus dicit, in V Metaphys., quod scibile dicitur relative, quia scientia refertur ad ipsum.
[28851] I陋 q. 13 a. 7 ad 5
Ad quintum dicendum quod, cum ea ratione referatur Deus ad creaturam, qua creatura refertur ad ipsum; cum relatio subiectionis realiter sit in creatura, sequitur quod Deus non secundum rationem tantum, sed realiter sit dominus. Eo enim modo dicitur dominus, quo creatura ei subiecta est.
[28852] I陋 q. 13 a. 7 ad 6
Ad sextum dicendum quod, ad cognoscendum utrum relativa sint simul natura vel non, non oportet considerare ordinem rerum de quibus relativa dicuntur, sed significationes ipsorum relativorum. Si enim unum in sui intellectu claudat aliud et e converso, tunc sunt simul natura, sicut duplum et dimidium, pater et filius, et similia. Si autem unum in sui intellectu claudat aliud, et non e converso, tunc non sunt simul natura. Et hoc modo se habent scientia et scibile. Nam scibile dicitur secundum potentiam, scientia autem secundum habitum, vel secundum actum. Unde scibile, secundum modum suae significationis, praeexistit scientiae. Sed si accipiatur scibile secundum actum, tunc est simul cum scientia secundum actum, nam scitum non est aliquid nisi sit eius scientia. Licet igitur Deus sit prior creaturis, quia tamen in significatione domini clauditur quod habeat servum, et e converso, ista duo relativa, dominus et servus, sunt simul natura. Unde Deus non fuit dominus, antequam haberet creaturam sibi subiectam.
Ad primum ergo dicendum quod relativa quaedam sunt imposita ad significandum ipsas habitudines relativas, ut dominus, servus, pater et filius, et huiusmodi, et haec dicuntur relativa secundum esse. Quaedam vero sunt imposita ad significandas res quas consequuntur quaedam habitudines, sicut movens et motum, caput et capitatum, et alia huiusmodi, quae dicuntur relativa secundum dici. Sic igitur et circa nomina divina haec differentia est consideranda. Nam quaedam significant ipsam habitudinem ad creaturam, ut dominus. Et huiusmodi non significant substantiam divinam directe, sed indirecte, inquantum praesupponunt ipsam, sicut dominium praesupponit potestatem, quae est divina substantia. Quaedam vero significant directe essentiam divinam, et ex consequenti important habitudinem; sicut salvator, creator, et huiusmodi, significant actionem Dei, quae est eius essentia. Utraque tamen nomina ex tempore de Deo dicuntur quantum ad habitudinem quam important, vel principaliter vel consequenter, non autem quantum ad hoc quod significant essentiam, vel directe vel indirecte.
[28848] I陋 q. 13 a. 7 ad 2
Ad secundum dicendum quod, sicut relationes quae de Deo dicuntur ex tempore, non sunt in Deo nisi secundum rationem, ita nec fieri nec factum esse dicitur de Deo, nisi secundum rationem, nulla mutatione circa ipsum existente, sicut est id, domine refugium factus es nobis.
[28849] I陋 q. 13 a. 7 ad 3
Ad tertium dicendum quod operatio intellectus et voluntatis est in operante, et ideo nomina quae significant relationes consequentes actionem intellectus vel voluntatis, dicuntur de Deo ab aeterno. Quae vero consequuntur actiones procedentes, secundum modum intelligendi, ad exteriores effectus, dicuntur de Deo ex tempore, ut salvator, creator, et huiusmodi.
[28850] I陋 q. 13 a. 7 ad 4
Ad quartum dicendum quod relationes significatae per huiusmodi nomina quae dicuntur de Deo ex tempore, sunt in Deo secundum rationem tantum, oppositae autem relationes in creaturis sunt secundum rem. Nec est inconveniens quod a relationibus realiter existentibus in re, Deus denominetur, tamen secundum quod cointelliguntur per intellectum nostrum oppositae relationes in Deo. Ut sic Deus dicatur relative ad creaturam, quia creatura refertur ad ipsum, sicut philosophus dicit, in V Metaphys., quod scibile dicitur relative, quia scientia refertur ad ipsum.
[28851] I陋 q. 13 a. 7 ad 5
Ad quintum dicendum quod, cum ea ratione referatur Deus ad creaturam, qua creatura refertur ad ipsum; cum relatio subiectionis realiter sit in creatura, sequitur quod Deus non secundum rationem tantum, sed realiter sit dominus. Eo enim modo dicitur dominus, quo creatura ei subiecta est.
[28852] I陋 q. 13 a. 7 ad 6
Ad sextum dicendum quod, ad cognoscendum utrum relativa sint simul natura vel non, non oportet considerare ordinem rerum de quibus relativa dicuntur, sed significationes ipsorum relativorum. Si enim unum in sui intellectu claudat aliud et e converso, tunc sunt simul natura, sicut duplum et dimidium, pater et filius, et similia. Si autem unum in sui intellectu claudat aliud, et non e converso, tunc non sunt simul natura. Et hoc modo se habent scientia et scibile. Nam scibile dicitur secundum potentiam, scientia autem secundum habitum, vel secundum actum. Unde scibile, secundum modum suae significationis, praeexistit scientiae. Sed si accipiatur scibile secundum actum, tunc est simul cum scientia secundum actum, nam scitum non est aliquid nisi sit eius scientia. Licet igitur Deus sit prior creaturis, quia tamen in significatione domini clauditur quod habeat servum, et e converso, ista duo relativa, dominus et servus, sunt simul natura. Unde Deus non fuit dominus, antequam haberet creaturam sibi subiectam.
Art铆culo 8: El nombre Dios, 驴indica o no indica naturaleza?
Objeciones por las que parece que el nombre Dios no indica naturaleza:
1. Dice el Damasceno en el l.1 que Dios viene de a theein, que significa acudir, para sostenerlo todo; o de aethein, esto es, arder (Pues nuestro Dios es fuego que consume toda maldad); o de theasthai, esto es, tenerlo presente todo. Pero todo esto va referido a su acci贸n. Luego el nombre Dios indica operaci贸n, no naturaleza.
2. Damos nombre a algo en cuanto que lo conocemos. Pero la naturaleza divina nos es desconocida. Luego el nombre Dios no indica naturaleza divina.
Contra esto: est谩 lo que dice Ambrosio en el 1.1 De Fide: El nombre Dios indica naturaleza.
Respondo: No es lo mismo el origen de un nombre y su significado, que el significado que luego se le da. Pues as铆 como conocemos la sustancia de una cosa por sus propiedades u operaciones, as铆 tambi茅n denominamos la sustancia de una cosa por alguna propiedad u operaci贸n suya. Ejemplo: La sustancia de la piedra la denominamos por alguna acci贸n suya, como que lastima el pie. Sin embargo, el nombre lo damos no para indicar la acci贸n, sino la sustancia de la piedra. En cambio, hay cosas, como el calor, el fr铆o, la blancura y otros, que, por conocerlas en cuanto tales, no los indicamos por otros. En estos casos, el significado original y el significado que se le da es el mismo. As铆, pues, porque Dios no nos es conocido por su naturaleza, sino que lo intuimos por sus operaciones o efectos, a partir de ellos podemos nombrarle, como ya se dijo (a.1). De ah铆 que el nombre Dios, en cuanto a su origen, indica operaci贸n. Pues se le da este nombre por la providencia universal, ya que todos cuantos hablan de Dios, al nombrar a Dios, intentan expresar que tiene providencia de todas las cosas. Por eso dice Dionisio en el c.12 De Div. Nom.: La deidad es la que lo ve todo con perfecta providencia y bondad. Por lo tanto, el nombre Dios tomado de esta operaci贸n, se le da para indicar la naturaleza divina.
A las objeciones:
1. Todo lo que dice el Damasceno va referido a la providencia, y para indicarle se le da el nombre Dios.
2. En la medida en que podemos conocer la naturaleza de alguna cosa por sus propiedades y efectos, as铆 podemos indicarla con el nombre. As铆, porque podemos conocer la sustancia de la piedra en s铆 misma por su propiedad, conociendo qu茅 es la piedra, el nombre piedra indica la naturaleza de la piedra en cuanto tal; puesto que expresa la definici贸n de piedra por la que conocemos qu茅 es la piedra. Pues el concepto que expresa el nombre es la definici贸n, como se dice en IV Metaphys. Pero por los efectos divinos no podemos conocer la naturaleza divina tal como es en s铆 misma, esto es, que sepamos de ella qu茅 es; sino s贸lo por v铆a de eminencia, de causalidad y de negaci贸n, como ya se dijo (q.12 a.12). Es as铆 como el nombre Dios indica la naturaleza divina. Pues este nombre ha sido dado para indicar algo que est谩 por encima de todo lo que existe, que es principio de todo y que est谩 alejado de todo. Esto es lo que intentan expresar quienes dan nombre a Dios.
1. Dice el Damasceno en el l.1 que Dios viene de a theein, que significa acudir, para sostenerlo todo; o de aethein, esto es, arder (Pues nuestro Dios es fuego que consume toda maldad); o de theasthai, esto es, tenerlo presente todo. Pero todo esto va referido a su acci贸n. Luego el nombre Dios indica operaci贸n, no naturaleza.
2. Damos nombre a algo en cuanto que lo conocemos. Pero la naturaleza divina nos es desconocida. Luego el nombre Dios no indica naturaleza divina.
Contra esto: est谩 lo que dice Ambrosio en el 1.1 De Fide: El nombre Dios indica naturaleza.
Respondo: No es lo mismo el origen de un nombre y su significado, que el significado que luego se le da. Pues as铆 como conocemos la sustancia de una cosa por sus propiedades u operaciones, as铆 tambi茅n denominamos la sustancia de una cosa por alguna propiedad u operaci贸n suya. Ejemplo: La sustancia de la piedra la denominamos por alguna acci贸n suya, como que lastima el pie. Sin embargo, el nombre lo damos no para indicar la acci贸n, sino la sustancia de la piedra. En cambio, hay cosas, como el calor, el fr铆o, la blancura y otros, que, por conocerlas en cuanto tales, no los indicamos por otros. En estos casos, el significado original y el significado que se le da es el mismo. As铆, pues, porque Dios no nos es conocido por su naturaleza, sino que lo intuimos por sus operaciones o efectos, a partir de ellos podemos nombrarle, como ya se dijo (a.1). De ah铆 que el nombre Dios, en cuanto a su origen, indica operaci贸n. Pues se le da este nombre por la providencia universal, ya que todos cuantos hablan de Dios, al nombrar a Dios, intentan expresar que tiene providencia de todas las cosas. Por eso dice Dionisio en el c.12 De Div. Nom.: La deidad es la que lo ve todo con perfecta providencia y bondad. Por lo tanto, el nombre Dios tomado de esta operaci贸n, se le da para indicar la naturaleza divina.
A las objeciones:
1. Todo lo que dice el Damasceno va referido a la providencia, y para indicarle se le da el nombre Dios.
2. En la medida en que podemos conocer la naturaleza de alguna cosa por sus propiedades y efectos, as铆 podemos indicarla con el nombre. As铆, porque podemos conocer la sustancia de la piedra en s铆 misma por su propiedad, conociendo qu茅 es la piedra, el nombre piedra indica la naturaleza de la piedra en cuanto tal; puesto que expresa la definici贸n de piedra por la que conocemos qu茅 es la piedra. Pues el concepto que expresa el nombre es la definici贸n, como se dice en IV Metaphys. Pero por los efectos divinos no podemos conocer la naturaleza divina tal como es en s铆 misma, esto es, que sepamos de ella qu茅 es; sino s贸lo por v铆a de eminencia, de causalidad y de negaci贸n, como ya se dijo (q.12 a.12). Es as铆 como el nombre Dios indica la naturaleza divina. Pues este nombre ha sido dado para indicar algo que est谩 por encima de todo lo que existe, que es principio de todo y que est谩 alejado de todo. Esto es lo que intentan expresar quienes dan nombre a Dios.
ARTICULUS 8
[28853] I陋 q. 13 a. 8 arg. 1
Ad octavum sic proceditur. Videtur quod hoc nomen Deus non sit nomen naturae. Dicit enim Damascenus, in I libro, quod Deus dicitur a theein, quod est currere, et fovere universa; vel ab aethein, idest ardere (Deus enim noster ignis consumens est omnem malitiam); vel a theasthai, quod est considerare, omnia. Haec autem omnia ad operationem pertinent. Ergo hoc nomen Deus operationem significat, et non naturam.
[28854] I陋 q. 13 a. 8 arg. 2
Praeterea, secundum hoc aliquid nominatur a nobis, secundum quod cognoscitur. Sed divina natura est nobis ignota. Ergo hoc nomen Deus non significat naturam divinam.
[28855] I陋 q. 13 a. 8 s. c.
Sed contra est quod dicit Ambrosius, in libro I de fide, quod Deus est nomen naturae.
[28856] I陋 q. 13 a. 8 co.
Respondeo dicendum quod non est semper idem id a quo imponitur nomen ad significandum, et id ad quod significandum nomen imponitur. Sicut enim substantiam rei ex proprietatibus vel operationibus eius cognoscimus, ita substantiam rei denominamus quandoque ab aliqua eius operatione vel proprietate, sicut substantiam lapidis denominamus ab aliqua actione eius, quia laedit pedem; non tamen hoc nomen impositum est ad significandum hanc actionem, sed substantiam lapidis. Si qua vero sunt quae secundum se sunt nota nobis, ut calor, frigus, albedo, et huiusmodi, non ab aliis denominantur. Unde in talibus idem est quod nomen significat, et id a quo imponitur nomen ad significandum. Quia igitur Deus non est notus nobis in sui natura, sed innotescit nobis ex operationibus vel effectibus eius, ex his possumus eum nominare, ut supra dictum est. Unde hoc nomen Deus est nomen operationis, quantum ad id a quo imponitur ad significandum. Imponitur enim hoc nomen ab universali rerum providentia, omnes enim loquentes de Deo, hoc intendunt nominare Deum, quod habet providentiam universalem de rebus. Unde dicit Dionysius, XII cap. de Div. Nom., quod deitas est quae omnia videt providentia et bonitate perfecta. Ex hac autem operatione hoc nomen Deus assumptum, impositum est ad significandum divinam naturam.
[28857] I陋 q. 13 a. 8 ad 1
Ad primum ergo dicendum quod omnia quae posuit Damascenus, pertinent ad providentiam, a qua imponitur hoc nomen Deus ad significandum.
[28858] I陋 q. 13 a. 8 ad 2
Ad secundum dicendum quod, secundum quod naturam alicuius rei ex eius proprietatibus et effectibus cognoscere possumus, sic eam nomine possumus significare. Unde, quia substantiam lapidis ex eius proprietate possumus cognoscere secundum seipsam, sciendo quid est lapis, hoc nomen lapis ipsam lapidis naturam, secundum quod in se est, significat, significat enim definitionem lapidis, per quam scimus quid est lapis. Ratio enim quam significat nomen, est definitio, ut dicitur in IV Metaphys. Sed ex effectibus divinis divinam naturam non possumus cognoscere secundum quod in se est, ut sciamus de ea quid est; sed per modum eminentiae et causalitatis et negationis, ut supra dictum est. Et sic hoc nomen Deus significat naturam divinam. Impositum est enim nomen hoc ad aliquid significandum supra omnia existens, quod est principium omnium, et remotum ab omnibus. Hoc enim intendunt significare nominantes Deum.
[28853] I陋 q. 13 a. 8 arg. 1
Ad octavum sic proceditur. Videtur quod hoc nomen Deus non sit nomen naturae. Dicit enim Damascenus, in I libro, quod Deus dicitur a theein, quod est currere, et fovere universa; vel ab aethein, idest ardere (Deus enim noster ignis consumens est omnem malitiam); vel a theasthai, quod est considerare, omnia. Haec autem omnia ad operationem pertinent. Ergo hoc nomen Deus operationem significat, et non naturam.
[28854] I陋 q. 13 a. 8 arg. 2
Praeterea, secundum hoc aliquid nominatur a nobis, secundum quod cognoscitur. Sed divina natura est nobis ignota. Ergo hoc nomen Deus non significat naturam divinam.
[28855] I陋 q. 13 a. 8 s. c.
Sed contra est quod dicit Ambrosius, in libro I de fide, quod Deus est nomen naturae.
[28856] I陋 q. 13 a. 8 co.
Respondeo dicendum quod non est semper idem id a quo imponitur nomen ad significandum, et id ad quod significandum nomen imponitur. Sicut enim substantiam rei ex proprietatibus vel operationibus eius cognoscimus, ita substantiam rei denominamus quandoque ab aliqua eius operatione vel proprietate, sicut substantiam lapidis denominamus ab aliqua actione eius, quia laedit pedem; non tamen hoc nomen impositum est ad significandum hanc actionem, sed substantiam lapidis. Si qua vero sunt quae secundum se sunt nota nobis, ut calor, frigus, albedo, et huiusmodi, non ab aliis denominantur. Unde in talibus idem est quod nomen significat, et id a quo imponitur nomen ad significandum. Quia igitur Deus non est notus nobis in sui natura, sed innotescit nobis ex operationibus vel effectibus eius, ex his possumus eum nominare, ut supra dictum est. Unde hoc nomen Deus est nomen operationis, quantum ad id a quo imponitur ad significandum. Imponitur enim hoc nomen ab universali rerum providentia, omnes enim loquentes de Deo, hoc intendunt nominare Deum, quod habet providentiam universalem de rebus. Unde dicit Dionysius, XII cap. de Div. Nom., quod deitas est quae omnia videt providentia et bonitate perfecta. Ex hac autem operatione hoc nomen Deus assumptum, impositum est ad significandum divinam naturam.
[28857] I陋 q. 13 a. 8 ad 1
Ad primum ergo dicendum quod omnia quae posuit Damascenus, pertinent ad providentiam, a qua imponitur hoc nomen Deus ad significandum.
[28858] I陋 q. 13 a. 8 ad 2
Ad secundum dicendum quod, secundum quod naturam alicuius rei ex eius proprietatibus et effectibus cognoscere possumus, sic eam nomine possumus significare. Unde, quia substantiam lapidis ex eius proprietate possumus cognoscere secundum seipsam, sciendo quid est lapis, hoc nomen lapis ipsam lapidis naturam, secundum quod in se est, significat, significat enim definitionem lapidis, per quam scimus quid est lapis. Ratio enim quam significat nomen, est definitio, ut dicitur in IV Metaphys. Sed ex effectibus divinis divinam naturam non possumus cognoscere secundum quod in se est, ut sciamus de ea quid est; sed per modum eminentiae et causalitatis et negationis, ut supra dictum est. Et sic hoc nomen Deus significat naturam divinam. Impositum est enim nomen hoc ad aliquid significandum supra omnia existens, quod est principium omnium, et remotum ab omnibus. Hoc enim intendunt significare nominantes Deum.
Art铆culo 9: El nombre Dios, 驴es o no es comunicable?
Objeciones por las que parece que el nombre Dios es comunicable:
1. A quien se le comunica lo significado por el nombre, tambi茅n se le comunica el nombre. Pero, como se dijo (a.8), el nombre Dios indica la naturaleza divina, que es comunicable a otros, seg煤n aquello de 2 Pe 1,4: Nos hizo promesas grandes y preciosas para que participemos de la naturaleza divina. Luego el nombre Dios es comunicable.
2. S贸lo los nombres propios no son comunicables. Pero el nombre Dios no es nombre propio, sino apelativo, hecho este que resulta evidente por aquello del Sal 81,6: Yo dije: Sois dioses. Luego el nombre Dios es comunicable.
3. Como se dijo (a.8), el nombre Dios se da por la operaci贸n. Pero todos los otros nombres que se dan a Dios por las operaciones o por los efectos, como bueno, sabio y otros, son comunicables. Luego el nombre Dios es comunicable.
Contra esto: est谩 lo que se dice en Sab 14,21: El incomunicable nombre se lo dieron a maderos y piedras. Est谩 hablando del nombre de la deidad. Luego el nombre Dios es nombre incomunicable.
Respondo: Un nombre puede ser comunicable de dos maneras: Una, propiamente; otra, por semejanza. Un nombre es comunicable propiamente cuando toda la significaci贸n del nombre es comunicable a muchos. Es comunicable por semejanza, cuando algo de muchos est谩 incluido en la significaci贸n del nombre. Ejemplo: El nombre le贸n es comunicable propiamente a todos aquellos en quienes se encuentra la naturaleza indicada con el nombre le贸n. Es comunicable por semejanza a aquellos que tienen algo de leonino, como la audacia o la fuerza, los cuales, metaf贸ricamente, son llamados leones.
Para saber qu茅 nombres son comunicables propiamente, hay que tener presente que toda forma presente en un supuesto por el que queda individualizado, es com煤n a muchos realmente o, al menos, conceptualmente. Ejemplo: La naturaleza humana es com煤n a muchos real y conceptualmente; en cambio, la naturaleza solar no es com煤n a muchos realmente, sino s贸lo conceptualmente, pues la naturaleza solar puede ser entendida como existente en muchos supuestos. Esto es as铆 porque el entendimiento comprende la naturaleza de cualquier especie por la abstracci贸n que hace de lo singular; de ah铆 que, existir en un supuesto o en muchos, est谩 fuera del concepto de naturaleza de la especie; por eso, manteniendo el concepto de la especie, puede ser entendido como existente en muchos. Pero el singular, por lo mismo que es singular, se diferencia de todos los dem谩s. Por lo tanto, todo nombre dado para indicar alg煤n singular, es incomunicable tanto real como conceptualmente; pues la pluralidad de un individuo ni siquiera puede entrar en la aprehensi贸n. Por eso, ning煤n nombre que indique a un individuo puede ser comunicable a muchos propiamente, sino s贸lo por semejanza. Ejemplo: Metaf贸ricamente, alguien puede ser llamado Aquiles, por tener alguna de las caracter铆sticas de Aquiles, como la fuerza.
Por otra parte, las formas que no se individualizan por alg煤n sup贸sito, sino que lo hacen por s铆 mismas (como las formas subsistentes), si fueran entendidas tal como son en s铆 mismas, no ser铆an comunicables ni real ni conceptualmente; quiz谩 lo fueran por semejanza, tal como se ha dicho de los individuos. Pero, porque no podemos entender las formas simples tal como son en s铆 mismas, sino que las entendemos como los compuestos cuyas formas se dan en la materia, as铆 tambi茅n, como ya se dijo (a.1 ad 2), les damos nombres concretos que indican la naturaleza presente en alg煤n supuesto. Por lo tanto, en lo referente al concepto de los nombres, usamos el mismo concepto para los nombres que damos para indicar las naturalezas de los compuestos y para los nombres que damos para indicar las naturalezas simples subsistentes.
1. A quien se le comunica lo significado por el nombre, tambi茅n se le comunica el nombre. Pero, como se dijo (a.8), el nombre Dios indica la naturaleza divina, que es comunicable a otros, seg煤n aquello de 2 Pe 1,4: Nos hizo promesas grandes y preciosas para que participemos de la naturaleza divina. Luego el nombre Dios es comunicable.
2. S贸lo los nombres propios no son comunicables. Pero el nombre Dios no es nombre propio, sino apelativo, hecho este que resulta evidente por aquello del Sal 81,6: Yo dije: Sois dioses. Luego el nombre Dios es comunicable.
3. Como se dijo (a.8), el nombre Dios se da por la operaci贸n. Pero todos los otros nombres que se dan a Dios por las operaciones o por los efectos, como bueno, sabio y otros, son comunicables. Luego el nombre Dios es comunicable.
Contra esto: est谩 lo que se dice en Sab 14,21: El incomunicable nombre se lo dieron a maderos y piedras. Est谩 hablando del nombre de la deidad. Luego el nombre Dios es nombre incomunicable.
Respondo: Un nombre puede ser comunicable de dos maneras: Una, propiamente; otra, por semejanza. Un nombre es comunicable propiamente cuando toda la significaci贸n del nombre es comunicable a muchos. Es comunicable por semejanza, cuando algo de muchos est谩 incluido en la significaci贸n del nombre. Ejemplo: El nombre le贸n es comunicable propiamente a todos aquellos en quienes se encuentra la naturaleza indicada con el nombre le贸n. Es comunicable por semejanza a aquellos que tienen algo de leonino, como la audacia o la fuerza, los cuales, metaf贸ricamente, son llamados leones.
Para saber qu茅 nombres son comunicables propiamente, hay que tener presente que toda forma presente en un supuesto por el que queda individualizado, es com煤n a muchos realmente o, al menos, conceptualmente. Ejemplo: La naturaleza humana es com煤n a muchos real y conceptualmente; en cambio, la naturaleza solar no es com煤n a muchos realmente, sino s贸lo conceptualmente, pues la naturaleza solar puede ser entendida como existente en muchos supuestos. Esto es as铆 porque el entendimiento comprende la naturaleza de cualquier especie por la abstracci贸n que hace de lo singular; de ah铆 que, existir en un supuesto o en muchos, est谩 fuera del concepto de naturaleza de la especie; por eso, manteniendo el concepto de la especie, puede ser entendido como existente en muchos. Pero el singular, por lo mismo que es singular, se diferencia de todos los dem谩s. Por lo tanto, todo nombre dado para indicar alg煤n singular, es incomunicable tanto real como conceptualmente; pues la pluralidad de un individuo ni siquiera puede entrar en la aprehensi贸n. Por eso, ning煤n nombre que indique a un individuo puede ser comunicable a muchos propiamente, sino s贸lo por semejanza. Ejemplo: Metaf贸ricamente, alguien puede ser llamado Aquiles, por tener alguna de las caracter铆sticas de Aquiles, como la fuerza.
Por otra parte, las formas que no se individualizan por alg煤n sup贸sito, sino que lo hacen por s铆 mismas (como las formas subsistentes), si fueran entendidas tal como son en s铆 mismas, no ser铆an comunicables ni real ni conceptualmente; quiz谩 lo fueran por semejanza, tal como se ha dicho de los individuos. Pero, porque no podemos entender las formas simples tal como son en s铆 mismas, sino que las entendemos como los compuestos cuyas formas se dan en la materia, as铆 tambi茅n, como ya se dijo (a.1 ad 2), les damos nombres concretos que indican la naturaleza presente en alg煤n supuesto. Por lo tanto, en lo referente al concepto de los nombres, usamos el mismo concepto para los nombres que damos para indicar las naturalezas de los compuestos y para los nombres que damos para indicar las naturalezas simples subsistentes.
Por lo tanto, como quiera que el nombre Dios es dado para indicar la naturaleza divina, como se dijo (a.8), y como quiera que la naturaleza divina no es multiplicable, como qued贸 demostrado (q.11 a.3), se sigue que el nombre Dios es incomunicable en su contenido, pero comunicable con el pensamiento; del mismo modo que el nombre Sol ser铆a comunicable con el pensamiento poniendo muchos soles. As铆, dice G谩l 4,8: Rend铆ais culto a quienes no eran, por su naturaleza, dioses. Glosa: no son dioses por naturaleza, sino por el pensamiento humano.
No obstante, el nombre Dios es comunicable si bien no en toda su significaci贸n, sino s贸lo en parte, por semejanza. Como son llamados dioses quienes participan por semejanza de algo divino, seg煤n aquello del Sal 81,6: Yo dije: dioses sois.
Por lo dem谩s, si hubiera alg煤n nombre dado a Dios para indicar no la naturaleza, sino el supuesto, queriendo decir: 茅ste, dicho nombre ser铆a totalmente incomunicable: como quiz谩 ocurre con el nombre Tetragrammaton para los Hebreos. Algo parecido si alguien diera nombre al Sol indicando su individualidad.
A las objeciones:
1. La naturaleza divina no es comunicable, a no ser por la participaci贸n de semejanza.
2. El nombre Dios es apelativo y no propio, porque indica la naturaleza divina como presente en alguien; aun cuando el mismo Dios realmente no sea ni universal ni particular. Pues los nombres no siguen al modo de ser presente en las cosas, sino al modo de ser presente en nuestro conocimiento. Y, sin embargo, seg煤n la verdad real, es incomunicable, por lo mismo que se ha dicho del nombre sol.
3. Nombres como bueno, sabio y similares son dados por las perfecciones que, procedentes de Dios, est谩n en las criaturas; sin embargo, no son dados para indicar la naturaleza divina, sino para indicar absolutamente las mismas perfecciones. Y as铆, tambi茅n por la verdad real son comunicables a muchos. Pero el nombre Dios es dado desde la acci贸n propia de Dios, que continuamente experimentamos, para indicar la naturaleza divina.
No obstante, el nombre Dios es comunicable si bien no en toda su significaci贸n, sino s贸lo en parte, por semejanza. Como son llamados dioses quienes participan por semejanza de algo divino, seg煤n aquello del Sal 81,6: Yo dije: dioses sois.
Por lo dem谩s, si hubiera alg煤n nombre dado a Dios para indicar no la naturaleza, sino el supuesto, queriendo decir: 茅ste, dicho nombre ser铆a totalmente incomunicable: como quiz谩 ocurre con el nombre Tetragrammaton para los Hebreos. Algo parecido si alguien diera nombre al Sol indicando su individualidad.
A las objeciones:
1. La naturaleza divina no es comunicable, a no ser por la participaci贸n de semejanza.
2. El nombre Dios es apelativo y no propio, porque indica la naturaleza divina como presente en alguien; aun cuando el mismo Dios realmente no sea ni universal ni particular. Pues los nombres no siguen al modo de ser presente en las cosas, sino al modo de ser presente en nuestro conocimiento. Y, sin embargo, seg煤n la verdad real, es incomunicable, por lo mismo que se ha dicho del nombre sol.
3. Nombres como bueno, sabio y similares son dados por las perfecciones que, procedentes de Dios, est谩n en las criaturas; sin embargo, no son dados para indicar la naturaleza divina, sino para indicar absolutamente las mismas perfecciones. Y as铆, tambi茅n por la verdad real son comunicables a muchos. Pero el nombre Dios es dado desde la acci贸n propia de Dios, que continuamente experimentamos, para indicar la naturaleza divina.
ARTICULUS 9
[28859] I陋 q. 13 a. 9 arg. 1
Ad nonum sic proceditur. Videtur quod hoc nomen Deus sit communicabile. Cuicumque enim communicatur res significata per nomen, communicatur et nomen ipsum. Sed hoc nomen Deus, ut dictum est, significat divinam naturam, quae est communicabilis aliis, secundum illud II Pet. I, magna et pretiosa promissa nobis donavit, ut per hoc efficiamur divinae consortes naturae. Ergo hoc nomen Deus est communicabile.
[28860] I陋 q. 13 a. 9 arg. 2
Praeterea, sola nomina propria non sunt communicabilia. Sed hoc nomen Deus non est nomen proprium, sed appellativum, quod patet ex hoc quod habet plurale, secundum illud Psalmi LXXXI, ego dixi, dii estis. Ergo hoc nomen Deus est communicabile.
[28861] I陋 q. 13 a. 9 arg. 3
Praeterea, hoc nomen Deus imponitur ab operatione, ut dictum est. Sed alia nomina quae imponuntur Deo ab operationibus, sive ab effectibus, sunt communicabilia, ut bonus, sapiens et huiusmodi. Ergo et hoc nomen Deus est communicabile.
[28862] I陋 q. 13 a. 9 s. c.
Sed contra est quod dicitur Sap. XIV, incommunicabile nomen lignis et lapidibus imposuerunt; et loquitur de nomine deitatis. Ergo hoc nomen Deus est nomen incommunicabile.
[28863] I陋 q. 13 a. 9 co.
Respondeo dicendum quod aliquod nomen potest esse communicabile dupliciter, uno modo, proprie; alio modo, per similitudinem. Proprie quidem communicabile est, quod secundum totam significationem nominis, est communicabile multis. Per similitudinem autem communicabile est, quod est communicabile secundum aliquid eorum quae includuntur in nominis significatione. Hoc enim nomen leo proprie communicatur omnibus illis in quibus invenitur natura quam significat hoc nomen leo, per similitudinem vero communicabile est illis qui participant aliquid leoninum, ut puta audaciam vel fortitudinem, qui metaphorice leones dicuntur. Ad sciendum autem quae nomina proprie sunt communicabilia, considerandum est quod omnis forma in supposito singulari existens, per quod individuatur, communis est multis, vel secundum rem vel secundum rationem saltem, sicut natura humana communis est multis secundum rem et rationem, natura autem solis non est communis multis secundum rem, sed secundum rationem tantum; potest enim natura solis intelligi ut in pluribus suppositis existens. Et hoc ideo, quia intellectus intelligit naturam cuiuslibet speciei per abstractionem a singulari, unde esse in uno supposito singulari vel in pluribus, est praeter intellectum naturae speciei, unde, servato intellectu naturae speciei, potest intelligi ut in pluribus existens. Sed singulare, ex hoc ipso quod est singulare, est divisum ab omnibus aliis. Unde omne nomen impositum ad significandum aliquod singulare, est incommunicabile et re et ratione, non enim potest nec in apprehensione cadere pluralitas huius individui. Unde nullum nomen significans aliquod individuum, est communicabile multis proprie, sed solum secundum similitudinem; sicut aliquis metaphorice potest dici Achilles, inquantum habet aliquid de proprietatibus Achillis, scilicet fortitudinem. Formae vero quae non individuantur per aliquod suppositum, sed per seipsas (quia scilicet sunt formae subsistentes), si intelligerentur secundum quod sunt in seipsis, non possent communicari nec re neque ratione; sed forte per similitudinem, sicut dictum est de individuis. Sed quia formas simplices per se subsistentes non possumus intelligere secundum quod sunt, sed intelligimus eas ad modum rerum compositarum habentium formas in materia; ideo, ut dictum est, imponimus eis nomina concreta significantia naturam in aliquo supposito. Unde, quantum pertinet ad rationem nominum, eadem ratio est de nominibus quae a nobis imponuntur ad significandum naturas rerum compositarum, et de nominibus quae a nobis imponuntur ad significandum naturas simplices subsistentes.
[28859] I陋 q. 13 a. 9 arg. 1
Ad nonum sic proceditur. Videtur quod hoc nomen Deus sit communicabile. Cuicumque enim communicatur res significata per nomen, communicatur et nomen ipsum. Sed hoc nomen Deus, ut dictum est, significat divinam naturam, quae est communicabilis aliis, secundum illud II Pet. I, magna et pretiosa promissa nobis donavit, ut per hoc efficiamur divinae consortes naturae. Ergo hoc nomen Deus est communicabile.
[28860] I陋 q. 13 a. 9 arg. 2
Praeterea, sola nomina propria non sunt communicabilia. Sed hoc nomen Deus non est nomen proprium, sed appellativum, quod patet ex hoc quod habet plurale, secundum illud Psalmi LXXXI, ego dixi, dii estis. Ergo hoc nomen Deus est communicabile.
[28861] I陋 q. 13 a. 9 arg. 3
Praeterea, hoc nomen Deus imponitur ab operatione, ut dictum est. Sed alia nomina quae imponuntur Deo ab operationibus, sive ab effectibus, sunt communicabilia, ut bonus, sapiens et huiusmodi. Ergo et hoc nomen Deus est communicabile.
[28862] I陋 q. 13 a. 9 s. c.
Sed contra est quod dicitur Sap. XIV, incommunicabile nomen lignis et lapidibus imposuerunt; et loquitur de nomine deitatis. Ergo hoc nomen Deus est nomen incommunicabile.
[28863] I陋 q. 13 a. 9 co.
Respondeo dicendum quod aliquod nomen potest esse communicabile dupliciter, uno modo, proprie; alio modo, per similitudinem. Proprie quidem communicabile est, quod secundum totam significationem nominis, est communicabile multis. Per similitudinem autem communicabile est, quod est communicabile secundum aliquid eorum quae includuntur in nominis significatione. Hoc enim nomen leo proprie communicatur omnibus illis in quibus invenitur natura quam significat hoc nomen leo, per similitudinem vero communicabile est illis qui participant aliquid leoninum, ut puta audaciam vel fortitudinem, qui metaphorice leones dicuntur. Ad sciendum autem quae nomina proprie sunt communicabilia, considerandum est quod omnis forma in supposito singulari existens, per quod individuatur, communis est multis, vel secundum rem vel secundum rationem saltem, sicut natura humana communis est multis secundum rem et rationem, natura autem solis non est communis multis secundum rem, sed secundum rationem tantum; potest enim natura solis intelligi ut in pluribus suppositis existens. Et hoc ideo, quia intellectus intelligit naturam cuiuslibet speciei per abstractionem a singulari, unde esse in uno supposito singulari vel in pluribus, est praeter intellectum naturae speciei, unde, servato intellectu naturae speciei, potest intelligi ut in pluribus existens. Sed singulare, ex hoc ipso quod est singulare, est divisum ab omnibus aliis. Unde omne nomen impositum ad significandum aliquod singulare, est incommunicabile et re et ratione, non enim potest nec in apprehensione cadere pluralitas huius individui. Unde nullum nomen significans aliquod individuum, est communicabile multis proprie, sed solum secundum similitudinem; sicut aliquis metaphorice potest dici Achilles, inquantum habet aliquid de proprietatibus Achillis, scilicet fortitudinem. Formae vero quae non individuantur per aliquod suppositum, sed per seipsas (quia scilicet sunt formae subsistentes), si intelligerentur secundum quod sunt in seipsis, non possent communicari nec re neque ratione; sed forte per similitudinem, sicut dictum est de individuis. Sed quia formas simplices per se subsistentes non possumus intelligere secundum quod sunt, sed intelligimus eas ad modum rerum compositarum habentium formas in materia; ideo, ut dictum est, imponimus eis nomina concreta significantia naturam in aliquo supposito. Unde, quantum pertinet ad rationem nominum, eadem ratio est de nominibus quae a nobis imponuntur ad significandum naturas rerum compositarum, et de nominibus quae a nobis imponuntur ad significandum naturas simplices subsistentes.
Unde, cum hoc nomen Deus impositum sit ad significandum naturam divinam, ut dictum est; natura autem divina multiplicabilis non est, ut supra ostensum est, sequitur quod hoc nomen Deus incommunicabile quidem sit secundum rem, sed communicabile sit secundum opinionem, quemadmodum hoc nomen sol esset communicabile secundum opinionem ponentium multos soles. Et secundum hoc dicitur Gal. IV, his qui natura non sunt dii, serviebatis; Glossa, non sunt dii natura, sed opinione hominum. Est nihilominus communicabile hoc nomen Deus, non secundum suam totam significationem, sed secundum aliquid eius, per quandam similitudinem, ut dii dicantur, qui participant aliquid divinum per similitudinem, secundum illud, ego dixi, dii estis. Si vero esset aliquod nomen impositum ad significandum Deum non ex parte naturae, sed ex parte suppositi, secundum quod consideratur ut hoc aliquid, illud nomen esset omnibus modis incommunicabile, sicut forte est nomen tetragrammaton apud Hebraeos. Et est simile si quis imponeret nomen soli designans hoc individuum.
[28864] I陋 q. 13 a. 9 ad 1
Ad primum ergo dicendum quod natura divina non est communicabilis nisi secundum similitudinis participationem.
[28865] I陋 q. 13 a. 9 ad 2
Ad secundum dicendum quod hoc nomen Deus est nomen appellativum, et non proprium, quia significat naturam divinam ut in habente; licet ipse Deus, secundum rem, non sit nec universalis nec particularis. Nomina enim non sequuntur modum essendi qui est in rebus, sed modum essendi secundum quod in cognitione nostra est. Et tamen, secundum rei veritatem, est incommunicabile, secundum quod dictum est de hoc nomine sol.
[28866] I陋 q. 13 a. 9 ad 3
Ad tertium dicendum quod haec nomina bonus, sapiens, et similia, imposita quidem sunt a perfectionibus procedentibus a Deo in creaturas, non tamen sunt imposita ad significandum divinam naturam, sed ad significandum ipsas perfectiones absolute. Et ideo etiam secundum rei veritatem sunt communicabilia multis. Sed hoc nomen Deus impositum est ab operatione propria Deo, quam experimur continue, ad significandum divinam naturam.
[28864] I陋 q. 13 a. 9 ad 1
Ad primum ergo dicendum quod natura divina non est communicabilis nisi secundum similitudinis participationem.
[28865] I陋 q. 13 a. 9 ad 2
Ad secundum dicendum quod hoc nomen Deus est nomen appellativum, et non proprium, quia significat naturam divinam ut in habente; licet ipse Deus, secundum rem, non sit nec universalis nec particularis. Nomina enim non sequuntur modum essendi qui est in rebus, sed modum essendi secundum quod in cognitione nostra est. Et tamen, secundum rei veritatem, est incommunicabile, secundum quod dictum est de hoc nomine sol.
[28866] I陋 q. 13 a. 9 ad 3
Ad tertium dicendum quod haec nomina bonus, sapiens, et similia, imposita quidem sunt a perfectionibus procedentibus a Deo in creaturas, non tamen sunt imposita ad significandum divinam naturam, sed ad significandum ipsas perfectiones absolute. Et ideo etiam secundum rei veritatem sunt communicabilia multis. Sed hoc nomen Deus impositum est ab operatione propria Deo, quam experimur continue, ad significandum divinam naturam.