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Tu Alimento Diario
"Buen Dios, saca de mi corazón todo lo que no proviene de Ti". Este clamor es un acto de entrega, una invitación a que Dios limpie nuestro ser interior.
La vida está llena de cargas, heridas y experiencias que nos marcan. Pero el Salmo 147:3 nos recuerda que Él sana a los que tienen roto el corazón y les venda las heridas. No estamos solos en nuestro sufrimiento. Dios está aquí, dispuesto a restaurarnos.
Cuando pedimos a Dios que nos quite lo que no es de Él, estamos abriendo la puerta a la sanación. A veces, nos aferramos a rencores, miedos o inseguridades que no nos permiten avanzar. Esos sentimientos pueden parecer parte de nosotros, pero no son lo que Él desea para nuestras vidas.
Imagina un corazón limpio, libre de todo lo que nos pesa. Un corazón donde solo habitan el amor, la paz y la alegría que provienen de Dios. Esa es la transformación que podemos experimentar al entregarle nuestras cargas.
Así que hoy te invito a hacer esta oración: "Señor, saca de mí todo lo que no proviene de Ti". Permítele trabajar en tu vida y verás cómo comienza a sanar tus heridas. Recuerda, Él es el sanador de los corazones rotos y quiere vendar tus heridas con su amor.
Confía en Él. Abre tu corazón y deja que su luz brille en tu vida. La sanación comienza cuando decidimos dejar atrás lo viejo y permitir que lo nuevo entre. ¡Que Dios te bendiga!
¡Bendecido Viernes!
BY Biblia Aventura
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