LAS OLVIDADAS POTENCIAS DEL ALMA: MEMORIA, ENTENDIMIENTO Y VOLUNTAD
Esas tres potencias del alma humana que permiten al hombre las facultades de recordar, conocer y querer, hoy minimizadas, embrutecidas y casi atrofiadas, se han convertido en las rarae aves de la mentalidad y el modus operandi de la sociedad moderna.
El hombre de hoy, mediatizado y sometido a la dictadura de los medios de comunicación, dirigidos éstos por la judeomasonería internacional, el marxismo metamorfoseado, el psicoanálisis ridículo de Freud y las pseudofilosofías modernistas y contemporáneas, le ha transformado en el “homo brutus”.
Hombre cuya MEMORIA está minimizada y dirigida para recordar lo nimio y olvidar lo fundamental y trascendente; Hombre que carece casi en absoluto de ENTENDIMIENTO, al que no se puede ni debe confundir con inteligencia, porque cuando el entendimiento, que no es otra cosa que la capacidad de análisis y síntesis y por tanto generador del espíritu crítico, se anula, la inteligencia queda reducida, sesgada, limitada a sólo aquello que al poder del mundo le interesa.
Sus capacidades intelectivas las dirigen sólo en una dirección, no es bueno que piense, sólo es bueno (para ellos claro) que sea un buen arquitecto, un buen abogado, un buen futbolista, un buen cantante y cuanto más apegado al sistema mejor; pero que su manipulado cerebro, no se ocupe de pensar, tiene que aprenderse muchísimos tópicos de memoria, para ello sí se utiliza la pobre y olvidada memoria, y que los repita hasta la saciedad, para que aquellos que se “obnubilan” por el título académico que posee, por lo bien que le pega a la pelota o por las extravagancias de sus ruidos guturales y las paupérrimas letras de sus “canciones , caigan rendidos a sus pies y los imiten miserablemente, actuando como ellos, remedando sus atuendos y complementos extravagantes y repitiendo machaconamente como cotorras todos los mensajes que pasan de esa “élite” que nos ensucia y empobrece, a toda la masa adiestrada para convertir al sistema del desgobierno, al sistema demoliberal, en el gran dogma de fe de esta sociedad putrefacta y en vías de desaparecer.
Y sin memoria y entendimiento, ¿Qué queda de la VOLUNTAD?. Nada, absolutamente nada, porque la voluntad informa al carácter, el cual queda anulado y sometido a la tiranía de los mass media. ¡Pobre de aquel que se salga de los parámetros preestablecidos por el sistema!.
Está condenado al olvido, a la marginación, al desprecio….y pronto, muy pronto le empezarán a colgar los “sambenitos”: “es un intransigente, es un reaccionario”… y todos aquellos calificativos que aún sin ser malos el “pueblo soberano” los tiene satanizados ya de antemano, no debido a su inteligencia, claro, sino a su anímica patología.
Ésta es la situación deleznable en la que se encuentra el que en su día se conoció como “homo sapiens” y que en su alrededor, la virtud que ya dejó de ser una simple obediencia al mandato divino, camina con la petulancia de una “solterona rica”.
Y nos caben las preguntas: ¿sigue siendo hoy día el hombre racional? ¿puede llamarse racional a un ser viviente que no sabe de donde viene ni para donde va? ¿Es hombre en su amplio sentido de la palabra aquel que sólo piensa en comer y copular? ¿Cuál es la diferencia entre un bípedo de hoy y un cuadrúpedo? Sí, alguna hay: al menos el bípedo de hoy, ya ni respeta el orden natural, el cuadrúpedo aún lo sigue haciendo.
El hombre de alma enferma, al perder ésta sus potencias, va perdiendo su tendencia a la inmortalidad y hacia la consecución de una felicidad perfecta, que sólo parcialmente puede saciarse en los bienes terrenos. La conducta moral del hombre supone en condiciones normales esa creencia.
LAS OLVIDADAS POTENCIAS DEL ALMA: MEMORIA, ENTENDIMIENTO Y VOLUNTAD
Esas tres potencias del alma humana que permiten al hombre las facultades de recordar, conocer y querer, hoy minimizadas, embrutecidas y casi atrofiadas, se han convertido en las rarae aves de la mentalidad y el modus operandi de la sociedad moderna.
El hombre de hoy, mediatizado y sometido a la dictadura de los medios de comunicación, dirigidos éstos por la judeomasonería internacional, el marxismo metamorfoseado, el psicoanálisis ridículo de Freud y las pseudofilosofías modernistas y contemporáneas, le ha transformado en el “homo brutus”.
Hombre cuya MEMORIA está minimizada y dirigida para recordar lo nimio y olvidar lo fundamental y trascendente; Hombre que carece casi en absoluto de ENTENDIMIENTO, al que no se puede ni debe confundir con inteligencia, porque cuando el entendimiento, que no es otra cosa que la capacidad de análisis y síntesis y por tanto generador del espíritu crítico, se anula, la inteligencia queda reducida, sesgada, limitada a sólo aquello que al poder del mundo le interesa.
Sus capacidades intelectivas las dirigen sólo en una dirección, no es bueno que piense, sólo es bueno (para ellos claro) que sea un buen arquitecto, un buen abogado, un buen futbolista, un buen cantante y cuanto más apegado al sistema mejor; pero que su manipulado cerebro, no se ocupe de pensar, tiene que aprenderse muchísimos tópicos de memoria, para ello sí se utiliza la pobre y olvidada memoria, y que los repita hasta la saciedad, para que aquellos que se “obnubilan” por el título académico que posee, por lo bien que le pega a la pelota o por las extravagancias de sus ruidos guturales y las paupérrimas letras de sus “canciones , caigan rendidos a sus pies y los imiten miserablemente, actuando como ellos, remedando sus atuendos y complementos extravagantes y repitiendo machaconamente como cotorras todos los mensajes que pasan de esa “élite” que nos ensucia y empobrece, a toda la masa adiestrada para convertir al sistema del desgobierno, al sistema demoliberal, en el gran dogma de fe de esta sociedad putrefacta y en vías de desaparecer.
Y sin memoria y entendimiento, ¿Qué queda de la VOLUNTAD?. Nada, absolutamente nada, porque la voluntad informa al carácter, el cual queda anulado y sometido a la tiranía de los mass media. ¡Pobre de aquel que se salga de los parámetros preestablecidos por el sistema!.
Está condenado al olvido, a la marginación, al desprecio….y pronto, muy pronto le empezarán a colgar los “sambenitos”: “es un intransigente, es un reaccionario”… y todos aquellos calificativos que aún sin ser malos el “pueblo soberano” los tiene satanizados ya de antemano, no debido a su inteligencia, claro, sino a su anímica patología.
Ésta es la situación deleznable en la que se encuentra el que en su día se conoció como “homo sapiens” y que en su alrededor, la virtud que ya dejó de ser una simple obediencia al mandato divino, camina con la petulancia de una “solterona rica”.
Y nos caben las preguntas: ¿sigue siendo hoy día el hombre racional? ¿puede llamarse racional a un ser viviente que no sabe de donde viene ni para donde va? ¿Es hombre en su amplio sentido de la palabra aquel que sólo piensa en comer y copular? ¿Cuál es la diferencia entre un bípedo de hoy y un cuadrúpedo? Sí, alguna hay: al menos el bípedo de hoy, ya ni respeta el orden natural, el cuadrúpedo aún lo sigue haciendo.
El hombre de alma enferma, al perder ésta sus potencias, va perdiendo su tendencia a la inmortalidad y hacia la consecución de una felicidad perfecta, que sólo parcialmente puede saciarse en los bienes terrenos. La conducta moral del hombre supone en condiciones normales esa creencia.
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